El diputado canarista señala que la Consejería de Sanidad se excusa en el incremento del gasto para anunciar recortes y no renovaciones de contratos
El diputado de NC-BC por Lanzarote y La Graciosa, el enfermero Yoné Caraballo, inició su andadura en la Comisión de Sanidad del Parlamento de Canarias interpelando a la consejera del ramo, Esther Monzón, a seguir el rumbo de las políticas llevadas a cabo en la anterior legislatura por el gobierno progresista, donde se reforzó el sistema sanitario con más de 8.000 nuevos profesionales.
Caraballo, enfermero de profesión con una experiencia de más de 18 años en el Hospital Dr. Molina Orosa de Lanzarote, realizó una exposición inicial señalando los retos a los que se enfrenta los nuevos responsables de la sanidad pública canaria. Así, señaló la importancia de reforzar la atención primaria bajo la lógica de “acercar el sistema al usuario y no al revés”. Para el diputado, el sistema público tiene el reto de “reestructurarse” para ser más accesible, especialmente, en islas y comarcas que sufren una infradotación en la cartera de servicios. Además, tendió la mano a la consejera para realizar propuestas e iniciativas que mejoren las listas de espera en consultas, pruebas diagnósticas y quirúrgicas.
Por otro lado, el canarista incidió en el reto de la salud mental, recordando los datos del Sociobarómetro de Canarias donde se evidencia que el consumo de ansiolíticos ha aumentado exponencialmente en Canarias tras la pandemia de la Covid-19. Para Caraballo, “el tener acceso a un psicólogo o especialista en salud mental público debe ser tan fácil como pedir una cita en la aplicación del Servicio Canario de Salud, y no estar obligado a pagar 60 euros por sesión. Una cuantía que la mayoría de los ciudadanos no pueden permitirse”.
Especialmente relevante fue su defensa en la dotación de más recursos sanitarios, apelando al buen rendimiento que ha tenido el aumento del presupuesto en estos últimos años. “Se ha pasado de 3.000 millones de presupuesto inicial en 2019 a más de 3.800 millones en 2022. Esto se ha notado en recursos materiales, pero, sobre todo en personal, mejorando las ratios profesional-paciente”.
Del mismo modo, Caraballo ha lamentado el “olvido selectivo” de algunos diputados de CC y PP al no tener en cuenta en sus exposiciones el periodo de pandemia sufrido en la anterior legislatura. Para el canarista, “algunos diputados hacen diagnósticos de la sanidad pública obviando el periodo Covid que paralizó todos los servicios, y tensionó los sistemas de salud públicos en todos los países. Además, hablan de gasto desmesurado sin entender que el gobierno de progreso se encontró en 2019 con una sanidad mermada y frágil”.
De esto último también enfatizó recordando la realidad que se vivía en el periodo de 2016 a 2019 cuando gobernaba CC y Fernando Clavijo. “No había ni agua para el personal”, expresó. Prosiguió aludiendo a las directrices de los nuevos gerentes sanitarios, que han trasladado a los jefes de servicio “contención de gasto y no renovación de contratos”.
“El personal está con incertidumbre por no saber qué pasará con los contratos Covid o la estabilización profesional. Pero sobre todo están inquietos porque conocemos sus formas y sus políticas. Ya lo vivimos”, mantuvo Caraballo, que finalizó su intervención denunciando algunos nombramientos de gestores sanitarios, como la Dirección de Área de Salud de Lanzarote donde se ha nombrado a una profesional de las agencias de viajes; o en la Gerencia del Hospital Universitario de Canarias con un profesional de la estiba. “Lo que no se puede es poner a gente sin conocimiento en gestión sanitaria mientras hablan de profesionalizar la gestión y contener el gasto”, sentenció el diputado.
“El cuento del agujero”
Yoné Caraballo quiso detenerse para desmentir el relato construido por el gobierno conservador de CC y PP de un “agujero en sanidad”. Apoyado por los datos presupuestarios, Caraballo señaló que “el área de sanidad siempre presenta incremento de gasto sobre el presupuesto aprobado, ocurriendo en todos los años de las dos últimas décadas. En 2019, cuando el pacto de progreso llega al gobierno, la desviación presupuestaria representaba el 17% del presupuesto inicial del Servicio Canario de Salud; siendo en la actualidad un 14%, con la salvedad de que el gobierno conservador ha heredado un presupuesto general de Canarias de más de 11.000 millones de euros; 4.000 millones más que en 2019. Un presupuesto lo suficientemente amplio para corregir el desvío y no alarmar a la ciudadanía y al personal”.
“Están construyendo un relato para hacer lo que realmente quieren hacer, recortar los servicios públicos y retrasar su “gran” compromiso electoral de bajar el IGIC del 7% al 5%”, señaló Caraballo.