José Antonio Valbuena destacó que la pardela cenicienta es el ave marina más amenazada de todo el Archipiélago por este tipo de residuos
La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias ha alertado de la grave amenaza que supone la contaminación por plásticos para las aves marinas de las Islas, ya que casi todas ellas consumen plástico como bolsas, botellas, etcétera, que confunden con alimento debido a los colores brillantes que éstos desprenden y a la asociación de estos materiales con el olor al alimento.
El consejero del departamento autonómico, José Antonio Valbuena, destacó que “la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) es el ave marina más amenazada de todo el Archipiélago por la contaminación de plástico, según estudios realizados por científicos canarios en los que se concluye que el 83% de pollos analizados contenían plástico en el interior de sus estómagos, que habían ingerido junto a alimento aportado por los ejemplares adultos”.
Esta gran ave marina es una de las mayores pardelas presentes en Europa cuya principal población cría en Canarias, en todas las islas e islotes del Archipiélago, y en lugares inaccesibles como islotes rocosos, acantilados y cuevas, barrancos del interior, bajo vegetación e incluso en la arena.
Los plásticos desechados indebidamente en la naturaleza pueden llegar al mar por la acción del viento, lluvia o tormentas y ser ingeridos por las aves marinas canarias, lo que supone una grave amenaza para éstas al convertirse en microplásticos, recalcó el consejero, quien subrayó que los residuos que se acumulan en el cuerpo de estas especies y los enganches con basura flotante de origen terrestre son las graves problemáticas actuales para los pájaros en el mar.
Los plásticos, que tardan entre décadas y cientos de años en degradarse, afectan especialmente a las aves que ingieren este residuo porque les provoca perforaciones en sus órganos internos, muerte por inanición y asfixia, y aporte de toxinas al organismo.
También los plásticos de mayor tamaño pueden provocar a las aves graves lesiones o, incluso, ahogamientos debido a enredos y enganches de estas especies con los residuos. Algunas aves, además, trasladan la contaminación a sus polluelos al utilizar plásticos, que confunden con hojas, ramas y otros artículos naturales, para construir sus nidos.