El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha elaborado un mapa en el que identifica todas las zonas prioritarias del país en las que hay que actuar para reducir los altos valores de gas radón, un derivado del uranio que supone la segunda causa de cáncer de pulmón, según advierte la Organización Mundial de la Salud. El CSN incluye en su documento los 31 municipios de Tenerife por ser áreas con un potencial de radón (Percentil 90) superior a los 300 becquerelios por metro cúbico de aire (Bq/m3) -unidad que mide la actividad radioactiva-. En todos ellos se deben tomar medidas ante estos niveles estimados, al estar por encima del límite máximo establecido, y llevan al organismo estatal a diferenciar 11 de estos territorios porque más del 75% de su población está expuesta a este elemento.
Estos posibles focos de emisión con mayor impacto se localizan en Santa Cruz, El Rosario, Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria, La Orotava, Santiago del Teide, Arona, San Miguel y Granadilla de Abona. Junto a ellos, aunque con un efecto menor en sus habitantes, se encuentran los 20 lugares restantes -La Laguna, Tegueste, Santa Úrsula, Puerto de la Cruz, Los Realejos, San Juan de la Rambla, La Guancha, Icod de los Vinos, Garachico, El Tanque, Los Silos, Buenavista del Norte, Guía de Isora, Güímar, Adeje, Vilaflor, Arico, Fasnia, Arafo y Candelaria-. Todos los municipios de la Isla son propensos a sufrir acumulación de radón en mayor o menor medida, por lo que el CSN también ha plasmado en una segunda cartografía las zonas geográficas en las que es más probable encontrar edificios con niveles elevados. En el caso de los territorios tinerfeños, calcula que en algunas áreas un porcentaje significativo de las construcciones (el 10%) puede presentar concentraciones de este gas superiores a los 400 Bq/m3, una cantidad por encima del límite máximo (los 300 Bq/m3) que se recomienda evitar en los espacios.
Características
Pedro Salazar Carballo, profesor de la Universidad de La Laguna (ULL) y colaborador del Laboratorio de Física Médica y Radioactividad Ambiental (Fimerall), explica que el radón es un gas noble al que le gusta interaccionar poco con el entorno que le rodea y que ascienda «bastante bien» desde la corteza. Del mismo modo, responde a pequeñas variaciones de presión, por lo que tiene una alta movilidad, y su núcleo es inestable, lo que le convierte en radiactivo.
Con una vida media de 3,8 días, tiene su origen en la serie radiactiva del uranio 238 y su condición como gas le permite migrar a superficie, una capacidad en la que intervienen diversos factores. El experto nombra entre esos elementos influyentes la porosidad del material -de forma que, cuanto más poroso sea una superficie, mayor facilidad tiene para escapar- y las condiciones ambientales, como la presión atmosférica, temperatura, humedad y la lluvia, que afectan a la concentración de esta sustancia cancerígena en una vivienda, de ahí que en invierno se incrementen generalmente los niveles.
Viviendas
A estos factores suma las características estructurales de una edificación, como las grietas y los materiales de construcción utilizados, que también ayudan a su acumulación en un inmueble. Son varios los métodos que existen para mejorar el aislamiento, como «incluir un impermeabilizante que impida la entrada de este derivado del uranio o la colocación de una cámara de aire que permita ventilar de forma natural o mecánica desde los cimientos del edificio», ejemplifica.
«Cuanto más aislante sea el sistema, menos posibilidad tiene de penetrar», destaca el profesor Salazar Carballo, para posteriormente mencionar la ventilación. «Si una vivienda está cerrada y entra radón mediante defectos estructurales, la concentración aumentará hasta alcanzar el equilibrio pero, si abrimos ventanas y aireamos, podemos disminuir la concentración en la vivienda», añade.
María López, directora técnica de Fimerall, apunta que los niveles son más altos en los bajos de las construcciones (sótano, garaje o primera planta), por lo que subraya la importancia de ventilar para ayudar a reducir los niveles de radón. Ante esta particularidad, no es de extrañar, por tanto, que los muestreos de este elemento en edificaciones se realicen en primeras plantas y sótanos.
Geología
Pero como la presencia de este gas no solo depende de cómo esté hecha una construcción, este experto también detalla cómo influye la geología del terreno (composición y orografía). En el caso de Canarias, una de las comunidades autónomas del país más afectadas por el radón, señala que las lavas más ácidas dan lugar a materiales ricos en uranio como pumitas, ignimbritas y riolitas, de forma que las zonas de altas tasas coinciden con los lugares donde hay compuestos más ácidos, como por ejemplo las coladas del sur de la Isla. «La geología del entorno afecta mucho en la emisión de gas radón» hasta el punto de ser «uno de los factores fundamentales en los estudios prospectivos», aclara.
Efectos
La directora técnica de Fimerall manifiesta que este derivado del uranio se está «poniendo de moda» porque es la segunda causa de cáncer de pulmón, ya que al ser gaseoso se puede respirar, y porque todavía no hay un plan de actuación en España, el cual «está en proceso de transposición por parte del Gobierno español (normativa europea: 2013/59/Euratom)», puntualiza. De todos los cánceres de este tipo que hay en Canarias, «entre el 10 y el 15% se debe al radón», mientras que el primer factor el tabaco. «Hay estudios que demuestran» la relación directa entre esta patología y esta sustancia y, si esta última la mezclas con la otra, «la probabilidad de sufrir esta enfermedad aumenta», advierte el profesor de la ULL y colaborador del servicio.
Administraciones
Salazar Carballo afirma que Europa ya ha establecido límites «que se tienen que cumplir», de forma que se si superan los 300 Bq/m3 en un punto de muestreo se debe «intervenir». Sin embargo, ese máximo no significa que, si en una casa hay 250 Bq/m3, «no puedas realizar mejoras» para reducir los niveles. «Si hay medios para disminuirlo, se debe hacer según el principio Alara (As Low As ReasonablyAchievable), es decir, tan bajo como sea razonablemente alcanzable, aunque no se llegue al máximo», resalta.
Para rebajar los valores en los territorios más afectados, María López indica que la directiva europea establece que hay que hacer un plan nacional de actuación, aunque declara que España está actualizando la normativa y preparando el programa de actuación con retraso. «Se está empezando a trabajar» en el documento y el CSN ha «calculado las concentraciones en todo el territorio a partir de los mapas de radiación natural», de ahí las cartografías elaboradas por el Consejo de Seguridad Nuclear en las que especifica la situación por municipios.
Dichos mapas de radiación natural en la provincia de Santa Cruz de Tenerife fueron realizados por Fimerall bajo la financiación del proyecto Marna en el año 2014, a la vez que el laboratorio ha elaborado varias tesis doctorales en las dos últimas décadas (bajo la dirección del catedrático José Hernández Armas) estudiando la concentración de radón en viviendas, si bien desde este servicio manifiestan la necesidad de llevar a cabo un estudio más detallado y con un mayor número de edificaciones analizados.
Servicio
La directora técnica indica que el laboratorio, incrementado a cuatro personas, puede ser contratado tanto por particulares como por organismos públicos para efectuar mediciones del gas. De hecho, especifica a modo de ejemplo el estudio que realizó a cargo del Ayuntamiento de Santa Cruz en la sede de la Policía Local ante los casos de cáncer. Las tarifas, estipuladas por el Servicio de Apoyo a la Investigación de la ULL, al que pertenece Fimerall, se pueden consultar en la web www.ull.es/servicios/segai/.
Fuente: El Día (Ylenia Lorenzo)