El Cabildo de Tenerife inauguró este lunes Espacio TEA Garachico, un lugar desde el cual este centro de arte contemporáneo podrá presentar y descubrir diferentes proyectos expositivos y culturales. A través de espacios como éste se desea descentralizar la cultura para que la actividad no sólo se desarrolle en el área metropolitana sino que pueda circular por toda la Isla. Esta iniciativa, enmarcada dentro de las líneas de actuación recogidas en la estrategia Tenerife 2030 llevará diferentes propuestas culturales.
El presidente del Cabildo, Carlos Alonso, afirmó en el acto inaugural que la apertura de este espacio “es una muestra más de la idea de la intención que tenemos de descentralizar la actividad cultural”. En Espacio TEA Garachico, “no solo pretendemos traer arte, sino queremos que también se enriquezca con las interesantes propuestas que tienen los municipios” y añade que esta imagen de “enriquecimiento cultural por distintos municipios es uno de los objetivos que perseguimos en la estrategia Tenerife 2030 para construir la isla futura”. Alonso considera que la apertura de espacios de estas características beneficia al sector cultural. “No solo nos preocupa el contenido expositivo de Espacio TEA Garachico, sino el contenedor y creemos que ayudará a dinamizar el sector”.
El director insular de Cultura y Educación, José Luis Rivero, señaló en la apertura de Espacio TEA Garachico que “es un día especial porque abrimos la primera sede descentralizada de TEA Tenerife Espacio de las Artes” y se trata de la culminación del esfuerzo del Cabildo por llevar la labor de sus unidades artísticas a los municipios, “generando redes y arterias donde circulen las actividades culturales, algo que ya hacemos en otros sectores artísticos; ahora lo hacemos en las artes visuales con el primer nódulo de TEA Tenerife Espacio de las Artes, la casa matriz”.
Rivero afirmó que “Espacio TEA Garachico no será solo una sala expositiva”, sino que tendrá la misma dinámica que existe en la sede central y por ello también está previsto que se realicen actividades didácticas con los centros educativos de la zona y agradeció la colaboración prestada por el esfuerzo del Ayuntamiento de Garachico para poder abrir este espacio.
El alcalde de Garachico, José Heriberto González, apuntó en su intervención que “es una gran ilusión estar presentando este espacio” y recuerda que esta oportunidad surgió hace poco más de un año y considera que “la labor cultural que hemos venido desarrollando en nuestro municipio merecía que tuviéramos este espacio” y señala su convencimiento de que “esta conexión directa con TEA nos va a convertir en el referente del arte contemporáneo en la zona norte».
Espacio TEA Garachico está localizado en la primera planta del Espacio de Arte “La Casa de Piedra”, un inmueble propiedad del Cabildo de Tenerife que fue construido por el primer Marqués de Adeje en la segunda mitad del siglo XVII. El interior del inmueble fue destruido con la erupción del volcán de 1706 y solo se mantiene la fachada original del edificio, que está labrada en cantería. La superficie expositiva que se recoge en este Espacio TEA se aproxima a los 200 metros cuadrados.
La exposición que pone en marcha la programación de Espacio TEA Garachico es Limbo, de Juan Carlos Fresnadillo (Santa Cruz de Tenerife, 1967). Se trata de una muestra de fotografías, la primera del cineasta, que está integrada por treinta fotografías en blanco y negro. Limbo podrá visitarse hasta el 26 de febrero de lunes a sábado en horario de 11:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas.
Limbo, que se expuso en TEA Tenerife Espacio de las Artes este mismo año, sorprende, seduce y atrapa las miradas de quienes se asoman a él. Y es que en las fotografías de Fresnadillo se puede apreciar una trama que va arraigada a su subconsciente desde la infancia: el misterio. De modo que en sus escenas, nocturnas en su mayoría, el artista ha capturado el instante preciso en el que los personajes y el entorno parecen enunciar por si mismos sus preguntas. Donde existe luz existen respuestas, todo lo demás es oscuridad.
En esta muestra, Fresnadillo descubre una faceta hasta ahora desconocida para muchos del director que, sin embargo, se reconoce como fotógrafo antes que cineasta. Cabe resaltar que esta muestra es en cierto modo, un pequeño acto de rebeldía y que -como explica el comisario de la misma, David Olivera- supone un gesto de desobediencia ante la aceleración a la que nos obligan los 24 fotogramas por segundo.
En cada una de estas imágenes, escenas captadas en 13 ciudades de 5 países (España, Estados Unidos, Reino Unido, Argentina y Francia), Juan Carlos Fresnadillo enfrenta al espectador a lo que cada una de estas fotografías esconde. Sus fotografías resultan enigmáticas y, amparándose en un blanco y negro, logra centrar la atención del que mira en desvelar lo que las luces muestran. Los sujetos fotografiados por el creador tinerfeño en ciudades como San Francisco, Londres, Santa Cruz de Tenerife, Nueva York o París se funden con el entorno y parece que no desean ser descubiertos pese a estar totalmente expuestos ante la mirada del fotógrafo.
Uno de los rasgos característicos de esta muestra es precisamente relación que se estable entre los personajes y el lugar en sí. Hay en este Limbo escenas variadas en las que se pueden ver desde paisajes urbanos (envueltos por un cierto halo de misterio como en la imagen en la que unos edificios casi fantasmagóricos de Nueva York se funden con el cielo) hasta retratos de sombras o una boda donde los rostros de novios e invitados desaparecen en la penumbra. La playa, el mar, las olas o el agua son otros de los elementos principales de esta muestra en la que no falta un bodegón ni una estampa que invita a nuestra memoria a viajar a un clásico del cine (Los pájaros, de Alfred Hitchock).
Tomadas entre los años 2012 y 2015, en las fotografías de Juan Carlos Fresnadillo la fugacidad casi se puede palpar. Son las suyas fotografías en las que no habitan sonrisas, en las que no hay ni poses ni artificios. Fotografías cotidianas, a pie de calle, donde las escenas -que él eterniza- se desvanecen casi tras el disparo de su cámara. Juego potente de luces y sombras, contrastes que en cierto modo nos trasladan a pinturas barrocas. Accident (Madrid, 2013), Attack (San Francisco, 2013), Moonstrucks (Santa Cruz de Tenerife, 2013), Mother and son (Oregon, 2013), Shadow (Los Ángeles, 2014) o Revelation (Buenos Aires, 2012) son algunas de las obras que construyen este Limbo.