El Cabildo, a través del Área de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Seguridad, ha habilitado al público más de 12 kilómetros de nuevos senderos en el Parque Nacional del Teide. La obra ha permitido la apertura de tres nuevos recorridos y la modificación de un cuarto que ofrecerán al visitante la posibilidad de transitar por este espacio de la Isla y, al mismo tiempo, evitar el tránsito por cualquier carretera.
Estas intervenciones han contado con un presupuesto total de 146.095 euros. Dicha cantidad incluye los trabajos de despeje del terreno, delimitación de la traza, la habilitación de peldaños, la construcción de terraplenes y pequeños muretes, soluciones de drenaje y diferentes tipos de cartelería.
El vicepresidente y consejero insular del Área de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Seguridad, José Antonio Valbuena, ha aclarado que estas intervenciones pretenden hacer al Parque Nacional del Teide cada vez más accesible para el usuario y contribuir a que siga siendo una de las referencias turísticas nacionales.
El primer camino habilitado conecta la zona de las Cañadas con los senderos que se inician en los alrededores de la zona del Teleférico. Su recorrido se divide en dos subtramos de unos 3.000 metros de longitud cada uno. El primero de ellos une las Minas de San José y el aparcamiento de Montaña Blanca. En el segundo caso enlaza estos últimos estacionamientos con la zona de Majúa y Teleférico.
Otro de los senderos inaugurados, de más de 4.000 metros de longitud, comunica las proximidades del Mirador del Llano de Ucanca, los Roques de García, el Mirador de la Ruleta y el Parador con Boca Tauce, lo que posibilita el recorrido completo de Este a Oeste por la zona central del Parque a través de este tipo de vías naturales.
El último de los senderos finalizados, de más de 1.000 metros de longitud, transcurre por el tramo superior del Barranco de Erques, y ofrece un recorrido desde la casa de Juan Évora.
Cabe destacar que tanto en la elección del trazado como en la construcción del mismo se ha procurado la menor alteración del terreno, de modo que se ofrezca al usuario una experiencia lo más primitiva posible y que asegure la persistencia del sendero. Las actuaciones sobre la vegetación de la zona han sido mínimas, y se limitado a algún desbroce puntual con la anchura básica para permitir el tránsito de visitantes.