Según la última Encuesta de Salud de Canarias, el 31,2 por ciento de la población mayor de dieciséis años realiza poca actividad física, y el 12,1 por ciento de la población entre uno y quince años no hace ejercicio alguno en su tiempo libre
La Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS), conmemora el Día Mundial de la Actividad Física que tiene lugar el sábado, 6 de abril, recordando a la población la importancia de adoptar un estilo de vida activo, promoviendo la actividad física y previniendo el sedentarismo en todas las etapas de la vida.
La campaña de difusión digital de la Dirección General de Salud Pública del SCS para este Día Mundial de la Actividad Física, bajo el lema Únete a la revolución del movimiento, pretende concienciar a la población sobre la importancia de adoptar un estilo de vida activo, promoviendo la actividad física y previniendo el sedentarismo en todas las etapas de la vida.
La actividad física regular es ampliamente reconocida como un factor protector fundamental en la prevención y tratamiento de las principales enfermedades no transmisibles, tales como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer de mama y cáncer de colon.
Asimismo, contribuye a la reducción de otros factores de riesgo importantes como la hipertensión, el sobrepeso y la obesidad, además de estar vinculada a una mejor salud mental, un retraso en el inicio de la demencia, y una mayor calidad de vida y bienestar.
Datos de actividad física
La Organización Mundial de la Salud (OMS), concluye que más del ochenta por ciento de los adolescentes en edad escolar de todo el mundo, el 85 por ciento de las niñas y el 78 por ciento de los niños, no llegan al nivel mínimo recomendado de una hora de actividad física al día.
Las estimaciones mundiales más recientes indican que 1.400 millones de adultos (el 27,5 por ciento de la población adulta mundial) no cumplen el nivel recomendado de actividad física para mejorar y proteger su salud.
Se ha observado una tendencia a la disminución de los niveles de actividad física con el avance de la edad, tanto en mujeres como en hombres, a pesar de que hay evidencias de que mantenerse activo beneficia a las personas mayores en relación con la prevención de caídas, ser independientes, reducir el aislamiento y mantener vínculos sociales que mejoran su salud psicosocial.
En España, el informe sobre actividad física derivado de la Encuesta Nacional de Salud de 2017 señala que el 35 por ciento de la población de entre quince y 69 años no alcanza el nivel de actividad física recomendado por la OMS. La estructura de la vida laboral contribuye a esta situación, siendo predominantemente sedentaria para el 38 por ciento de la población, sin diferencias significativas entre géneros. Esta tendencia sedentaria se extiende también al tiempo libre.
Según los datos del estudio ALADINO de 2019, en España el 75,4 por ciento de los niños y el 65,2 por ciento de las niñas, entre los seis y nueve años, realizan menos de una hora diaria de actividad física, tanto entre semana como el fin de semana. Además, un veinticinco por ciento de los niños y el veintitrés por ciento de las niñas tienen un comportamiento sedentario, es decir, dedican tres o más horas al día, tanto entre semana como en fin de semana, a actividades sedentarias como leer, hacer deberes o usar pantallas.
En Canarias, según la Encuesta de Salud de Canarias del año 2021, el 31,2 por ciento de la población mayor de dieciséis años realizan poca actividad física, y el 12,1 por ciento de la población entre uno y quince años no hace ejercicio alguno en su tiempo libre.
¿Qué es la actividad física?
La OMS define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. La actividad física hace referencia a todo movimiento, incluso durante el tiempo de ocio, para desplazarse, o como parte del trabajo de una persona.
Entre las actividades físicas más comunes cabe mencionar caminar, montar en bicicleta, practicar actividades deportivas, participar en actividades recreativas, juegos, e incluso las tareas del hogar como limpiar el polvo, pasar la aspiradora u otras.
Diferencias entre inactividad física y sedentarismo
La inactividad física y el sedentarismo, aunque frecuentemente confundidos, son conceptos distintos que constituyen factores de riesgo independientes para la salud.
Mientras que una persona inactiva es aquella que no cumple con las recomendaciones de actividad física adecuadas para su edad, el sedentarismo se refiere al comportamiento durante los periodos de vigilia caracterizado por un bajo consumo de energía, como permanecer sentado, recostado o acostado, actividades como ver televisión son ejemplos claros.
A menudo, estas dos condiciones, inactividad física y sedentarismo, coexisten en un mismo individuo, presentando un doble desafío para la salud.
Riesgos de la inactividad física
La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad por enfermedades no transmisibles junto con el consumo tabaco, de alcohol y una dieta poco saludable. Las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre un veinte y un treinta por ciento mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física.
Se estima que cada año podrían evitarse entre cuatro y cinco millones de muertes a nivel mundial si todas las personas se mantuvieran más activas físicamente.
Beneficios de la actividad física
Cualquier forma de actividad física, sin importar su tipo o duración, contribuye a mejorar la salud y el bienestar general. Sin embargo, cuanto mayor sea la actividad, mejores serán los beneficios. Para aquellas personas que deben permanecer largos periodos sentadas, ya sea por trabajo o estudios, incrementar la cantidad de actividad física resulta esencial para neutralizar los efectos adversos del sedentarismo.
Beneficios de la actividad física regular en la población de 0 a 17 años
Ser una persona activa físicamente durante la infancia y adolescencia no sólo es importante para la salud en ese periodo vital, sino también para mantener una buena salud durante todo el curso de la vida. Los principales beneficios asociados a la realización de actividad física en este grupo de edad son los siguientes:
– Mejora la forma física, la función cardiorrespiratoria, la fuerza muscular y la masa ósea.
– Favorece un crecimiento y desarrollo saludable.
– Mejora las habilidades motrices, la postura y el equilibrio.
– Disminuye la grasa corporal y ayuda a mantener un peso saludable, siendo un elemento clave para prevención del sobrepeso y la obesidad.
– Mejora la salud mental, mejora la autoestima, reduce los síntomas de ansiedad.
– Ofrece oportunidades de socialización y el aprendizaje de habilidades.
– Mejora la función cognitiva y contribuye a tener mejores resultados académicos.
Beneficios de la actividad física regular en población adulta y adulta mayor
– Ayuda a mantenerse ágil físicamente.
– Fortalece los músculos mejorando la capacidad funcional. También, previene la pérdida de masa ósea (osteoporosis).
– Mejora el bienestar mental, reduce los síntomas de ansiedad y estrés, mejora el sueño y reduce el riesgo de depresión. Además, aumenta la percepción de bienestar y satisfacción con el propio cuerpo
– Mejora la función cognitiva, y reduce el riesgo de deterioro cognitivo, incluyendo la Enfermedad de Alzheimer.
– Fomenta la sociabilidad y aumenta la autonomía y la integración social, especialmente en personas con discapacidad
– Contribuye a mantener un peso adecuado y reducir la adiposidad; la actividad física es un factor determinante en el consumo de energía, por lo que es fundamental para conseguir el equilibrio energético y el control del peso.
– Disminuye el riesgo de caídas en personas adultas mayores
Además, la actividad física reduce el riesgo de desarrollar:
• Enfermedades cardiovasculares
• Diabetes tipo 2
• Hipertensión arterial
• Dislipemias
• Cáncer de mama, colon, vejiga, endometrio, estómago, riñón y esófago.
Recomendaciones de actividad física por edades (OMS)
En las 24 horas de un día, los lactantes de menos de un año:
• Deberían realizar actividades físicas varias veces al día de diversas maneras, especialmente mediante juegos interactivos en el suelo; cuantas más, mejor. Para los que todavía no andan, esto incluye al menos 30 minutos boca abajo repartidos a lo largo del día mientras están despiertos
• No deberían estar retenidos durante más de una hora, en cochecitos/sillas de bebé, tronas, ni sujetos a la espalda de un cuidador.
• No se recomienda pasar tiempo frente a una pantalla.
En las 24 horas de un día, los menores de uno a dos años:
• Deberían realizar diferentes tipos de actividades físicas de diversa intensidad durante al menos 180 minutos, incluidas actividades físicas moderadas a intensas repartidas a lo largo del día, cuantas más, mejor.
• No deberían estar retenidos durante más de una hora en cochecitos/sillas de bebé, tronas, ni sujetos a la espalda de un cuidador, ni sentados durante periodos de tiempo prolongados.
• No pasar más de una hora en actitud sedentaria frente a una pantalla (los niños de 2 años); cuanto menos, mejor.
En las 24 horas de un día, los menores de tres a cuatro años de edad:
• Deberían realizar diferentes tipos de actividades físicas de diversa intensidad durante al menos 180 minutos, de los que al menos 60 minutos se dedicarán a actividades físicas moderadas a intensas repartidas a lo largo del día; cuantas más, mejor.
• No deberían estar retenidos durante más de una hora en cochecitos/sillas de bebé, ni sentados durante períodos de tiempo prolongados.
• No deberían pasar más de una hora en actitud sedentaria frente a una pantalla, cuanto menos, mejor.
Los menores y adolescentes de cinco a diecisiete años
• Deberían dedicar al menos un promedio de 60 minutos al día a actividades físicas moderadas a intensas, principalmente aeróbicas, a lo largo de la semana.
• Deberían incorporar actividades aeróbicas intensas, así como aquellas que fortalecen los músculos y los huesos, al menos tres días a la semana.
• Deberían limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias, particularmente el tiempo de ocio que pasan frente a una pantalla
Los adultos de dieciocho a 64 años
• Deberían realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
• También deberían realizar actividades de fortalecimiento muscular moderadas o más intensas que ejerciten todos los grupos musculares principales durante dos o más días a la semana, ya que tales actividades aportan beneficios adicionales para la salud.
• Pueden prolongar la actividad física para obtener beneficios adicionales para la salud.
• Deberían limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias.
Los adultos de 65 o más años:
• Se aplican las mismas recomendaciones que para los adultos y como parte de su actividad física semanal, los adultos mayores deberían realizar actividades físicas variadas y con diversos componentes, que hagan hincapié en el equilibrio funcional y en un entrenamiento de la fuerza muscular moderado o de mayor intensidad, tres o más días a la semana, para mejorar la capacidad funcional y prevenir las caídas.
Materiales y más información: