Este viernes se inauguró en una de las salas de la Casa de los Cáceres de Icod de los Vinos una exposición que recoge una parte importante de la historia de la UD Icodense de fútbol. La muestra está organizada por la ‘Asociación Amigos de la UD Icodense’ y transcribimos literalmente en este periódico el escrito que leyó Rubens Borges Mesa, que fue en una época directivo del club y también cronista deportivo de los encuentros del equipo.
Nos encontramos aquí hoy, en este emblemático edificio de nuestra ciudad, para hacer realidad el anhelo, tan largo tiempo deseado, de contar con un lugar donde depositar y exhibir el legado de lo que es la historia del fútbol icodense a través del tiempo. Queremos aunar recuerdos y testimonios acumulados desde el año 1912.
Es una pena no haber podido comenzar con este sueño, que muchos hemos perseguido durante años, algunas décadas antes. De haber sido así tendríamos una recopilación mucho más importante que la que a partir de este día podremos disfrutar, que es sólo una pequeña parte de los tesoros documentales que han formado y creado la historia de nuestro equipo.
Lo que se ha perdido es mucho y muy valioso. Las diferentes etapas por las que ha atravesado el fútbol icodense desde su inicio, allá por 1912, han provocado el continuo trasvase de toda clase de documentos, fotos, trofeos, libros de actas y un sinfín de recuerdos y testimonios de toda índole, de cada etapa de los diversos equipos que iban conformándose. ¿Dónde fueron a parar? No se sabe. Nos imaginamos que los rectores de cada momento, con el único afán de conservarlos, se los llevarían a sus casas pero el paso del tiempo los convertiría, quizás, en papeles de poca importancia y terminaron siendo algo de lo que había que deshacerse. Triste, pero así es.
Evitar que eso siga ocurriendo es lo que ha motivado, con muy buen criterio, que se haya creado la ‘Asociación Deportivo Cultural Amigos de la Unión Deportiva Icodense’. Esta asociación, con Juan Tomás León (Juanillo) y Alfredo Domínguez (Fredy) a la cabeza, ha logrado que estemos hoy aquí. En adelante, todo lo que tenga que ver con nuestro fútbol, debe concentrarse en esta exposición permanente, que a partir de ahora debe ser notario y testigo de la historia de nuestro fútbol. Una historia que se remonta a más de 100 años, algo de lo que muy pocos clubes pueden presumir. Así que démosle la importancia que realmente tiene, que es mucha.
Quiero en esta noche, a vuela pluma, hacer algunas referencias a ese pasado. No todas las que querría y debería hacer porque me extendería demasiado y porque la memoria tampoco me llega a tanto.
Miro atrás y alcanzo con el recuerdo a los años 40. Mi padre, Ezequiel Borges Rodríguez, era un incondicional futbolero y me llevaba al campo municipal El Molino cada vez que había partido. Vienen a mi mente recuerdos vagos del Sporting y del Numancia, pero los veo muy lejanos. En mi memoria están Alfonso, Gallito, Dionisio, Venancio, Esteban, etcétera. También el portero Socorro, que creo recordar venía de Santa Cruz, igual que Chocolate, que siempre jugaba con un característico pañuelo en la frente.
Más tarde se formó El Drago, que era una mezcla de veteranos como Sando, Lesmes o Lalo. Había también nuevos valores como Padilla, Miguel Ángel Lorenzo, Cataluña y muchos otros. Creo recordar que este equipo no duró demasiado.
Que nuestro pueblo se quedara algunas temporadas sin equipo era algo que sucedía cada cierto tiempo; pero no eran espacios demasiado largos porque pronto nacía otro proyecto y otro club. En una de esas etapas se formó el Real Imperio, fue mediante el Frente de Juventudes, cuando fue delegado Eulogio. En él formaban Goyo, Zarza, Nino Fleytas, Luis del Pino y Fajardo, entre otros.
Tiempo después surgieron el Granaderas, el Centinela y el Icodense. Tres equipos en la ciudad y, además, los tres con un gran nivel competitivo, ya que todos tenían un potencial considerable. Ese fue el germen, podríamos decir, de lo que es hoy nuestra UD Icodense.
Recuerdo en el Granaderas a Juanillo, Fule, Caramelo; en el Centinela, la base eran los hermanos Chichís y Roque; y en el Icodense, Luguito, Padilla, Pepe Chon -que gran jugador era éste-. Esta situación duró unos años, la rivalidad entre los tres equipos era grande, pero era conveniente una fusión de los tres y formar uno con más potencial. Esa necesidad y la llegada del fenómeno de la inmigración, que se notó mucho en Icod, mermó la presencia de jóvenes valores y era imposible mantener tres escuadras.
De esta manera, tras varias reuniones celebradas en la casa sindical entre las tres directivas, se formó la Unión Deportiva Icod, del que mi padre tuvo el honor de ser primer presidente. Entrenador se designó a Donatillo; se trajo un masajista de Las Palmas, De la Nuez, con lo que se le daba empaque de gran club. Era la primera vez en la historia que íbamos a contar con un masajista en el equipo. Por supuesto también se escogieron a los considerados mejores jugadores de los tres clubs.
Yo me atrevería a decir que este -junto con la etapa posterior de Honorio Socas como presidente- fue uno de los momentos más brillantes del fútbol icodense. Hay que recordar, como gran gesta de esta época, el triunfo en el estadio Heliodoro ante la UD Tenerife, un equipo con jugadores de Gran Canaria y de la península conformado para intentar el ascenso a División Nacional.
Más tarde vinieron épocas más modernas, con innumerables vicisitudes de ascensos y descensos, hasta que llegó Honorio y dio forma a la que quizá haya sido la etapa más fructífera y sonada del Icodense. Estamos hablando de los años 60. Equipos hechos con grandes jugadores, muchos de ellos que habían jugado en División Nacional, y lo mejorcito de la Isla. Baste citar a Chele, Miranda, Agustín, Mahugo o Miguel, grandes figuras del fútbol canario de la época. De entrenador nada más y nada menos que Juan Beltrán, con título nacional. Todo un lujo.
A partir de aquí todos conocemos, más o menos, la trayectoria del club.
Para terminar, quiero volver a destacar la importancia de lo que hoy estamos celebrando en esta emblemática Casa de los Cáceres. Los entusiastas aficionados al fútbol tendremos un lugar como este para que no se pierda el interés por el deporte y que se transmita a futuras generaciones el recorrido que ha fraguado nuestra UD Icodense hasta ser lo que es en la actualidad.
Quiero volver a agradecer a Juanillo, a Fredy y a todos los que han hecho realidad este sueño que supone el colofón de ese otro gran hito que fue la confección del libro ‘100 años de fútbol en Icod de los Vinos’.
Con personas como ustedes se logra que se pueda revivir épocas pretéritas. Y que las generaciones presentes y futuras tengan garantizadas la pervivencia de la memoria colectiva, logrando la conservación de todos los testimonios de nuestro fútbol.