La Sala Andrómeda acogió además de la presentación del libro sobre la relación de César Manrique con sus ingenieros Amigó y Olcina, un reconocimiento a estas figuras que ayudaron al genio lanzaroteño a dejar un legado único e irrepetible en la ciudad turística que pervive más vivo que nunca.
El alcalde de la ciudad Marco González hizo entrega de unas metopas reconociendo la labor de los ingenieros Amigó y Olcina en el diseño y construcción de las obras más emblemáticas de Manrique en la ciudad, precisamente en la Sala Andrómeda, uno de los lugares más especiales que César ideó para que fuera un lugar de diversión y conocimiento y que desde el municipio se viene apostando por él para continuar ese mandato.
Al acto posterior a la presentación del libro ‘Juan Alfredo Amigó y José Luis Olcina. Obra con César Manrique’, también asistió el presidente de la Fundación César Manrique José Juan Ramírez, que puso en valor la contribución de los ingenieros a hacer realidad los sueños de Manrique, un acto que contó también con el periodista y escritor portuense Juan Cruz Ruiz.