Ramón Miranda Adán fue alcalde de Garachico entre 1995 y 2011, cuando militaba en CC; ocupó la presidencia de la Federación Canaria de Municipios entre 2003 y 2007, y se encargó de la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias de 2012 a 2015. El 7 de junio de 2016 fue inhabilitado tres años por pagar con fondos públicos una condena por injurias por unas declaraciones realizadas como alcalde garachiquense contra el marqués de Villafuerte. Una vez cumplida su condena, el 7 de junio, Miranda ejerce como presidente de la nueva Agrupación Garachiquense (A’Gara) y, con la mirada puesta en las elecciones de 2023, lanza una advertencia: «La Isla Baja se nos muere».
Después del chasco de las últimas elecciones, cuando no pudo ser candidato a la Alcaldía, ¿lo será en 2023?
A mis 57 años, aún soy una persona activa y mis inquietudes no me las quita nadie. Siempre he tenido interés por mi pueblo y por la comarca en la que vivo. Tras las últimas elecciones, ahora en Garachico hay una alternativa de cara a 2023, que se llama A’Gara. Está consolidada y va en crecimiento. Desde el punto de vista orgánico, mis inquietudes siguen intactas; desde el punto de vista institucional, la representación son los tres ediles de A’Gara.
¿Está satisfecho con el trabajo de estos tres concejales?
Para empezar desde cero, están haciendo un papel muy digno en la oposición. Con fiscalización, pero también con propuestas. Y su proyección es muy importante. Como presidente de A’Gara, estoy muy contento con su labor y estoy ahí para ayudar, asesorar y poner mi experiencia a su servicio. Y tengo que alabar, en especial, el paso que dio Alicia Dorta en las elecciones de mayo, ante la imposibilidad de que pudiera presentarme. Jurídicamente lo tenía bien estudiado, pero todo cambió por una sentencia del Tribunal Supremo. Y Dorta dio un paso adelante y debo alabarlo porque acababa de ser madre y su gesto fue muy valiente. Siempre se lo agradeceré. Por un fallo mío, no nos pudimos presentar con las siglas de A’Gara y también agradezco públicamente a Emilio Navarro y Manuel Domínguez, del PP, que aceptaran prestarnos sus siglas para poder concurrir a las elecciones. No es que seamos del PP, pero necesitábamos esas siglas para no echar por tierra todo el trabajo previo y el entusiasmo creado.
¿Le ilusionaría ser el próximo candidato de A’Gara a la Alcaldía?
Si ahora mismo me dicen que me presente a un cargo institucional, con lo que he pasado con la justicia, te digo que me da hasta temor. Me genera dudas. Me frena tener esa espada de Damocles sobre la cabeza. Por eso no es mi prioridad regresar a un cargo. Sí me ilusiona aportar experiencia e impulsar este nuevo proyecto político. Seremos disciplinados y constantes y esto no es, como algunos pensaban, una cuestión pasajera. A’Gara no se ha diluido tras las elecciones y la semilla está bien plantada. Garachico tiene una alternativa y una referencia en la oposición. Y se nota. Es una carrera de fondo.
¿Qué opina de la inhabilitación de Lope Afonso?
Desconozco la fundamentación jurídica, pero creo que el derecho penal debería ser el último recurso ante un error. Quizás se pudo resolver en vía administrativa. La gente duda sobre entrar en política porque un error te puede costar caro. Y errores se cometen a diario. ¿Qué alcalde, alcaldesa o concejal no ha cometido nunca un error? Me pareció una condena desorbitada. Es una persona válida, con una proyección política muy importante y que podía aportar mucho a la sociedad. Me dio tristeza.
¿Cuál es su máxima preocupación?
Tanto en el caso de Garachico como en el resto de la Isla Baja, la despoblación es muy importante. En los últimos nueve años, los cuatro municipios de la zona han perdido unos 1.600 habitantes. Existe un declive demográfico en el Noroeste de Tenerife y eso es lo que más me preocupa. La natalidad es baja y la población envejece.
¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Creo que hay que emprender políticas efectivas desde otras administraciones para comarcas altamente deprimidas desde el punto de e vista demográfico, como la Isla Baja. Hay organismos creados, como el Consorcio de la Isla Baja, que se impulsó en 1996 para crear infraestructuras que reactivaran y relanzaran la zona. Ahora hay infraestructuras, pero su actividad está paralizada y no se aprovecha toda su potencialidad. Pasa con el campo de golf de Buenavista y el ecomuseo de El Tanque; con la costa silense, que debe reactivarse para el ocio y el turismo, y con el puerto de Garachico, que no se ha desarrollado de forma completa. No tiene accesos, no se ha ejecutado el edificio comercial y de servicios, no se ha batallado por una línea marítima y las piedras de la bocana aún no se han eliminado. El consorcio cumplió, pero hay que ponerlo todo en actividad. Por eso espero que el nuevo gobierno insular de Pedro Martín (PSOE) no se olvide de la Isla Baja y aclare el futuro del consorcio.
¿La Isla Baja necesita un plan específico de desarrollo?
Efectivamente. Y ese debe ser el papel del consorcio: liderar políticas para reactivar la Isla Baja. Si seguimos perdiendo habitantes, la Isla Baja se nos muere. Hay que potenciar las infraestructuras actuales y aplicar políticas sociales, económicas y de fomento del empleo. También debe contribuir a acabar con situaciones como la paralización del Plan Especial del Casco de Garachico, pendiente del Cabildo. Garachico y la Isla Baja no se pueden ver como un portal de Belén donde, año tras año, se van deteriorando las figuritas. No me vale que digan que es todo muy bonito si luego no nos dejan vivir en nuestros pueblos. Igual también habría que plantearse la necesidad de que Icod se incorpore por fin a ese Consorcio del Noroeste. El Cabildo debe actuar para que la Isla Baja no se nos muera, para que no haya barrios como La Montañeta, donde nace un niño cada siete años.
¿Apoya que se redacte un proyecto de circunvalación del casco?
Sí. Pero no es una idea nueva. Se la escuché por primera vez al exalcalde Juan Manuel de León (Nelly). Había incluso un trazado sobre papel: salía del túnel de Las Aguas, atravesaba el acantilado y terminaba la finca de La Quinta Roja. Parecía algo faraónico, pero hoy en día tiene más razón que nunca. Lo que plantea el alcalde José Heriberto González es razonable, sobre todo por los efectos del cambio climático y la subida del nivel del mar. Sin embargo, no creo que el Gobierno de Canarias se lo vaya a plantear cuando ni siquiera saben lo que van a hacer en el tramo del anillo insular entre Los Realejos e Icod.
¿Habrá un hospital de verdad en el Norte?
Vamos a ver ahora. El PSOE tiene la oportunidad de demostrar si, después de tantos años de exigir un hospital de verdad, ahora son capaces de hacerlo. Lo han reivindicado, encabezaban esa demanda y ahora lo pueden llevar a cabo. Veremos.
Fuente: El Día (Raúl Sánchez)