Quintero destaca el potencial de Canarias como productor de frutales tropicales y subtropicales

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En una visita a la SAT Bonnysa, empresa hortofrutícola con producción en Tenerife y actualmente el mayor productor de papaya del archipiélago, el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno canario, Narvay Quintero, ha destacado el potencial de Canarias como productor de tropicales y subtropicales.

Durante el recorrido por fincas de cultivo de papaya y plátano y empaquetados de ambas producciones, el titular del departamento, acompañado por el viceconsejero de Sector Primario, Eduardo García, el gerente de la empresa, Francisco Echandi, y su director técnico, José Alberto López, señaló que el mercado europeo supone una oportunidad para estas producciones canarias, “cuyo principal valor frente a los competidores procedentes de Sudamérica es su frescura, por su proximidad a los consumidores europeos”. Quintero se refirió también a las garantías que ofrecen, derivadas de los exigentes controles de calidad y trazabilidad a las que son sometidas y sus cualidades organolépticas, “fruto de una maduración más prolongada en el árbol y el clima subtropical de Canarias, tratándose, en definitiva, de una papaya un 70% más sostenible que la procedente de Ultramar”.

Esta empresa, que cuenta en la isla con 360 empleados, inició hace más de una década un proceso de reconversión del cultivo del tomate (del que llegaban a producir 32 millones de kilos) hacia el pepino, la pitahaya, la papaya, el arándano y el plátano. Aprovechando la línea comercial iniciada por el tomate, de clara tradición exportadora, apostaron por una estrategia de especialización de tropicales con la que han logrado llegar a comercializar 6,8 millones de kilos de papaya cuyo principal destino (el 80%) es Europa (frente a un 8% que se dirige al mercado local).

Actualmente, sus dos productos estrella son la papaya y el plátano (cuya producción alcanza los 9,2 millones de kilos), por el que han obtenido durante dos años consecutivos el sello “Sabor del Año”, que reconoce su apuesta por un cultivo premium que se distingue por su sabor y calidad. En su finca de El Fraile, que cuenta con su propia desaladora, el cultivo de esta fruta se realiza en invernaderos, dotados con sistemas de riego eficiente, que están rodeados de un sistema de cable guía que permite trasportar las “piñas” hasta el almacén de empaquetado minimizando la manipulación del producto.

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