Tras meses de desarrollo y con la intervención del sector cultural y científico portuense, ya se puede descargar esta aplicación para disfrutar jugando con la biodiversidad del municipio
Las gymkhanas botánicas y culturales y los meses de trabajo han servido para implementar y monitorizar todas las características, incluidas las huellas de relevantes científicos y artistas de proyección internacional vinculados a la ciudad, que ya se pueden disfrutar para participar en la aventura del conocimiento de la riqueza botánica de Puerto de la Cruz. Se trata de ‘Quimera’, un jardín de coexistencia que siembra semillas virtuales para aprender jugando y compartir el cuidado y la convivencia con el entorno portuense.
El sitio escogido para empezar el recorrido es el entorno del Jardín Botánico de Puerto de la Cruz, donde tuvo lugar la presentación de esta app que está disponible para dispositivos IOS y Android, localizadas en el casco urbano de Puerto de la Cruz. El objetivo de la experiencia es doble: por una parte, poner en valor la biodiversidad de este enclave singular y, por otra, su dimensión como laboratorio de experimentación de nuevos relatos entre cultura y naturaleza. Concebidas y desarrolladas para ser accesibles a través de este formato digital plenamente accesible para residentes y visitantes, ‘Quimera’ ofrece a los ciudadanos y viajeros la oportunidad de disfrutar gratuitamente de ellas de manera ininterrumpida a lo largo del tiempo.
“Invitamos a todos los portuenses y a nuestros visitantes a vivir esta aventura, donde cualquier paseo por nuestra ciudad se convierte en la aventura del saber para conocer de primera mano toda nuestra biodiversidad a través de esta herramienta digital interactiva”, subrayó el alcalde Marco González, quien quiso agradecer la enorme implicación de todo el sector, tanto el cultural como el científico, para llevar a buen puerto esta apuesta del área de Cultura del Ayuntamiento.
‘Quimera’ permite que las rutas se puedan realizar de forma autónoma por parte de los participantes sin necesidad de personal de asistencia, ya que la verificación de conseguir o no cada uno de los retos está automatizado en el software. Asimismo, esta alternativa permite que sea el usuario quien decida en qué momento quiere desarrollar la actividad.
Los responsables creativos de la aplicación Salas Mendoza, Fran Pazos y Sergio Rodríguez Estévez de Nomad Garden, así como David Solís de Datrik Intelligence, explicaron que no es casual que este videojuego se inicie en Puerto de la Cruz con el legado y la estirpe de pensadores, científicos y artistas que se han dado en la ciudad, donde ‘Quimera’ es, además de una herramienta lúdica, un modelo aprendizaje “donde la ciencia ciudadana interviene para colaborar en cartografiando la vegetación que existe en el municipio, haciendo que las horas que pasamos jugando sirvan además para sumar en el conocimiento colectivo de nuestro entorno”.
Dentro de la multiplicidad de posibilidades se decidió articular la propuesta a través de una narrativa que priorizarse las relaciones entre estos 4 actores fundamentales: la vegetación de Puerto de la Cruz, los animales que prosperan en los diferentes ecosistemas que estas generan, científicos y artistas de relevancia vinculados a la ciudad y cuyo pensamiento goza de vigencia plena frente a la crisis climática y ecológica y, por último, los potenciales usuarios de esta actividad.
Desde el Área de Innovación, IT y TCB de Turismo de Tenerife, Terry Mederos, quiso poner en valor la especial relación de Quimera con el Laboratorio de Innovación Cultural y Visitante Josity “proponiendo que nuestro entorno sirva de escenario real y virtual para conocer el destino y quienes lo habitan, más si cabe, compartiendo la riqueza botánica del enclave de Puerto de la Cruz con uno de los mejores climas del mundo, donde Quimera además es una herramienta que se acerca a los nativos digitales para sumarles en esta aventura con el juego como excusa”.
Alejandro Martín Perera, codirector de la consultoría privada de la Cátedra Cultural de Gestión y Políticas Culturales Universidad de La Laguna-Federación Canaria de Municipios, quiso subrayar el aporte que hace ‘Quimera’ para “conservar y construir nuestra biodiversidad a través de procesos con la implicación de la ciudadanía, clave para el progreso y desarrollo de los pueblos”.
Con el objetivo de proponer experiencias lúdicas, pero también catárticas, se planteó la elaboración de recorridos-relatos que vinculasen, de manera ejemplar y sintética, las relaciones entre estos actores. “Ha sido un placer y toda una aventura para mí como director del Jardín Botánico participar en el desarrollo de esta experiencia interactiva, que es una herramienta muy útil tanto para conocer el entorno como para disfrutar de él sin salir del municipio”, subrayó el director del Jardín Alfredo Reyes.
Desde esta perspectiva, la gymkhana aparece como una suerte de rito iniciático, que anima a descubrir y recorrer Puerto de la Cruz de manera empática, poniéndonos en la piel de esos otros actores, invitando a contemplar la ciudad como un hábitat no solo humano, un objetivo para el cual será fundamental la aparición de los diferentes científicos o artistas vinculados a Puerto de la Cruz, que serán finalmente en el juego los propios animales, aludiendo a sus espacios y plantas preferidas, a sus vínculos con la sociedad o, especialmente, a la atención que sobre ellos ejercieron los diferentes científicos o artistas propuestos. Con esta estrategia no solo se propone una experiencia menos antropocéntrica, sino que se propicia una mayor coherencia con los objetivos del Quimera, donde se insertan las propias gymkhanas.
‘Quimera’ ya forma parte del Ecosistema Cultural y Creativo de Puerto de la Cruz, que trata de poner en valor y reforzar el tejido cultural desde una visión contemporánea, además de atender el derecho de acceso a la cultura de la ciudadanía. Un compromiso del municipio por colocar la actividad creativa como instrumento de transformación social y desarrollo sostenible.
En esta visión, la ciudad se concibe como un ecosistema cultural y creativo donde se producen relaciones de valor y le aportan identidad como un territorio diferenciado. Así, Puerto de la Cruz ha apostado por la creación de entornos físicos y virtuales donde conectar a personas y organizaciones, un proceso colectivo que ha requerido de una activación a través de cinco ejes de trabajo: las nuevas narrativas, el diseño e innovación social, el desarrollo audiovisual, las infraestructuras y los festivales y programación cultural estable.
