Presentación del libro de Juan José Braojos sobre la historia del agua en Tenerife

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El Cabildo de Tenerife ha acogido en el día de ayer la presentación del libro ‘Alumbramientos, agotamientos y fracasos en los 175 años de historia de las galerías en Tenerife’ de Juan José Braojos. La obra, en la que ha participado el Consejo Insular de Aguas de Tenerife y han colaborado el Colegio de Ingenieros de Obras Públicas y la Cámara Insular de Aguas, narra la historia de las galerías de captación de agua en la isla de Tenerife en los últimos 175 años a modo de inventario cronológico y haciendo un recorrido histórico de las galerías en relación con el sistema hidrogeológico insular.

El acto contó con la presencia de Rosa Dávila; la consejera de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias, Blanca Pérez; el presidente de la Cámara Insular de Aguas, Domingo Pérez; el, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Obras Públicas, Pablo Oromí, y el autor del libro, Juan José Braojos.

Dávila indicó que “celebramos que esta obra salga a la luz porque recoge la relación que hemos tenido históricamente los habitantes de Tenerife con el agua. El autor incluye también su experiencia personal y de cada una de las personas y entidades que le facilitaron la copiosa información que ha permitido la redacción de este libro y, asimismo, se intercalan vivencias, relatos anecdóticos de la aventura del agua en la isla, nuestro verdadero ‘Dorado’.

“El agua es un bien precioso y escaso que ha hecho que los habitantes a lo largo de los siglos hayan tenido que desarrollar su imaginación para localizar el agua y obras de ingeniería para llegar a ella y esta obra, hecha con cariño y dedicación, recoge esa lucha, esfuerzo y trabajo de miles de personas”, indicó la presidenta del Cabildo.

Por su parte, Juan José Braojos, hizo un recorrido por la estructura del libro, y tuvo palabras de agradecimiento “para todas las personas que han colaborado en su edición”, al tiempo que se mostró orgulloso de una obra que narra la historia de las galerías de captación de agua en la isla de Tenerife en los últimos 175 años, bajo dos enfoques distintos.

Así, en el primero la narración se hace a modo de inventario cronológico, describiendo, por zonas, el proceso de implantación de las galerías en la Isla, desde la década de los cuarenta del siglo XIX -fecha de la que se tienen noticias de las primeras perforaciones horizontales del subsuelo en busca de agua subterránea- hasta 2020, mientras que el segundo enfoque se ha puesto en relación el histórico de las galerías con el sistema hidrogeológico insular.

En el primer enfoque se habla del proceso histórico que se desarrolla a lo largo del tercer bloque del libro en varias etapas, entre las que destaca una inicial, entre 1840 y 1915, cuando aún no se tenía conocimiento de la existencia de la gran reserva de agua que permanecía acumulada en el denominado acuífero profundo o basal y la escasa disponibilidad hídrica insular la aportaban algún pequeño pozo costero o de la Vega Lagunera, pero, sobre todo, las aguas de los acuíferos colgados que brotaban de los múltiples nacientes naturales que proliferaban por todo el territorio. Aguas éstas muy deficitariamente aprovechadas debido, bien a la inexistencia de conductos hasta los núcleos de consumo (de abasto o de riego) o bien a la precariedad de la obra de transporte cuando existía.

El objetivo perseguido, pues, con la ejecución de las primeras galerías no fue otro que el de mejorar ese deficitario aprovechamiento. Bastaron unas cortas perforaciones -las denominadas galerías-nacientes- en el entorno de los acuíferos colgados, para alumbrar agua, aunque con muy pequeños caudales y a costa de la merma del de los nacientes del entorno.

Se cuenta en este bloque que en 1913 la súbita aparición de un imponente chorro de agua cuando se perforaba un túnel en Anaga para trasvasar el agua de los nacientes de Roque Negro, en la vertiente Norte, hasta el pago de Los Catalanes, en la Sur, evidenció la existencia de aguas más profundas y en mayor cantidad que las aportadas por los nacientes naturales. Se trataba de las contenidas en el, hasta esas fechas desconocido, acuífero basal. A partir de 1915 las nuevas galerías ya no se emplazaron en el entorno de nacientes naturales, pues se perseguía la obtención de aguas más profundas. Sus trazas se prolongaban lo necesario para contactar con el mentado acuífero basal, dando lugar a las denominadas galerías convencionales. La primera gran etapa de las galerías-naciente dio paso a la de las galerías convencionales.

En 1925 la galería Los Huecos, en Arafo, contactó con el acuífero basal; fue el inicio oficial de su explotación por las galerías; explotación que secundaron nuevas galerías, tanto en el Norte como en el Sur. La actividad perforadora, incentivada por los grandes caudales alumbrados, fue in crescendo hasta 1937 cuando la guerra civil española obligó a paralizar casi todas las obras.

En 1940 la explotación del acuífero basal se retomó con inusitada intensidad, de modo que el caudal conjunto alumbrado por las galerías aumentaba año tras año, hasta que a mediados de los sesenta alcanzó su máximo histórico: unos 7.000 L/s.

Entre 1965-2020 no cabe sino destacar el incontenible descenso de dicho caudal conjunto que obligó, a partir de 1990, a compensar el déficit de recursos convencionales (subterráneos + superficiales) con recursos no convencionales (aguas regeneradas + agua de mar desalada). Por otro lado, el avanzado agotamiento de las reservas dio lugar a la ralentización de la actividad perforadora. Así, en 1984 se abrió la última galería en la Isla (Cuevas Viejas o La Última, en Arico). Actualmente, las labores de alumbramiento de aguas subterráneas se concentran en aquellas parcelas del acuífero donde aún quedan reservas susceptibles de explotar: en Las Cañadas, bajo la cumbre de La Orotava-Fasnia, o en Guía de Isora.

A lo largo de este tercer bloque, capítulo a capítulo, van apareciendo, por zonas, las galerías iniciadas en cada lapso de tiempo considerado, distinguiendo según tres tipos de galerías: convencionales, naciente y socavones. De los tres tipos se aportan tablas (en azul las galerías convencionales, en verde las galerías-naciente y en gris los socavones) con sus características físicas (cota de emboquillamiento, longitud…) y de explotación (caudales y extracción).

Entre 1925 y 1965 el continuado incremento de la disponibilidad de agua hizo necesario la construcción de canalizaciones inter comarcales para transportarla y ponerla en uso allí donde escaseaba. Intercalados con el reseñado inventario cronológico de las galerías se hace referencia, textual y gráficamente, a dichos conductos y a algunas de las muchas arquillas de distribución del agua repartidas por la Isla.

Segundo enfoque

Con el segundo enfoque se ha puesto en relación el histórico de las galerías con el sistema hidrogeológico insular. De esta forma, en el bloque cuarto se hace la descripción de los principales alumbramientos -si los hubo- de cada una de las galerías convencionales perforadas en la Isla, así como de los agotamientos sufridos -cuando, por alguna circunstancia, se secó- o del fracaso de la obra en cuestión – cuando, a pesar de una larga y costosa perforación, no se consiguió alumbrar agua-.

Estas descripciones se hacen por zonas y en cada zona se analizan sectores que agrupan de 10 a 15 galerías con historiales relacionados por compartir todas ellas una misma parcela del acuífero. Con dichos análisis se ha puesto de manifiesto que cada alumbramiento, agotamiento o fracaso ha sido consecuente a esa interrelación y que, además, fueron coherentes con el modelo conceptual de acuífero definido en el primer Plan Hidrológico de Tenerife.

La narración se complementa con numerosos esquemas secuenciales por lo que el proceso de explotación de cada uno de los sectores del acuífero contemplados puede seguirse, además de textual, gráficamente.

Cada apartado de este bloque, dedicado a los distintos grupos, finaliza con un gráfico alusivo a la evolución histórica de los caudales y volúmenes de agua extraídos por las galerías que conforman el grupo y, en paralelo, se ofrece una tabla con sus respectivas longitudes, caudales y extracciones de agua.

Descripción conceptual del multiacuífero de Tenerife (bloque 2)

Previo a los citados bloques 3 y 4 se aporta la descripción del ciclo del agua en la Isla, desde que las primeras gotas de lluvia alcanzan el suelo hasta la extracción, por nacientes, pozos y galerías, del agua subterránea contenida en el multiacuífero insular. Se trata de una pretendida puesta en situación, previa a la narración del proceso evolutivo del acuífero de Tenerife, explotado por las galerías, que ocupa los bloques 3 y 4.

Estadísticas (bloque 5)

En cuatro tablas se detallan los rankings de galerías según sus alumbramientos, caudales y volúmenes de agua extraídos, así como longitudes perforadas en las que fracasaron.

Mis historias con las galerías (bloque complementario)  

Se hace una corta reseña de la experiencia profesional del autor, enumerando a todas y a cada una de las personas y entidades que le facilitaron la copiosa información que ha permitido la redacción de este libro, reiterándoles su agradecimiento. Además, se intercalan algunas de las vivencias tenidas de su relación con las galerías; relatos anecdóticos éstos que no desentonan con el contenido del libro pues, al fin y al cabo, son también parte del mundo de las galerías.

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