Los tres Ayuntamientos del Valle, La Orotava, Los Realejos y Puerto de la Cruz, se han unido para solicitar la incoación del expediente de Bien de Interés Cultural (BIC), en categoría inmaterial, de la “Técnica de conducción de la viña en cordón trenzado del Valle de La Orotava”.
Ayer, el Salón de Plenos del Ayuntamiento de La Orotava, acogió la presentación del trabajo de investigación y documentación que ha permitido la elaboración del mencionado expediente de declaración. El acto fue presidido por los primeros mandatarios de los tres municipios del Valle: Adolfo González, de Los Realejos; Marco González, de Puerto de la Cruz y Francisco Linares, de La Orotava. También se contó con el concejal de agricultura de la Villa, Alexis Pacheco; el técnico de Patrimonio Histórico del consistorio villero y quien ha coordinado el expediente y su elevación, Pablo Torres; Jesús Corvo y Marian Fernández, del Consejo Regulador de la D.O. Valle de La Orotava; y, como invitado, José Manuel Rodríguez, presidente del Consello Regulador da Denominación de Orixe Ribeira Sacra (Lugo).
De la mano del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valle de La Orotava, el expediente se presentó hace algunos meses ante el Cabildo de Tenerife, tras los acuerdos plenarios necesarios de los tres ayuntamientos, y en este momento se está a la espera de resolución por parte de la institución insular.
«Un realejero de excepción, como fue José de Viera y Clavijo, ya citaba lo particular de este sistema de la viña en el siglo XVIII, un cultivo que sigue siendo una de las señas de identidad de Los Realejos y del Valle de La Orotava, que abarca 93,3 hectáreas según nuestro mapa de cultivo municipal, que da carácter a nuestras bodegas, y por el que seguiremos apostando, como hasta ahora, con jornadas técnicas para la investigación y divulgación, con rutas guiadas por los paisajes de la vid y bodegas, con distintos eventos de promoción gastronómica y vitivinícola a lo largo del año, o con el concurso de vinos regional y local de vinos Manuel Grillo Oliva en el marco de nuestras Fiestas de Mayo, en todo ello siempre dando buena cuenta de la distintiva técnica de conducción de la viña, tan particular de nuestra comarca, como es el cordón trenzado», indicó Adolfo González.
El alcalde de Puerto de la Cruz, Marco González, agradeció a la denominación de origen el impulso de esta tramitación «porque es una apuesta por la identidad de un territorio y de un paisaje que compartimos que tiene como resultado un producto diferenciado y muy apreciado por los turistas», y subrayó además la coordinación y apoyo de las corporaciones locales para que el resto de instituciones hagan suyo este apoyo para seguir profundizando en el legado que nos ofrece el trabajo de tantas generaciones.
El alcalde de La Orotava, Francisco Linares, valoró este ambicioso proyecto que nació hace unos cinco años, “por lo que se ha llevado a cabo un minucioso y ejemplar trabajo de investigación para defender la declaración de bien de interés cultural que merece este singular sistema del cordón trenzado en el cultivo de la vi en el Valle”. “Estamos ante una oportunidad cultural, económica, turística”, apostilló. También valoró la unidad de los tres ayuntamientos del Valle, junto al Consejo Regulador, para defender la protección del sector primario y, en concreto, del vitivinícola, así como apostar por la máxima defensa y protección de esta tradición que es única en el mundo. En este sentido, incidió en la parte educativa que también se debe llevar a cabo en esta materia.
Cordón trenzado
Esta forma excepcional de conducción de la viña, formando grandes parras de sarmientos trenzados entre sí y levantado del suelo por horquetas, es propia del Valle de La Orotava y, no solo, no se localiza en ninguna otra parte del archipiélago, sino que es única en el mundo. Su existencia se puede documentar varios siglos atrás y está relacionada con la introducción en el Valle del cultivo de la uva malvasía y su necesidad de podas largas, al mismo tiempo que este sistema permite aprovechar el terreno para otros cultivos en los periodos de descanso de la viña.
El “cordón trenzado” es, por tanto, una manifestación cultural excepcional de nuestro Valle y como tal debe ser reconocida, documentada y protegida con los medios jurídicos actuales, con el fin de preservar un conocimiento de enorme valor de nuestro campesinado y su paisaje cultural asociado.