Coincidiendo con las fiestas del barrio se realizó una jornada de puertas abiertas en la que se mostró el resultado de la recuperación del inmueble del siglo XVIII
El Ayuntamiento de San Juan de la Rambla presentó recientemente a los vecinos de la localidad, en especial a los del barrio de Las Rosas, el resultado de los trabajos de restauración de la Casa Grande, realizando para ello una jornada de puertas abiertas en la que se aprovechó para rendir homenaje a tres vecinos que durante su juventud trabajaron tanto en la casa como en los terrenos aledaños.
De esta manera, todos los asistentes pudieron escuchar de boca de Doña Elvira, Doña Antonia y Don Felipe, hijo de una de las últimas habitantes de la Casa Grande, la época en la que durante los siglos XIX y XX las mujeres del municipio, como en tantos otros, se hicieron cargo de la economía familiar, la agricultura y el desarrollo social y cultural cuando la mayor parte de los hombres emigraron.
“Un emocionado homenaje que se hizo respetando las costumbres de antaño: Enramando con flores y fruta sillas de madera convertidas en esta ocasión en tronos”, añade el alcalde Ezequiel Domínguez. “Estos tres testimonios nos sirvieron para ubicar históricamente y dar a conocer a las nuevas generaciones la importancia de este inmueble, que ejerció como centro económico, social y educativo de una época en la que el trabajo colaborativo fue la columna vertebral de una sociedad que se hizo a sí misma”.
Una vez contextualizada históricamente, todos los visitantes pudieron comprobar de primera mano cómo se ejecutaron las obras de recuperación de este inmueble representativo de la arquitectura doméstica canaria de mediados del siglo XVIII. Unas acciones que se centraron en mejorar y acondicionar el conjunto arquitectónico para su correcto funcionamiento y puesta en valor como centro de divulgación e interpretación agrícola y de uso comunitario, con la disposición de espacios de oficina para la administración y dependencias tanto para formación de jóvenes ganadores y agricultores como para divulgación del patrimonio agrícola y ganadero, completando el inmueble con baños y vestuarios completos, recepción, zonas de comunicación y distribución interior, además de otros espacios que servirán como salas polivalentes.
En el exterior se ejecutó la mejora de los accesos, la regeneración de los muros de contención definiendo el perímetro, la creación de zonas de aparcamiento y de espacios al aire libre y la recuperación del histórico aljibe. Las obras contaron con un presupuesto estimado de 795.000 euros, procedentes la mayor parte de aportación insular, en concreto 715.500 euros, mientras que los 79.500 euros restantes han sido de fondos municipales.