Imagen ilusionante

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Es significativo que la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE, haya escogido “polarización” como la palabra del año 2023, debido a su gran presencia en los medios de comunicación y a la evolución de significado que ha experimentado, para aludir, principalmente, a situaciones en las que hay dos opiniones muy claras y diferenciadas, recordándose que hace referencia a los polos, en ocasiones, con las ideas presenciales de crispación o confrontación. Es la orientación en dos direcciones contrapuestas, que crea un ambiente social, económico y político frentista. Por cierto, del cual la inmensa mayoría de los ciudadanos estamos más que cansados, hartos.

Nunca nos cansaremos de recordar, porque es historia real y vivida, los primeros años de la ejemplar Transición española, donde la palabra que estaba de moda, precisamente por su uso continuado y afectación en la ordinaria convivencia era “consenso”, como el acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios.

El ejemplo que se quedó en la memoria de los españoles, fueron los famosos Pactos de la Moncloa, conformados por el “Acuerdo sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía” y el “Acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política” firmados por todos los partidos políticos del momento el 15 de octubre de 1977. Toda una lección de señorío, poniendo los intereses generales delante de cualquier inclinación particular. Ahora que se tiene un interés político especifico, en borrar toda referencia a esa época tan ilusionante por parte del populismo rampante que impera a sus anchas, empobreciendo absolutamente todo lo que dice, toca o hace, es bueno traer a la palestra esta verdadera memoria histórica y no la otra que se han inventado según sus antojos ideológicos.

El recordado y añorado presidente Adolfo Suarez, justo es decirlo, también con otros políticos de aquellas circunstancias, fue el impulsor de la armonía política en este país, activando siempre el acuerdo como premisa imprescindible para avanzar, un día matizó que, “El diálogo es, sin duda, el instrumento válido para todo acuerdo pero en él hay una regla de oro que no se puede conculcar: no se debe pedir ni se puede ofrecer lo que no se puede entregar porque, en esa entrega, se juega la propia existencia de los interlocutores.” Toda una lección, que deberían aprender los cachorros, dicho con todos los respetos, pues nos referimos a los miembros de las generaciones jóvenes dispuestas a suceder a las anteriores en un ámbito determinado.

A principios de marzo se celebró en Madrid una reunión en el Ministerio de Transportes entre el Gobierno de España y el Gobierno de Canarias, con la intención de poner en marcha un grupo de trabajo, para comprometer conjuntamente la financiación de la construcción de los ferrocarriles en Gran Canaria y Tenerife. Estuvo presente el ministro de transportes y movilidad sostenible, Oscar Puente, el consejero canario de obras públicas, vivienda y movilidad, Pablo Rodríguez y los presidentes de los Cabildos de ambas islas capitalinas, Rosa Dávila y Antonio Morales. El asunto es importante en sí mismo, por las repercusiones positivas que puede llevar para la movilidad sustentable en Canarias, pero lo que querríamos destacar sobre manera, es la foto del encuentro, porque como dice el refrán “una imagen vale más que mil palabras”. El hecho de que estuvieran juntos los dos máximos responsables insulares, con el representante del ejecutivo autonómico defendiendo conjuntamente los intereses canarios es una buena iniciativa, que habría que implementar como forma común de difusión y acción en la política canaria, porque juntos podremos. 

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