Los terrenos de esta zona, en los que habrá más de 6.000 metros cuadrados para espacios verdes y un parque, forman parte de la última gran bolsa de suelo residencial que queda en la villa y puerto
La urbanización El Lamero, de más de 5 hectáreas, es la última gran bolsa de suelo residencial que queda pendiente de desarrollo en la villa y puerto de de Garachico. El alcalde, José Heriberto González, confía en que la colmatación de la trama urbana del casco histórico se convierta en una oportunidad para que los vecinos puedan acceder a una vivienda a un precio más asumible que en la actualidad. Este proyecto urbanístico prevé la construcción de al menos 60 viviendas de protección oficial (VPO) de mercado libre, cuyo precio estará limitado por el Gobierno de Canarias para hacerlas más asequibles.
González matiza que no serán viviendas sociales, sino viviendas “de precio tasado”, cuyos compradores tendrán también la posibilidad de recibir subvenciones y bonificaciones en sus hipotecas. “No serán unas viviendas excesivamente baratas, pero serán una oportunidad que ahora no existe para que los vecinos encuentren un hogar en su localidad o para que garachiquenses que han tenido que marcharse fuera, puedan regresar”, detalla.
En la actualidad se están negociando cuestiones como la edificabilidad o el aprovechamiento urbanístico de cada parcela, por lo que resulta complicado ofrecer un dato exacto respecto al número total de viviendas que se podrán edificar en El Lamero. “Hay parcelas en las que se prevén viviendas unifamiliares y otras en las que habrá pequeños edificios con pisos o apartamentos, así que en estos momentos la cifra total no está cerrada. Hablamos de estimaciones”, advierte González.
Numerosos beneficios
Esta urbanización desbloqueada tras más de una década de parálisis generará, a juicio del alcalde, numerosos beneficios al municipio y a sus habitantes, empezando por el incremento de la oferta de viviendas disponibles en un lugar donde hay pocas alternativas y precios altos. Además de otras cuestiones relativas a la movilidad interior o las infraestructuras públicas, los espacios libres y las zonas verdes.
El casco de Garachico se ha quedado sin suelo para crecer. Está limitado al norte por el océano Atlántico, al sur por los acantilados de La Culata y al oeste por la servidumbre de protección marítimo terrestre. Hacia el este queda El Lamero y, hasta su desclasificación, una zona de uso turístico en la finca de Villafuerte. Más allá se ubica el puerto deportivo.
“En la planificación urbanística de 1993 ya aparecía El Lamero y se contaba con la posibilidad de urbanizar también la finca de Villafuerte, que durante un tiempo se catalogó como suelo residencial. Luego pasó a ser suelo urbanizable de uso turístico y en la actualidad vuelve a ser rústico”, explica González. El Ayuntamiento no cierra del todo la puerta a que la zona de Villafuerte pueda albergar un hotel de bajo impacto vinculado a la actividad del cercano puerto deportivo. Sin embargo, el uso residencial de esa parcela está completamente descartado.
Uno de los grandes beneficios de El Lamero será para la movilidad de los vecinos de El Volcán. En la actualidad, todo el tráfico se concentra en una vía estrecha y sinuosa, lo que dificulta la accesibilidad al núcleo que concentra la mayor parte de la población del casco. “En breve iniciaremos la fase de diseño, junto a la Policía Local, de la organización del tráfico con la puesta en servicio de las calles de la urbanización”, añade González, “lo que nos dará la oportunidad de tener una vía de entrada y otra de salida”. En la zona habrá más de 6.000 metros cuadrados para zonas verdes y algún parque, “donde podremos ofrecer alternativas que necesitamos como un parque infantil o zonas para hacer ejercicio al aire libre”.
Más del 60% es de la Sareb
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) es propietaria de algo más del 60% de El Lamero, lo que en las circunstancias actuales supone, a juicio del alcalde, “una garantía para que se desarrollen las actuaciones necesarias para concluir la urbanización”. El Ayuntamiento espera tramitar en breve la licencia de las obras necesarias. La inversión ronda los 3 millones de euros y su alto coste se justifica por la necesidad de ejecutar las zonas verdes y el parque público; la última capa de asfaltado de las vías principales; la reparación y puesta a punto del alumbrado público, lo que implicará sustituir farolas y reponer el cableado eléctrico robado; la mejora de aceras deterioradas, y otras cuestiones menores.
La idea de la Junta de Compensación es ejecutar estos trabajos por fases, “comenzando por las vías principales y los equipamientos públicos para, posteriormente, seguir ejecutando el resto en la medida en la que vayan urbanizando”. Para el alcalde, “tendría que suceder algo muy extraño para que esas obras en El Lamero no empiecen este año”.
Tres años después, un campo de fútbol
Por otro lado, el Ayuntamiento de Garachico ha iniciado recientemente las esperadas obras de reforma del muro del campo de fútbol de La Caleta de Interián, lo que permitirá que la localidad ponga fin a un periodo de casi tres años en el que los equipos locales han tenido que salir fuera del municipio para jugar a fútbol once contra once. El alcalde confía en que este recinto deportivo, que sólo se puede utilizar en la actualidad para fútbol 7, “esté plenamente operativo a partir de agosto de este año y de cara a la temporada 2021-2022”. Garachico se quedó sin su único campo de fútbol 11 en noviembre de 2018, cuando un temporal marítimo destruyó el recinto deportivo del casco. Sin avances respecto a una nueva infraestructura deportiva, con la reparación del muro de La Caleta se da un paso clave para que el Gara y el Interián puedan retomar su actividad en todas las categorías sin salir de Garachico.
Fuente: El Día (Raúl Sánchez)