El Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias (FICMEC) centra su programación de este viernes en las películas españolas ‘El viaje de Unai’ y ‘Cantábrico’ y en la producción germanopolaca ‘Zud’, tres documentales que compiten en la sección oficial del certamen de Garachico. El director de la primera, Andoni Canela, y el sonidista de la segunda, Carlos de Hita, estarán presentes en los pases, que tendrán lugar en el antiguo convento de San Francisco, para intercambiar impresiones con el público.
‘El viaje de Unai’ (70’, 2016, España), que se proyectará a las 17.00 horas, cuenta la historia de un niño de diez años que viaja junto a su familia en una extraordinaria aventura alrededor del mundo. Su padre, Andoni Canela, es fotógrafo de naturaleza y tiene la misión de buscar siete animales emblemáticos para fotografiarlos y mostrar la delicada situación en la que se encuentran. Durante más de un año, Unai sigue sus pasos compartiendo la experiencia con su hermana y su madre.
Al término de la proyección, Canela y toda su familia responderán a las preguntas del público. El director es un fotógrafo especializado en periodismo ambiental, ha obtenido el premio Godó de fotoperiodismo y ha publicado una docena de libros sobre fauna salvaje y temas de naturaleza.
A las 19.30 horas se pasará ‘Cantábrico’ (101’, 2017, España), de Joaquín Gutiérrez Acha. El director hace un recorrido por la cornisa cantábrica, un lugar mágico y misterioso muchos de cuyos rincones están aún por descubrir: bosques, caballos salvajes, lobos ibéricos, gatos monteses y urogallos conviven en un lugar donde la fantasía y la realidad caminan juntas. El sonidista de la película, Carlos de Hita, participará con el público en una charla posterior a la proyección de la película.
Por último, para las 22.30 horas está programada la producción ‘Zud’ (85’, 2016, Alemania-Polonia), de la realizadora Marta Minorowicz. La película fue rodada en las estepas heladas de Mongolia, donde se muestran las vidas de sus habitantes, que están a merced de las estaciones y de los imprevistos, mientras la naturaleza dicta las reglas de una existencia nómada.
‘Zud’ también retrata al niño Sukhbat, de once años, que tiene que abandonar la escuela, regresar a casa y ayudar a mantener a su familia cuando el crudo invierno ocasiona daños a la actividad ganadera de sus padres. El progenitor le encomienda la responsabilidad de domar un caballo salvaje para que gane una competición regional y Sukhbat se ve obligado a afrontar una forma de vida gobernada por una naturaleza inclemente y por la tradición.
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