El certamen se convierte en el principal foro para debatir cómo la actividad cinematográfica influye en el territorio canario
El Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias (FICMEC) sentó a debatir en una mesa a instituciones, productoras y ecologistas para abordar la sostenibilidad de las filmaciones, un objetivo en el que el festival canario fue pionero a nivel estatal al plantear hace años la necesidad de regular las filmaciones de cine y publicidad para garantizar el respeto al medioambiente regional. El encuentro entre los distintos protagonistas de esta cuestión, titulado ‘Aproximación a los rodajes en espacios naturales de Canarias’, clausuró en la Casa de Piedra de Garachico la jornada ‘Rodajes sostenibles’ en la XXVI edición del festival el pasado viernes 31 de mayo.
Esta línea de trabajo, abierta por FICMEC hace años, es lo que está detrás de los decálogos elaborados por la Tenerife Film Commission y su sello para orientar a las productoras con unas normas básicas de funcionamiento para reducir o evitar el impacto ambiental de los equipos audiovisuales. Igualmente, el Gobierno de Canarias ha seguido esta senda iniciada por FICMEC con la vista puesta en su aplicación en todo el Archipiélago. Precisamente, el ‘Informe de sostenibilidad en la industria audiovisual española’, elaborado por la Red Española de Clústeres Audiovisuales (REDCAU) y el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER) –que se presentó en esta jornada– califica de “esenciales” estas herramientas creadas en Canarias para elaborar el plan de sostenibilidad de las producciones audiovisuales.
Moderado por la ambientóloga y ecomanager Jeniffer Castañeda, el debate contó con la presencia del director general de la Consejería de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático del Gobierno de Canarias, Ángel Montañez; la arquitecta y supervisora de localizaciones de Sur Film, Yanira de Armas; y el licenciado en Biología y miembro de la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad de Canarias, Luis Rodríguez Luengo.
El experto en biodiversidad se mostró satisfecho de que, al fin, después de rodajes que hace años hicieron saltar todas las alarmas ambientalistas, las productoras hayan incorporado el compromiso por la sostenibilidad en su agenda de trabajo, mientras se mostró partidario de dotar de personal el necesario trabajo de un equipo de inspectores que actualmente no existe o es insuficiente.
Por su parte, Castañeda subrayó la importancia de que estos compromisos no se queden en papel mojado, en un gesto hacia la galería, en lo que coincidió con Rodríguez Luengo, que mostró su preocupación por que el anuncio de la aplicación de estas medidas no caiga en el “ecopostureo”. La representante de las productoras en la mesa aseguró que su decisión de evitar impactos negativos de su intervención sobre el territorio canario es fundamental “porque vivimos de esto”, dijo al presentar como una garantía de su compromiso el que el motivo que impulsa al sector audiovisual en este ámbito es conservar el territorio que se constituye en materia prima esencial de su negocio.
El biólogo se refería con estas “alarmas” a los efectos de filmaciones como ‘Furia de titanes’, que en Las Cañadas llegó a plantar la especie invasora pennisetum setaceum, conocida como “rabo de gato” y a provocar explosiones con poliexpán. Igualmente, el rodaje de ‘Oro’ en Anaga se dio en plena época de nidificación de aves en el Hábitat de Interés Comunitario que constituyen los palmerales en Canarias, además de otras intervenciones, como la creación de fosos de agua y cambios en el nivel de los suelos por traslados de tierras. En este rodaje, específicamente, además, las medidas correctoras tras la filmación incluyeron la plantación de especies invasoras en esta Reserva de la Biosfera que abarca el espacio donde la mejor representación de laurisilva de Tenerife ha conseguido sobrevivir 40 millones de años.
Estos espacios, custodiados con distintos grados e instrumentos normativos –desde el Parque Nacional hasta las Reservas de la Biosfera, las distintas categorías de espacios naturales protegidos y Zonas de Especial Conservación– pertenecen a toda la comunidad, constituyen un patrimonio natural de toda la ciudadanía, presente y futura. Esa conciencia parece estar detrás de algunas de las intervenciones del público, que manifestó su preocupación sobre lo que consideran falta de acción de las administraciones públicas canarias en garantizar su protección. Así, en sus intervenciones, algunos participantes del público –ante la oportunidad de hablar directamente con el director general del Gobierno de Canarias– dieron testimonio de desmanes que provocan algunos turistas –como es el caso de los destrozos provocados en Lanzarote–.
También se tuvieron en cuenta otras acciones no relacionadas con los rodajes cinematográficos, televisivos y publicitarios: la actividad creciente de personas influyentes en las redes sociales, que igualmente, según algunos participantes, requieren de vigilancia, gestión de permisos, cobros de tasas y aplicación de sanciones.
Al plantear su visión de las políticas que corresponde poner en marcha al Gobierno de Canarias, Montañez se mostró contrario al cobro de tasas específicas y a poner en marcha un sistema de vigilancia e inspección acorde al valor y la extensión de los espacios naturales protegidos en las islas –en torno al 40%, dada la singularidad de los territorios insulares y la fragilidad de la biodiversidad en las islas oceánicas–. El director general de la Consejería de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático hizo hincapié en su apuesta por el papel de las campañas educativas y de sensibilización, aunque, ante la exigencia sobre la importancia de instrumentos como las tasas y la vigilancia, concedió que “todo forma parte de un mix”, en el que todas las iniciativas que garanticen la reducción de impactos pueden ser bienvenidas.
El sector cerró filas ante la sugerencia de que podría considerarse la posibilidad de declarar la saturación de rodajes en los espacios naturales canarios por haberse superado su capacidad de carga. Todas las personas implicadas de alguna manera en el sector, incluida la gerente del Clúster Audiovisual de Canarias, Genoveva Ayala, se mostraron partidarias de mantener y desarrollar este sector creciente de la economía en Canarias. En otra vertiente que no pudo desarrollarse, destacaron que las imágenes resultantes de estas acciones incitan a visitas turísticas a las zonas de grabación, un hecho que fue considerado como un valor que apuntala la industria turística, a pesar de que las manifestaciones señalan que este sector económico ha desbordado ya los límites aconsejables para su propia continuidad.
La previsión de horarios y la acotación de la temática a la grabación en espacios naturales de las islas dejó en este punto la discusión y quedó para otro momento el abordaje de otro debate pendiente: entender la sostenibilidad en sus tres vertientes –como proponen quienes defienden los “tres balances”, para añadir los requisitos del equilibrio económico y social al ambiental–, un asunto que también urge en las Islas. Aquí el cine se presenta como un factor de diversificación de la actividad económica, como una nueva línea de generación de riqueza sin reformular un modelo económico que mantiene la dependencia, la extracción de riquezas sin redistribución, la desigualdad y la subordinación a los centros de poder económico y cultural.
FICMEC está patrocinado por el Ayuntamiento de Garachico, Cabildo de Tenerife, Gobierno de Canarias, Instituto Canario de Desarrollo Cultural (ICDC), Consejería de Transición Ecológica y Lucha contra el cambio climático, el Ministerio de Cultura del Gobierno de España, Fundación CajaCanarias y Teleférico del Teide. Colaboran Tenerife Film Commission, Museo de la Naturaleza y Arqueología (MUNA), Fundación César Manrique, Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello y el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) César Manrique.