Es una enfermedad que se transmite por contacto estrecho, por lo que afecta a la población general. Las cadenas de transmisión del virus pueden surgir en cualquier contexto que implique un contacto estrecho con otras personas. Pertenecer al colectivo LGTBI+ no es un factor de riesgo específico para esta enfermedad
La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+), pide a las autoridades sanitarias, a los agentes políticos y a los medios de comunicación responsabilidad para que no se vincule al colectivo LGTBI+, particularmente a los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, como grupo de riesgo ante la viruela del mono (‘monkeypox’).
La viruela del mono, endémica de África, ha registrado sus primeros casos en Europa, en países como Reino Unido, Portugal y España. En nuestro país, el Ministerio de Sanidad ha lanzado una alerta sanitaria al conjunto de comunidades autónomas tras confirmar en Madrid siete casos positivos y mantener como sospechosos otros 22 a la espera de los resultados del Centro Nacional de Microbiología. Elena Andradas, Directora General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, ha declarado que «la transmisión del virus suele ser respiratoria, pero por las características de estos 23 casos la transmisión apunta a un contacto con mucosas infectadas durante relaciones sexuales. La mayoría corresponden a ese dato. Todos son adultos jóvenes y la mayoría así son, pero no todos. No hay ninguna mujer. Son todo hombres jóvenes», refiriéndose a hombres gais y bisexuales. Ante estas afirmaciones, es importante señalar que la transmisión se da en el contexto de un vínculo estrecho con la persona infectada, no necesariamente por vía sexual y, por supuesto, no es exclusiva de la población LGTBI+.
Es necesario señalar las importantes repercusiones que tiene vincular una enfermedad con un colectivo, tanto a nivel social, como a nivel personal y psicológico, puesto que crea un estigma, que, si se asienta, es muy difícil de combatir. Por este motivo, es necesario que todos los agentes implicados sean responsables y no fomenten la desinformación, puesto que esta tiene un doble efecto, por un lado, estigmatiza a los colectivos vulnerables y, por otro, genera una falsa sensación de invulnerabilidad en el resto de la población.
Cómo se contagia
El contagio inicial de la viruela del mono suele producirse por contacto con animales o carne contaminada en ambientes selváticos. Una vez que el humano es portador, la transmisión se produce mediante un vínculo estrecho con la persona contaminada, es decir, por contacto directo con las zonas infectadas. Además, se ha demostrado que la forma principal de adquirir el virus es por contacto directo con la zona afectada y que las zonas afectadas generalmente son zonas de piel seca. Por tanto, las cadenas de transmisión pueden surgir en cualquier contexto que implique un contacto estrecho con otras personas. Toni Martí, coordinador del Grupo de Salud Integral de FELGTBI+, señala que “todas las personas con la viruela del mono comparten el perfil de 35 años de edad, coincidiendo con los años en que se dejó de administrar la vacuna contra la viruela en España. 1980 es el primer año en que no se administra por considerarse una enfermedad erradicada, por lo que lo normal, como en casos de cualquier alerta sanitaria, es pedir prudencia a las personas inmunodeprimidas, en este caso menores de 35 años, niños, ancianos… y, en todo caso, tener en cuenta las informaciones de expertos sanitarios, como la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC)”.
Síntomas parecidos a la viruela, pero más leves
En los seres humanos, los síntomas son similares a la viruela, aunque algo más leves. En sus primeros estadios, cursa con cuadros de fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, dolor de espalda, inflamación de los nódulos linfáticos, escalofríos y agotamiento. Pero también, con otro de sus signos más característicos, erupciones cutáneas que afectan principalmente a la cara, las manos y los pies. El periodo de incubación ronda entre los 6 y los 16 días y la enfermedad suele durar de 2 a 4 semanas, por lo que ante cualquier sospecha es fundamental ponerse en contacto con el sistema sanitario y mantener un riguroso aislamiento.
En la actualidad no hay un tratamiento específico para combatir su transmisión, pero se prevé que la vacuna de la viruela tiene un 85% de eficacia para prevenir la viruela del mono. A pesar de la alarma, se considera una enfermedad con un bajo riesgo de contagio, puesto que la prevención pasa por limitar los contactos muy estrechos con las personas infectadas. Nahum Cabrera, coordinador del Grupo de VIH de FELGTBI+, ha recordado que “es una enfermedad más de transmisión por contacto directo de las zonas infectadas, no es de fácil transmisión, pero si ves alguna erupción cutánea inusual por el entorno de la zona genital, contacta con el sistema de salud especializado de referencia en tu zona”.