El Siglo XXI continúa sin un cambio relevante ante los derechos de este colectivo social
El medio de comunicación LGTBIQ+ Cromosomax.com, ha realizado un estudio recopilatorio de información sobre el Día Internacional de la Visibilidad Trans que se conmemora hoy.
Desde el 31 de marzo de 2009 se conmemora de manera internacional este día con la intención de concienciar sobre las condiciones de vida de las personas trans, quienes enfrentan de manera diaria situaciones de vulneración de sus derechos, discriminación, violencia y crímenes de odio a causa de su identidad de género.
Este movimiento surgió de la activista trans Rachel Crandall, co-fundadora de la organización Transgénero Michigan, quien nació en un mundo injusto donde su vida interior y exterior no coincidían. Un secreto que mantuvo encerrado mientras su mente caía en picado, “como si una ola del océano no te dejara salir a la superficie a respirar”. Puso fin cuando vio que había más personas en el mundo que se sentían igual y decidió ir en busca de todas ellas fundando este día.
La realidad de las personas trans, a pesar de los avances legislativos y sociales, continúa siendo un conjunto de datos predominantemente negativos. Aumenta la transfobia, incluso se manifiesta en las acciones más cotidianas de una persona. Todo sumado a que el trámite de la ley trans, que garantizaría la protección y blindaje estatal de derechos, no se consolida.
Las leyes sobre los derechos trans no avanzan
A fecha de hoy, no avanza la tramitación de la ley trans bloqueada por el Poder Judicial y el Consejo Fiscal. La ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI reconoce que las personas trans ya no tendrán que pasar por declarase como ‘enfermas’ con un diagnóstico de ‘disforia de género’ en el sistema sanitario para poder modificar su sexo en el DNI. Es lo que garantiza la autodeterminación de género, una de las luchas históricas del colectivo que se materializa con esta norma.
«Con la nueva ley se reconocerían las identidades trans sin patologizarles, ni tutelarles, con lo que pasarían a ser ciudadanos de pleno derecho».
La norma fue enviada por el Gobierno al Consejo General del Poder Judicial el 15 de diciembre del año pasado por vía de urgencia, es decir, se debería haber tramitado en un plazo de 15 días. Tres meses después, la norma continúa bloqueada.
Las cifras de transfobia aumentan y con ellas, los delitos de odio
Hay discursos excluyentes que legitiman la violencia hacia las personas trans, contenido en redes sociales que incitan al odio y rozan el delito. ¿Quién concluye lo que significa llegar al delito de odio en estos casos? Miles de perfiles rondan las redes sociales en contra de las personas trans, ya sea bajo pseudónimos, “protegidos” por un “escudo” llamado “libertad de expresión”.
Según un estudio recopilatorio de información de cromosomax.com, los ataques al colectivo LGTBIQ+ han aumentado en nuestro país un 9,3% y son cada vez «más violentos». El informe del Observatorio Andaluz señala la infradenuncia como uno de los patrones de «comportamiento habitual en más de la mitad de los casos» en los que las víctimas tienen miedo del rechazo de sus familias, sienten vergüenza o pánico a ser asaltadas nuevamente.
«Nos sentimos excluidos por Sanidad, los responsables de salvar nuestras vidas»
La formación para profesionales sanitarios sobre la salud trans es nula, lo que supone que los profesionales que se enfrentan a estas situaciones decidan sin imposiciones cómo cuidar al colectivo, es por eso que a día de hoy existen profesionales que juzgan los procesos de hormonación o nombran a una persona por su antiguo nombre, entre otras situaciones que dificultan la atención de personas trans en centros de salud.
Según un informe de 2019 de la FELGTBIQ, un 27,5% de las personas trans encuestadas contestaron que tan solo alguna vez acudían al médico ante algún problema. Un tercio de la muestra.
Doble tasa de desempleo respecto a personas cisgénero
La preocupante tasa de discriminación en las empresas necesita una ley trans y LGTBI para eliminar y luchar contra la exclusión que sufren las personas trans. La ley existente no habla sobre la descomunal cifra de paro o las agresiones en el ámbito laboral hacia el colectivo trans.
Debido a estos números, si las personas trans consiguen un trabajo, se enfrentan a una lucha interna, en la que gana por goleada condicionar su identidad y “volver al armario”.
A pesar de la visibilidad que han conseguido las voces trans gracias a la lucha política, aún falta mucho para materializar las políticas públicas y los derechos obtenidos.
