La consejera de Acción Social en el Cabildo destaca la apuesta del Instituto por contar con servicios especializados con los que realizar un seguimiento y asesoramiento de calidad a las mujeres
El Cabildo de Tenerife, a través del Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) que preside la vicepresidenta tercera y consejera de Acción Social, Marián Franquet, y el fiscal delegado de Violencia de Género en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, José Luis Sánchez-Jáuregui, se han reunido recientemente para coordinar los procesos de atención a las víctimas de la violencia machista que son usuarias del Instituto y hacer balance sobre la situación actual de dichas mujeres.
Marián Franquet puso de relieve la necesidad de contar con recursos especializados, tanto a nivel social, psicológico, jurídico y educativo para atender a estas mujeres. “Las mujeres que han sufrido violencia machista cuentan con unas secuelas que no son fáciles de superar y, por ello, tenemos que poner todos los esfuerzos necesarios para lograr que las superen de manera integral y efectiva”. Además, hizo hincapié en la necesidad de contar con profesionales cualificados para tratar a estas mujeres que, en muchos casos, siguen conviviendo con su maltratador”.
La Unidad de Violencia de Género del IASS ofrece sus servicios en la búsqueda de cuatro objetivos específicos: la planificación, coordinación y supervisión de los centros y servicios de atención; la prestación de servicios y gestión de los recursos de apoyo, alojamiento y acogida; la asistencia y cooperación jurídica, económica y técnica de los servicios y centros que integran el sistema, y la prestación de servicios sociales especializados de atención integral. Solo en 2021, el Servicio Insular de Atención Especializada para Víctimas de Violencia de Género de Tenerife atendió a 4.516 mujeres y a 1.243 menores.
Durante su encuentro, la consejera de Acción Social y el fiscal realizaron un recorrido por los recursos que acogen a las víctimas de la violencia de género que recurren al IASS, desde que llaman al 112 alertando de su situación. En concreto, visitaron el DEMA, la Casa de la Mujer y uno de los pisos tutelados, siguiendo, de esta manera, el mismo itinerario que realiza una usuaria víctima de violencia de género del Instituto, logrando ofrecer un servicio de calidad que pretende cubrir todas las necesidades de la persona.
El primer recurso visitado fue el DEMA (Dispositivo de Emergencia para Mujeres Agredidas), donde se presta asistencia inmediata a las mujeres que se encuentran en situación de necesidad tras haber sufrido violencia de género o que se encuentran en un riesgo inminente de padecerla. Solo el año pasado, el DEMA prestó servicio a 426 mujeres.
Posteriormente, la consejera y el fiscal visitaron la Casa de la Mujer, que ha sido rehabilitada y ha mejorado sus instalaciones para ofrecer un servicio de mayor calidad a las usuarias. A las casas de acogida llegan las mujeres tras la valoración en el CAI. El periodo máximo en este tipo de recursos es de 12 meses y en él se ofrecen programas de apoyo, acompañamiento e intervención integral para la recuperación, fortalecimiento personal e integración social, laboral y educativa de la víctima. Las casas de acogida del IASS prestaron servicio el pasado año a 31 mujeres y 55 menores.
Una vez superado este periodo, la mujer que no ha logrado superar los objetivos del plan de intervención integral puede acceder a un piso tutelado. Precisamente, esta fue la última parada que realizaron Marián Franquet y José Luis Sánchez-Jáuregui. En 2021, estos pisos tutelados acogieron a nueve mujeres y 16 menores.
Marián Franquet destacó que, “gracias a la red insular de prevención y protección integral para las víctimas de violencia de género, nuestras usuarias cuentan con un acompañamiento integral en cada paso del proceso”. En este sentido, el IASS cuenta con oficinas comarcales que permiten ofrecer un asesoramiento y acompañamiento más personalizado a las víctimas. Cabe destacar que, para ser atendida en la Unidad de Violencia de Género del IASS no es necesario que las víctimas denuncien a su agresor.