El Cabildo y el Centro Internacional de la Papa impulsarán acciones para valorizar las papas antiguas de Tenerife

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El Cabildo colaborará con el Centro Internacional de la Papa (CIP) para realizar acciones que contribuyan a la valorización de las papas antiguas de Tenerife a través de la gastronomía y de la i+D+I. El presidente del Cabildo, Carlos Alonso, ha recibido recientemente junto al consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jesús Morales, al director regional del CIP para América Latina y el Caribe, el belga André Devaux, para abordar los detalles de esta colaboración que se concretará en la firma de un convenio entre ambas instituciones antes de final de año.

Esta iniciativa permitirá compartir conocimientos y experiencias en torno a la papa desde el ámbito de la botánica, la recuperación, el saneamiento de variedades tradicionales, tratamientos fitosanitarios o comercialización, además de su uso como ingrediente fundamental en la gastronomía.

El Centro Internacional de la Papa o CIP (en inglés International Potato Center – ICP), fue fundado en 1971 como una institución de investigación para el desarrollo de raíces y tubérculos para aportar soluciones sostenibles a los problemas mundiales del hambre, la pobreza y la degradación de los recursos naturales. El CIP es un centro mundial cuya sede central está en Lima (Perú) y cuenta con oficinas en 20 países en desarrollo de Asia, África y América Latina.

Devaux, ingeniero agrónomo especializado en agro-fisiología, promueve desde el CIP  diferentes proyectos de innovación para la seguridad alimentaria en los sistemas productivos basados en la papa andina e impulsa mecanismos de investigación para el desarrollo desde las instituciones públicas.

Datos históricos

Según los estudios históricos, hace 10.000-15.000 años había ya papas en la zona andina, concretamente en el sur de Perú y en el norte de Bolivia. Se cultivaban en las terrazas de los valles de la antigua capital de los incas, Cuzco, donde los primeros agricultores de esta zona fueron seleccionando los tubérculos por su sabor y textura, por su menor contenido de alcaloides y, generalmente, por su color.

Es esta región el centro de origen de la papa, donde algunos agricultores de forma individual aún conservan en cultivo más de 400 tipos de papas en sus explotaciones. De aquí la papa pasó a Europa en el siglo XVI a través de Canarias, donde por primera vez se plantaron en Icod el Alto que, precisamente, es hoy día una de las zonas de Canarias con mayor arraigo en el cultivo de papas antiguas.

La singularidad del clima y del suelo de Tenerife favorece el desarrollo de la papa en diversas situaciones ecológicas, algo que la convierte en un producto único en el mundo. Cultivada por los agricultores isleños de forma tradicional desde hace décadas, la papa supone el tercer cultivo en importancia por detrás de la viña y el plátano no solo desde el punto de vista económico sino también cultural.

Desde su introducción en las islas, se ha consolidado como uno de los productos básicos de la dieta canaria. Cuenta además con una amplia distribución y una importante superficie de terreno cultivado, en torno a las 2.700 hectáreas (1.300 en secano y el resto en regadío).

La frescura de la papa tinerfeña le confiere una calidad especial que se manifiesta en cualquier tipo de preparación culinaria. Todas las propiedades y cualidades que posee el tubérculo isleño se ven incrementadas si hablamos de determinados tipos de variedades como pueden ser las famosas papas antiguas, también denominadas «papas de color».

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