Siete integrantes del Consejo Ciudadano Autonómico de Podemos en Canarias han presentado este jueves su dimisión ante la Secretaría General de la organización morada a nivel estatal. La decisión ha sido comunicada también al secretario de Organización Estatal y al Consejo Ciudadano Autonómico (CCA). Las personas dimisionarias explican en su carta de renuncia que “hemos decidido dimitir como miembros del Consejo Ciudadano Autonómico de Podemos en Canarias como respuesta a la falta de democracia interna, de ejercicio autoritario del poder y de los ataques a la libertad de expresión dentro de la organización en nuestro archipiélago”.
Con estas dimisiones –las más recientes dentro del órgano de dirección autonómico, pero no las únicas– el CCA queda con menos de la mitad de sus miembros activos elegidos en elecciones internas, una situación que, según los firmantes, “hace que el CCA sea un órgano deslegitimado democráticamente, lo que es absolutamente inaceptable en un proyecto como Podemos”. El CCA ya ha experimentado paulatinos abandonos y renuncias por parte de algunos de sus integrantes, que se han ido retirando de manera individual desde que se constituyó en marzo de 2015 tras las elecciones primarias.
De hecho, señalan, “a dirección canaria de Podemos se ha reducido a la persona de la Secretaria General (SGA), Meri Pita, a su mano derecha, la Secretaria de Organización (SOA), Conchi Moreno, y a un reducido número de camaradas, algunas puestas a nómina, que operan como un politburó reducido, a la vieja usanza de la peor tradición de la izquierda”, mientras que el órgano de dirección autonómico “carece de normas y la dirección no ha querido aprobar un reglamento de funcionamiento, para de esa forma imponer la arbitrariedad de manera sistemática, porque en donde no impera la norma lo arbitrario se convierte en modus operandi”.
Los consejeros que se retiran de este órgano de Podemos en Canarias apuntan que “se hace un uso irregular de las actas de las reuniones, que siempre se envían tarde o no se envían” y que “la secretaria general no actúa como la voz del CCA, sino bien al contrario actúa por libre”, ante los medios de comunicación y ante en los órganos estatales del partido, en los que se supone que representa al CCA, para” luego imponer al conjunto del CCA lo que ella ha decidido como más conveniente”.
Entre sus motivos, señalan las acusaciones de que ‘no son Podemos’ que se dirigen a las voces críticas dentro del órgano de dirección autonómico, que constituyen “un ataque brutal contra los principios de una organización que se manifiesta democrática, abierta y plural”, dándose situaciones como la amenaza de abrir un expediente disciplinario y someter a acoso personal y político “a quien discrepe o simplemente se atreva a preguntar, aun cuando utilice los cauces internos establecidos”.
Igualmente, refieren “una grave situación de falta de transparencia” que se traduce en que “muchas de las personas integrantes del CCA desconocemos cuestiones fundamentales que atañen a la organización y que deberían ser conocidas, no ya solo por las personas que integramos dicho Consejo, sino por el conjunto de la militancia”, entre las que subrayan la política de contrataciones.
En el repertorio de motivos que sostienen la dimisión destaca también “la mediocridad y una sistemática falta de escrúpulos hacia la verdad”, que identifican como “la práctica cotidiana en una dirección política incapaz de producir una idea por sí misma, lo que les obliga a repetir los argumentarios que le suministran desde Madrid, en la peor tradición del sucursalismo político que pueda imaginarse”.
La situación se traduce en que la dirección canaria de Podemos “no ha elaborado ningún documento, ni es capaz de hacerlo, sobre ninguno de los grandes temas que afectan a las islas: la reforma del REF, del Estatuto, de la Ley electoral, sobre la situación económico o ecológica, sobre el papel de las islas en la UE, etc. y sobre otros de naturaleza estratégica”, aunque sea para afrontar un amplio debate en los órganos del partido que pueda marcar las pautas de nuestra intervención en la sociedad canaria y en las instituciones.
Finalmente, apuntan a “la guerra desatada por la SGA y la SOA contra los Consejos Ciudadanos Insulares (CCI)”, que califican de “muy grave” y con el mismo origen de “esa mala práctica autoritaria en el interior de la organización”. Las personas dimisionarias insisten en que su actuación va dirigida a construir “un Podemos más democrático” y esperan a que, “en unas nuevas elecciones internas, otras personas más capaces lleguen a la dirección de Podemos Canarias, a la vista de que a la organización central no le preocupa lo más mínimo lo que ocurre por aquí”.