“El Anillo Insular, el cierre del anillo insular, no es cosa de hace dos días. Esta es una historia que empezó a gestarse hace casi 20 años, los mismos que lleva la Confederación Canaria de Asociaciones Profesionales (Concap) impulsando su construcción y ahora, cuando parece que los dedos de los tinerfeños tocan el inicio de su construcción, la mano negra que amenaza las obras en Tenerife vuelve a aparecer extendiendo la duda de si ese tramo, absolutamente crucial en nuestro desarrollo territorial, podrá llevarse a cabo o no”, explica Juan Luis Lorenzo, presidente de la Concap, que recuerda sus primeras reuniones “con los alcaldes, el presidente del Cabildo y los representantes de las consejerías del Gobierno de Canarias. Estamos hablando del año 2002, porque la Concap empezó a hablar con los ayuntamientos cuando aún nadie lo había hecho, a pesar de los problemas territoriales que se avecinaban y ahí están las hemerotecas para demostrar nuestras palabras”.
La cuestión es que 2019 es un año crucial para el anillo insular: o se inician las obras en noviembre o el dinero destinado al anillo regresará al Ministerio de Fomento y este lo dedicará a obras en cualquier lugar del territorio nacional donde esos 227,3 millones de euros harán lo que no se ha permitido que hagan aquí: impulsar el desarrollo de una provincia, cohesionar y mejorar la competitividad de un territorio. “Y ya no servirá de nada llorar, la mano negra habrá hecho su trabajo porque en Tenerife, en Canarias, se le ha permitido hacerlo”, argumenta el presidente de la patronal canaria.
En junio de este 2019 se adjudicó el cierre del Anillo Insular a la UTE formada por cuatro empresas: Obrascon Huarte Lain, Sociedad Anónima de Trabajos y Obras, Excavaciones Bahillo y Asfaltos. Se trata de una obra cuya licitación había comenzado en enero de este mismo año y que comprende un tramo de 11,3 kilómetros que unirá los municipios de El Tanque y Santiago del Teide en un trazado que incluye el túnel de Erjos, de más de cinco kilómetros de longitud, un viaducto, cinco túneles artificiales, cuatro pasos inferiores, dos superiores y una pasarela peatonal.
Poco después, una de las seis empresas que concurrieron a dicho concurso (la UTE integrada por FCC, El Silbo Construcciones y Syocsa-Inarsa) recurrió la adjudicación ante el Tribunal Administrativo del Gobierno de Canarias que, obviamente, pide los correspondientes informes a los servicios jurídicos del Gobierno de Canarias. Los informes emitidos por estos servicios jurídicos no dan en ningún punto la razón al recurso presentado y es en este momento, el 13 de agosto, cuanto el Tribunal Administrativo comunica a los adjudicatarios que existe el recurso para que la UTE pueda hacer las correspondientes alegaciones que se presentan el día 19 de agosto.
Desde ese momento, no cabe otra cuestión que esperar el fallo de un Tribunal que tiene en sus manos un informe favorable a la adjudicación realizada por los servicios jurídicos del Ejecutivo regional. En principio, sólo cabía esperar un fallo que, aunque no tiene fecha límite, debería producirse en breve plazo ya que las obras sí tienen fecha de caducidad: la vigencia de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del cierre del Anillo Insular finaliza el 21 de diciembre de 2019.
Sin embargo, el Tribunal Administrativo del propio Gobierno de Canarias, “de forma más que sorprendente, decide el pasado martes, 17 de septiembre, pedir a los servicios jurídicos un informe adicional en el que solicita aclaraciones puntuales sobre lo ya aclarado o, lo que lo mismo, un nuevo retraso que alguien podría ver como una maniobra dilatoria que pone en serio riesgo el comienzo de una inversión que, en los medios de comunicación, todas las fuerzas vivas de esta isla, incluidos todos los partidos políticos, califican como trascendental”, manifiesta el presidente empresarial canario que no puede evitar preguntarse “a quién beneficiaría que el anillo no llegue a inaugurarse… porque si las obras no arrancan en noviembre, la Declaración de Impacto Ambiental caducará y este cierre del Anillo Insular será historia y la unión entre El Tanque y Santiago del Teide tendrá que esperar unos cuantos años más: Más de veinte años para hacer una autovía en Tenerife. Inimaginable sí, pero parece que la mano negra sí lo ha imaginado y, o nos movemos todos con sensatez y firmeza, o el Anillo Insular no se cierra y entonces sí que habrá que tomar cuantas acciones sean precisas para saber qué ha pasado y quién o quiénes son los responsables para que se haga justicia”.
Ya entre los años 2002 y 2004, la Junta Directiva de la Concap se reunió con todos los ayuntamientos “y le hicimos llegar al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife el deseo de todos los municipios de que arrancara lo antes posible la tramitación y se les tuviera informados, porque hasta aquel momento, nadie había hablado con ellos”. Incluso, a raíz de las informaciones vertidas por la Concap en 2004, un medio de comunicación realizó una encuesta preguntando a los tinerfeños cuál creían que era la obra prioritaria para la Isla y el resultado mayoritario fue para el Anillo Insular.
En aquel momento, “la Concap fue muy crítica con el Cabildo que presidía Ricardo Melchior porque veíamos poca voluntad por parque del Gobierno Insular para solventar los problemas territoriales y ambientales que tenía el proyecto. Mientras en las reuniones con el Gobierno de Canarias, el entonces consejero de Hacienda, José Carlos Mauricio, decía en la Concap ante más de 100 empresarios, que los fondos estaban a disposición, que no iba a haber problemas de financiación de las obras, el Cabildo de Tenerife seguía sin solventar su parte del proyecto”.
“Llegamos a proponer prefinanciar las obras nosotros, los empresarios de la Concap. Viendo que el Cabildo no cedía los terrenos al Gobierno de Canarias para poder licitar una obra cuyos proyectos ya estaban hechos desde tiempo atrás, hablamos con bancos y tuvimos una respuesta muy positiva de algunas entidades financieras por eso planteamos que, si económicamente era necesario, las empresas canarias estaban dispuestas a prefinanciar el cierre del Anillo Insular y aquí estamos, quince años después con el anillo sin cerrar y en riesgo de que no se cierre”, explica Juan Luis Lorenzo desde presidencia de un confederación empresarial “absolutamente indignada ante la posibilidad de que este problema no se resuelva”.
A finales de 2004, el entonces consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias se reunió con los representantes de la Concap y, en un afán por dejar clara la situación de la Consejería del Ejecutivo regional, les mostró los tres proyectos que la Consejería había redactado para el mismo tramo ajustándose a los requerimientos una y otra vez del Cabildo de Tenerife. En ese momento, el consejero dejó ver su confianza en que las obras comenzarían un año después, pero lo cierto es que la Concap tuvo que seguir preguntándose públicamente por qué no era así, por qué pasó 2005 y el Anillo insular no se cerraba “a pesar de que todos los empresarios e instituciones privadas no es explicaban el freno a una infraestructura que sólo podía traer riqueza y un mejor reparto de la productividad, del empleo y cuando además, el entonces presidente de CC y diputado en el Congreso, Paulino Rivero, apoyaba la fórmula de la Concap para prefinanciar el anillo. Pero no hubo forma, clamábamos entonces, igual que ahora, que ese tramo es absolutamente imprescindible”.
Y así han ido pasando los años, la situación económica de las empresas canarias ya no es obviamente la que era hace 15 años. Tampoco lo es la situación bancaria ni la económica en general. Lo que no ha cambiado son las ganas de contribuir al desarrollo de esta tierra, de evitar que esa mano negra arrase con el futuro de 10 años de Tenerife. Si en esto estamos todos de acuerdo, y parece que lo estamos, el anillo insular tiene que cerrarse en 2019 porque es absolutamente vital para el desarrollo de la Isla.