La actuación pretende eliminar el peligro de derrumbe del viejo edificio y recuperar la costa
La Dirección General de Costas y el Mar del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España invertirá 1,7 millones de euros en la demolición de la antigua piscina del barrio de Las Aguas, en San Juan de la Rambla. Esta actuación, que en breve se someterá a exposición pública, pretende “eliminar el peligro” que supone mantener en pie esta edificación muy deteriorada por la erosión marina y años de abandono.
El alcalde Ezequiel Domínguez celebra que Costas haya decidido por fin invertir en esta actuación, aunque aclara que “se trata sólo de una primera fase de un proyecto global que pretende transformar la actual situación de la costa de Las Aguas”. Demoler la vieja piscina y el edificio anexo será “la primera pieza” de “un puzzle” que incluye la mejora y peatonalización del paseo costero; la creación de una nueva calle y aparcamientos para mejorar las comunicaciones del barrio; la demolición de otra edificación en estado ruinoso que afecta a la primera línea de la avenida, y “la mejora de los accesos al mar para poder disfrutar con seguridad de esta parte de la costa”, según detalla el mandatario.
La piscina de Las Aguas fue durante años un polo de atracción de visitantes sobre todo en los meses de verano. Sin embargo, a principios del año 2010, se cerró porque concluyó la concesión administrativa y nadie quiso asumir su gestión debido a que requería cuantiosos gastos de mantenimiento y a que, desde 2006, existía el proyecto de demolerla para crear una gran playa de arena (ver despiece). Aquella cala artificial, que Costas presupuestó en unos 5 millones de euros, no superó la fase del estudio de impacto ambiental. La playa nunca se hizo y la piscina, ya cerrada, fue deteriorándose poco a poco por la acción del mar y el vandalismo.
Grandes socavones
El mar abrió grandes socavones cerca de los cimientos de la piscina y toda la estructura, también dañada por la corrosión y la falta de mantenimiento, amenaza con venirse abajo desde hace años. Evitar ese riesgo es la principal motivación para que Costas invierta 1.732.417 euros en la eliminación de una estructura de hormigón con grandes muros, un quiosco y un edificio de tres plantas que albergó un restaurante, vestuarios y otras dependencias municipales.
Años de abandono
La exalcaldesa Fidela Velázquez ya advertía en el año 2012 de que el estado de la piscina impedía su rehabilitación: “Si no hubiera sido abandonada por completo, se podría haber recuperado. Hoy por hoy, la inversión para repararla y ponerla en condiciones de uso sería demasiado elevada”. Lo que Velázquez decía hace 9 años coincide con lo que asegura en la actualidad su sucesor en el cargo, Ezequiel Domínguez, quien confirma la inviabilidad de reformar una piscina en ruinas y ya sin la concesión administrativa de uso a beneficio del Consistorio.
También se descartó la idea de demoler solo el vaso de la piscina y conservar el edificio anexo para crear allí un centro de interpretación vinculado al mar y al Lugar de Interés Comunitario.
Con su estructura “hueca” e “irremediablemente dañada”, no ha quedado otra salida que la demolición. Una sentencia que ya se conocía al menos desde 2017, cuando Costas, el Ayuntamiento y el Cabildo de Tenerife trabajaron juntos para sacar adelante la demolición de la piscina y la construcción de unos accesos decentes a la pequeña playa natural playa y al área de callaos.
De forma paralela, estas tres administraciones públicas también trabajan en la peatonalización del paseo marítimo, que requiere de una nueva calle en la zona sur de la calle La Destila, donde se quiere construir una avenida de 18 metros de ancho que se convertirá en el nuevo acceso a la zona y a los aparcamientos. El Ayuntamiento debe culminar la compra de los terrenos para ejecutar la nueva calle. Según el gobierno local, ya se trabaja en los expedientes de compra de las parcelas necesarias.
Ezequiel Domínguez añade que esta importante obra de demolición, que cuenta con la dificultad añadida de que se desarrollará en una zona donde rompen las olas, prevé también “la adecuación posterior de la zona costera, inicialmente de una forma básica mientras se ejecutan las dos siguientes fases del proyecto”.
“Ahora existe la necesidad urgente de quitar esa piscina, que se ha convertido en un peligro, y posteriormente, a través de programas como Tenerife y el Mar, del Cabildo de Tenerife, queremos mejorar el entorno y facilitar los accesos al mar en este punto de la costa”, avanza Domínguez.
Para el alcalde, es importante que “al menos se vaya a actuar para retirar todos esos elementos que suponen un riesgo entre la zona del quiosco y la pequeña cala natural de Las Aguas. La idea es que esa zona quede bien, con sus muros de protección y unos mejores accesos a las zonas de baño”.
La avenida, del mismo tamaño
En el resto de la avenida se respetarán sus actuales dimensiones y no será necesario expropiar viviendas, salvo una que tendrá que demolerse por encontrarse en un estado avanzado de ruina. “Ese proyecto enlazará con la otra zona y también requerirá, posteriormente, una nueva concesión de Costas”, avanza el alcalde. El presupuesto de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias también cuenta este año con una partida de 500.000 euros, en el apartado de infraestructuras turísticas, que tiene como destino la mejora del frente costero de Las Aguas.
Domínguez prefiere no plantearse ahora si en algún momento fue posible conservar la piscina o no: “En la situación actual es imposible. Esta es la realidad que tenemos desde hace años y tenemos que dar respuesta a un problema de inseguridad. Y este es el primer paso para cambiar la imagen de Las Aguas”.
En el futuro, en las fases posteriores, el gobierno de San Juan de la Rambla (PSOE-AIS/CC) tratará de lograr que el municipio disponga de una zona de baño en el mar “en las mejores condiciones que sea posible. No vamos a renunciar a eso, pero tenemos que ir paso a paso”, concluye el alcalde ramblero.
El sueño roto de la playa. San Juan de la Rambla no renuncia al sueño de contar con una pequeña playa en condiciones en la costa de Las Aguas. El alcalde Domínguez reconoce que esta primera fase será únicamente “para eliminar un inmueble que está en estado ruinoso y supone un peligro”, y que “en el futuro habrá que ejecutar otras fases” para transformar y mejorar la costa de Las Aguas. El Consistorio ramblero espera poder contar a medio plazo con una zona de baño más accesible y segura que la actual, pero hace años que se descartó “por un informe ambiental negativo del Gobierno de Canarias” la posibilidad de que este barrio costero, popular por sus restaurantes de arroces y pescado, contara con una gran cala con arena añadida y un dique de protección, tal y como se planteó en 2006. Hace 15 años se hablaba de una playa de 250 metros de largo y 30 de ancho que Costas pretendía crear en la zona con un coste de casi cinco millones. Ese proyecto nunca se pudo concretar.
Fuente: El Día (Raúl Sánchez)