El área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de San Juan de la Rambla, que dirige la alcaldesa Fidela Velázquez, da por concluidas, a falta de los últimos detalles decorativos, las obras de rehabilitación del edificio que albergó hasta comienzo de la década de los 90 las aulas de preescolar en el barrio de La Vera, y que tras cesar el uso educativo fue cerrado si nuevo uso.
La rehabilitación, que ha permitido evitar la desaparición por derrumbe de la construcción, ha reconvertido el edificio en viviendas sociales, dándole un nuevo uso que no sólo recupera esta seña del patrimonio municipal, sino que también permite aumentar los recursos sociales del Consistorio.
Los trabajos se han dedicado a la rehabilitación integral de las dos plantas que constituyen el edificio, paliando los efectos de varias décadas de inactividad. Para ello se ha trabajado en la mejora de la estructura, de las paredes, parapetos y techos, se han ejecutado nuevas instalaciones de fontanería y electricidad, se ha dado solución a los problemas de impermeabilización eliminando las humedades y aplicando sistemas de prevención, se ha instalado nuevo pavimento interior y exterior, nuevos aseos y nuevas cocinas. Además, se han aplicado nuevas capas de pintura y una renovada instalación de puertas y ventanas aislantes de aluminio.
La planta superior está dividida en dos viviendas completas con tres habitaciones mientras que la parte inferior, el espacio que antaño correspondía al aulario, se ha adecuado con espacios amplios y diáfanos con idea de que sean usados como salones versátiles de uso vecinal para el desarrollo de asociaciones y la programación cultural del barrio.
Para la ejecución de los trabajos se destinó un presupuesto de casi 14.000 euros y desde este momento, las viviendas pasan a formar parte del paraguas de recursos del área de Servicios Sociales. Cabe recordar que el edificio fue construido en 1961 con el Plan Nacional de Construcciones Escolares.
“Teníamos un doble compromiso con nuestros vecinos. Por un lado, salvar este edificio de un más que probable derrumbe. Décadas de inactividad estaban causando estragos en una instalación, que siendo de titularidad municipal, permanecía en el letargo a la espera de un nuevo uso. Decidimos poner cartas en el asunto y vimos la posibilidad de usarlo de manera social, convirtiéndolo en dos viviendas destinadas a la conciliación familiar de nuestros convencidos. Y ahí es donde aparece nuestro segundo compromiso: la mejora del bienestar vecinal. Las viviendas sociales suponen una bocanada de aire fresco, tanto para el trabajo de Servicios Sociales como para las propias arcas municipales”, subraya la alcaldesa Fidela Velázquez.
