Artículo de opinión de Oscar Izquierdo, presidente de FEPECO
Durante la pasada campaña electoral, para las Elecciones Autonómicas y Locales, la candidata al Cabildo y hoy presidenta de la Institución, Rosa Dávila, propuso cinco medidas, en 90 días, además de mantener el transporte público gratuito, para aliviar las colas en Tenerife. En honor a la verdad, nunca se refirió a que, en ese corto periodo de tiempo, acabaría definitivamente con ellas. Los continuos memes, es decir, las imágenes, videos o textos, por lo general distorsionados, con fines caricaturescos, que se están difundiendo, principalmente a través de internet, sobre el particular, son injustos y no se corresponden con lo dicho exactamente en su día. Se han retorcido esas declaraciones, con fines puramente partidistas, políticos y frentistas.
Si que planteó una cuestión básica, que es fundamental, como punto de partida para acabar con los atascos, a saber, que no se puede fiar todo a soluciones a largo plazo, porque es necesario tomar medidas inmediatas, eso sí, provisionales, pero con vistas a quedar implementadas, si dan resultado satisfactorio, que sirvan para aliviar el colapso de movilidad insular, de una manera gradual, sin pausa, desde ahora, sin esperar años. Por ejemplo, escalonar las entradas y salidas al trabajo en las distintas Administraciones Publicas, que están, excesivamente concentradas en la Zona Metropolitana y especialmente en la capital de la Isla, Santa Cruz de Tenerife.
Otra medida satisfactoria, sería incentivar el transporte escolar, para evitar los continuos embotellamientos, que ocurren todos los días en los distintos colegios, escuelas y Universidad de La Laguna que, por cierto, inaceptable, indebida y arbitrariamente, la han marcado, sobre todo técnicos y profesionales de cuello blanco, como la mala de la película, además de la culpable de las colas. Nada más lejos de la objetividad. Nuestra más alta entidad académica, de la cual los tinerfeños nos sentimos sumamente orgullosos y además con razón, siempre ha estado en el mismo sitio. Son otras, las variables que la inmiscuyen en esta problemática, que le toca de soslayo.
El cierre provisional, como experimento, del acceso a la autopista por Guamasa, ha creado colas, donde antes no las había y tensión en los vecinos de esa zona lagunera. Piden, con toda razón, que les expliquen por qué hay una valoración positiva, por parte de los especialistas, de una medida que se ha demostrado que no lo es, según manifiestan, pidiendo su reapertura inmediata. Porque lo que ha pasado es que la TF-5 tiene más fluidez, un avance, pero se ha trasladado el taponamiento a las carreteras colindantes, que son la TF-152 y TF-235, un retroceso, es decir suma cero. Incluso ya han aventurado, ante su desesperación, una movilización por fuera del Cabildo.
Lo venimos diciendo desde hace décadas, se puede comprobar en la hemeroteca y ahora más recientemente, en las redes sociales e internet, estar años sufriendo diariamente la cogestión viaria tiene unas consecuencias psicosomáticas mayúsculas en las personas que las viven o mejor dicho, aguantan y padecen.
Estamos aprendiendo, lo que ha demostrado este tanteo o ensayo en Guamasa, es que la congestión viaria, también influye de forma relevante a la salud, cuando se soporta a corto plazo. Una lección que nos tiene que preocupar, para que cuando se tomen iniciativas, antes se piensen muy bien, porque una cosa son los modelos o programas informáticos y la virtualidad, para diseñar o desarrollar soluciones posibles y otra la materialidad. Porque los modelos dan los resultados, según los datos que se incorporan y ahí existe mucha subjetividad. Las colas y los atascos, no se solucionan desde despachos con moqueta, aire acondicionado, con café calentito. El único arreglo, es ejecutar las obras públicas de carreteras, que llevan un retraso de cuatro décadas en Tenerife.