El poeta tinerfeño entrega su tercer libro de poemas construido desde la simbología del bestiario antiguo
Leoncio González acaba de publicar su tercer libro Bestiario de las horas (Aliar Ediciones), un libro donde el simbolismo cobra fuerza a la hora de construir el poema. Para el poeta de Tenerife, las bestias mitológicas de la actualidad no son aquellos monstruos clásicos de la antigüedad, como los dragones o las quimeras, sino figuras simbólicas que representan los temores, obsesiones y desafíos contemporáneos. Los bestiarios actuales son papeles que documentan cosas ocultas tras apariencias habituales. Una hormiga, en su trabajo diario, interpreta un papel devastador. Los ojos que la observan en su ir y venir desenfrenado son los de otra bestia inmersa en la búsqueda de otros sentidos.
Con estas páginas en la mano, podemos volver a esa pregunta superada ya hace mucho sobre dónde están los límites de la poesía. ¿En qué línea del texto se indica que estamos traspasando el territorio de la poética y nos adentramos en el sólido escenario de… todo lo demás? Es difícil establecer fronteras. Y más cuando se trata de describir escenas marcadas por una atmósfera oscura, surrealista, donde lo extraño es central.
Este libro podría tratarse de una exploración de miedos, obsesiones o anhelos, representados a través de estos seres grotescos sin nombres y sin, ni siquiera, descripción física. Estamos ante un bestiario sin bestias, un libro de horas sin relojes, lleno de protagonistas anormales, extraños, distorsionados o feos.
Las criaturas o situaciones representadas en estas escenas no solo son fantásticas, sino también inquietantes, exageradas y fuera de lo convencional, a fuerza de su normalidad. No sabemos a dónde llevan estos mapas.
El autor
Leoncio González es licenciado en Filología Española por la Universidad de La Laguna y Máster en Educación Universitaria por la Universidad Europea de Madrid. Hace casi tres décadas entró, casi por equivocación, en la redacción de una televisión autonómica recién creada y adoptó esta profesión, el periodismo, como forma de vida. Ha pasado por la prensa, por el audiovisual —como redactor, productor, guionista y hasta regidor de plató— y por la comunicación institucional, además de por la docencia en la universidad. En la actualidad es gestor y planificador cultural. Articulista a tiempo parcial, su obra explora la relación entre literatura y cultura. Siente una atracción profunda por el medio ambiente y la biodiversidad. Ha escrito guiones de documentales sobre poesía, historia y sostenibilidad. En 2011 publicó un poemario titulado Y se ve el mar, al fondo (23 Escalones); y en 2018 un libro de relatos llamado El romanticismo del atún de lata y otras microficciones (DelMedio Ediciones).