El Ayuntamiento de la Villa de San Juan de la Rambla aprobó hoy por unanimidad del Pleno la propuesta de la Alcaldía Presidencia para incoar el expediente de contratación y aprobación del proyecto técnico denominado “Restauración de la Casa Grande de Las Rosas”, que partiendo de financiación Insular y municipal viene a concluir las obras de recuperación del histórico inmueble para darle un uso destinado al desarrollo agrario y al uso vecinal del núcleo del mismo nombre.
Gracias a la aprobación de este punto del orden del día, se inicia el proceso administrativo para materializar los trabajos de recuperación de una casona de 441 m2, que supone una destacada muestra de arquitectura rural doméstica canaria de medianías del siglo XIX y que hasta hace unos meses corría riesgo de desaparecer por su elevado estado de deterioro.
El proyecto especifica la rehabilitación integral del inmueble con objeto de capacitarlo para albergar espacios de oficina para la administración de la misma, utilizando parte de sus dependencias, tanto para uso docente destinado a la formación de jóvenes ganaderos y agricultores, como para la divulgación del patrimonio agrícola y ganadero de la zona de medianías, completando el inmueble con aseos, recepción, zonas de comunicación y distribución interior.
En el exterior se recoge la mejora de los accesos, regeneración de los muros de contención, definición del perímetro, la creación de zonas de aparcamiento y espacios al aire libre que permitan la contemplación del entorno y mejoren la movilidad con vehículos, el planteamiento de zonas ajardinadas que aporten calidez y pongan en valor la arquitectura sin restarle vistas ni protagonismo.
“Las obras cuentan con un presupuesto estimado de 795.000 euros de los que el Consistorio debe aportar el 10%. El compromiso con el Cabildo es que una vez restaurada la Casa, ésta pase a formar parte de nuestro inventario de patrimonio, como ya pasó con la finca que la rodea y la Granja Escuela”, especifica la alcaldesa Fidela Velázquez.
Cabe recordar que la primera fase de las obras, destinada a evitar la caída del techado y garantizar la perdurabilidad de paredes y bases se inició el pasado año como respuesta de urgencia ante el riesgo de derrumbe que sufría el inmueble.
