La Unión Europea aporta 2,6 millones de euros para financiar el proyecto Life Garachico. Esta iniciativa, liderada por el Gobierno de Canarias y recién aprobada por la UE, tiene como principales objetivos mejorar la protección de esta localidad del norte de Tenerife ante la inminente subida del nivel del mar y futuros temporales marítimos, así como convertir a la Villa y Puerto en un “laboratorio viviente” para medidas de prevención y sistemas de alerta temprana ante este tipo de fenómenos que puedan replicarse en otras zonas de Europa.
La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, a través de la Viceconsejeria de Lucha Contra el Cambio Climático, liderada por Miguel Ángel Pérez, presentó el pasado día 6 de octubre de 2020 el proyecto Life Garachico de “adaptación mediante estrategias flexibles de áreas urbanas de la Macaronesia a posibles inundaciones costeras producidas por el cambio climático”. Una iniciativa que financia la UE a través del subprograma de Acción por el Clima y Áreas Prioritarias de Adaptación al Cambio Climático.
Una iniciativa pionera
Se trata de una iniciativa pionera, que busca implantar “un marco estratégico de adaptación flexible basado en la participación social”. El viceconsejero regional Miguel Ángel Pérez recuerda que “este programa cuenta con el apoyo técnico y administrativo de la empresa pública TRAGSA, los ayuntamientos de Garachico y Puerto de La Cruz, el área de Carreteras del Cabildo Insular de Tenerife, la Universidad de La Laguna (ULL), Grafcan, el Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil de Lisboa (LNEC), responsable de las labores de replicación y divulgación en Terceira (Azores), y el prestigioso Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria”.
Life Garachico tiene un horizonte de aplicación de cinco años y un presupuesto inicial de 2,6 millones de euros, lo que lo convierte, según Miguel Ángel Pérez, en el proyecto Life más ambicioso de los implantados en Tenerife hasta la fecha. La Comisión Europea, a través de la agencia ejecutiva que gestiona programas de la UE para fomentar la competitividad de las pequeñas empresas y otros programas en materia de investigación, medio ambiente, energía y pesca (EASME), notificó el pasado jueves 4 de marzo al Gobierno de Canarias que este proyecto había pasado “satisfactoriamente el proceso de evaluación”. Se valoró “la lógica intervención de la propuesta, suficientemente elaborada y consistente, y su contribución al desarrollo y demostración de tecnologías, sistemas, métodos e instrumentos innovadores de adaptación al cambio climático que son adecuados para ser replicados, transferidos o integrados en otros lugares”.
En el informe se valora también la combinación de soluciones blandas o medidas políticas con actuaciones más duras, relacionadas con infraestructuras como los sistemas de alerta temprana, las mejoras del sistema de drenaje de la avenida de Garachico o la protección de bienes públicos y privados en la costa.
El sistema de alerta temprana que se quiere mejorar en Garachico se ve como “una valiosa contribución a la preparación para las emergencias”, a la que se unirán otras medidas de adaptación o tratamiento de riesgos en la Isla Baja y en las dos localizaciones de replicación adicionales de la Macaronesia: la localidad norteña de Puerto de la Cruz y Praia da Vitória, en el archipiélago portugués de Azores.
Replicación
La UE también ha valorado el concepto de “laboratorio viviente”, con la participación de los gobiernos locales, la Comunidad Autónoma y el Cabildo, así como empresas y agencias públicas y universidades, “lo que puede conducir con éxito a la replicación y a la capacitación de expertos en la materia”. Este proyecto también aspira a generar nuevos conocimientos para el desarrollo, la evaluación, el seguimiento y la aplicación de acciones efectivas de adaptación al cambio climático.
El alcalde de Garachico, José Heriberto González, celebra la implicación de la Unión Europea y del resto de administraciones y entidades que participan en Life Garachico. A su juicio, será “el inicio de muchas más cosas” y un “punto de inflexión” en cuanto a la alerta temprana de temporales y a los protocolos de gestión del tráfico y la movilidad en la Isla Baja ante fenómenos marinos adversos. También permitirá ejecutar actuaciones tan importantes como la mejora del sistema de drenaje de la avenida marítima, “que en la actualidad carece de imbornales adecuados para evacuar el agua”, o la adaptación del mobiliario urbano y de los edificios de la zona para que el oleaje “cause muchos menos daños en el futuro”. El Ayuntamiento ya tiene elaborado un proyecto de ingeniería, presupuestado en unos 350.000 euros, que corrige este problema de drenaje y, además, espera asesorar a los propietarios de inmuebles de la avenida para que “instalen unos sistemas de protección y defensa más adecuados”, que eviten que se repitan daños tan graves como los del temporal de noviembre de 2018.
El mar de leva que comenzó en la noche del 17 de noviembre de 2018 y golpeó la costa hasta las primeras horas del día 18, barrió la avenida marítima. Las olas desplazaron el mobiliario urbano, arrancaron puertas, reventaron escaparates, tiraron muros, dañaron edificios y destrozaron el campo de fútbol, la piscina, el vallado del litoral, muchos tramos de aceras, bancos, jardines, muros de casas, apartamentos y varios negocios, como una vinoteca, un supermercado, dos restaurantes y una heladería, entre otros. Los daños en bienes públicos y privados se cifraron en más de 1,3 millones de euros. Uno de los edificios de apartamentos tuvo que desalojarse durante 11 meses.
“Queremos preparar la avenida marítima para que, en la medida de lo posible, no se produzcan tantos daños cuando el mar vuelva a subir. Eso implicará mejorar el drenaje, pero también cambiar el mobiliario urbano y otros elementos, eliminar aparcamientos o ampliar las aceras. Por eso resulta fundamental que el área de Carreteras se haya implicado en el programa”, concluye González.
El viceconsejero regional Miguel Ángel Pérez agradece la implicación de Garachico, “que es la zona de más alto riesgo y, por ello, será la más estudiada y beneficiada por este proyecto”. Sin embargo, aclara que se prevén estudios y acciones para zonas de Puerto de la Cruz como Punta Brava, Playa Jardín o el muelle. A su juicio, esta iniciativa servirá también para “planificar una solución a los problemas de tráfico y movilidad que se generan en la Isla Baja por el cierre de la avenida de Garachico debido a temporales marítimos”.
Fuente: El Día