Alejandro González Hernández da nombre a la plaza del barrio orotavense de Los Pinos

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Esta semana ha tenido lugar el acto de rotulación de la plaza del barrio orotavense de Los Pinos con el nombre de Alejandro González Hernández, quien estuvo presente en este evento de homenaje respaldado por familiares y numerosos vecinos y amigos, así como por la corporación municipal presidida por el alcalde Francisco Linares. El pleno ordinario celebrado el pasado diciembre aprobó, por unanimidad, la propuesta presentada por la Asociación don Víctor basándose en su constante labor y dedicación de forma altruista en pro del barrio.

Francisco Linares subrayó que “Alejandro es un vecino ejemplar, siempre haciendo el bien a los demás en todos los ámbitos”. “Todos nos sentimos orgullosos de todo lo que ha hecho y seguirá haciendo”, apuntó. Este tipo de actos reconfortan el servicio público pues el nombre de la plaza quedará para siempre, para que futuras generaciones no olviden quién fue y lo que hizo por los vecinos, por el barrio y por el municipio.

Alejandro González Hernández nació en 1942 en La Perdoma. En su infancia y adolescencia apenas tuvo tiempo para ir a la escuela pública, siendo su primer y único maestro de la Escuela Nacional: Tomás Morales Socas. No obstante, siempre sacó tiempo de su actividad laboral para seguir formándose, aunque fuera en horas nocturnas. Cuando contaba con trece años quedó huérfano, y ante estas circunstancias, junto con sus hermanos, se tuvo que encargar de las labores domésticas y ganaderas, además de trabajar. Con esa edad comenzó a trabajar para la comunidad salesiana del municipio con diversas labores en el comedor, aulas y demás dependencias del colegio San Isidro-Salesiano. Aunque antes de eso, con tan solo 9 años, ya trabajó cargando tierra en las fincas del Patronato de los Salesianos y luego en el Restaurante “Tapias”.

En 1960, a la edad de 18 años, se casó con Milagros Pérez García, y fruto del matrimonio ocho hijos: María del Carmen, María Auxiliadora, Alejandro, Milagros, José Manuel, Candelario, Matilde y Teresa. Los cuales les han dado 17 nietos y 4 bisnietos. Desde que se casó, se trasladó al Camino Polo, que ha sido su hogar y donde desarrolló su actividad laboral al frente de un bar-cafetería y de venta al menor de comestibles. Además de atender su negocio, llevó a cabo una actividad que le encantaba: la de practicante del barrio.

Donde lo llamaban, allí estaba Alejandro; incluso llegó a hacer de ambulancia llevando, en su coche particular, a varios enfermos al hospital; remedió necesidades primordiales a muchos vecinos y en el negocio de comestibles llegó a dar fiados por importe de miles de pesetas, y los clientes le cumplían rigurosamente.

También ha formado parte de la Asociación de Vecinos reivindicando a lo largo de muchos años todo aquello que iba en bien y beneficio de los vecinos y del barrio. Cofundador de la Agrupación Independiente Orotava (AIO) y, formó parte de la candidatura al Ayuntamiento villero en abril de 1979. En el Club Deportivo Los Pinos llevó prácticamente todos los cometidos, desde utillero hasta presidente de la entidad. También fue directivo de la U.D. Orotava en varias etapas.  Y continúa siendo presidente de un club de dominó federado y que cumple 30 años llevando el nombre de la Villa por todo el territorio insular. En el año 2005 fue distinguido con el premio a “Valores Humanos” en el mundo del deporte, concedido por el Ayuntamiento de La Orotava.

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