Las actuaciones en el Parque del Drago empiezan a tomar forma para convertir este entorno etnográfico y botánico de Icod de los Vinos en un lugar sin barreras arquitectónicas. La primera de las intervenciones, iniciada en la mañana de este miércoles, consiste en la colocación de un material no agresivo en uno de los senderos laterales del Drago para asegurar la accesibilidad en dicho tramo y que permita que los visitantes puedan transitar por la superficie sin tropezar o caer entre los huecos de las piedras.
Se trata de la instalación de una guardera de pletina de corten que convierte la superficie con desniveles en regular, garantizando que el tramo, de unos 27 metros lineales y 1’10 metros de ancho, posibilite el tránsito de personas con movilidad reducida, carritos de niños, o personas mayores, y disfruten así de unas vistas privilegiadas al Drago Milenario.
Esta actuación se adapta en sentido ascendente al terreno para que sea lo más orgánica posible y no invada la vegetación protegida. Además, se asegura la mimetización con el especio vegetal dado que no se acomodan elementos de vallado.
La concejala de Turismo e Icodtesa (empresa que gestiona el Parque del Drago), Jannet Pérez, indica que “hemos iniciado una intervención fundamental para ir poco a poco acabando con las barreras arquitectónicas y hacer del Parque un lugar adaptado y sin obstáculos; seguimos con la batería de propuestas encaminadas a mejorar la imagen de este espacio con tanto valor turístico y natural”. En esta línea, subraya que, “a raíz de los acuerdos que se están firmando con distintos turoperadores y entidades turísticas, se hace necesario que el Parque esté en mejores condiciones, sobre todo por el incremento de turistas”.
Por otra parte, se ha llevado a cabo la mejora del punto de venta de entradas para el Parque del Drago, situado en la plaza de América, con un cambio de ubicación a unos metros de su emplazamiento anterior, garantizando así más visibilidad y su integración en el entorno, lo que repercute directamente en las ventas.