La escritora y vecina de esta localidad, Concha Mendoza, cede al Museo de Historia y Antropología y Antropología de Tenerife esta pieza, cuyo origen se remonta a 1780, y esconde un secreto en su interior
El Museo de Historia y Antropología de Tenerife (MHAT), en su sede de la Casa de Carta, recibe la Vara de Mando de los alcaldes del antiguo Ayuntamiento de Valle de Guerra, que ha donado la escritora y vecina de esta localidad lagunera, Concha Mendoza, como muestra de la relevancia y el conocimiento de la vida social en la historia de este pueblo.
Esta entrega se llevó a cabo en la Casa de Carta en un acto que tuvo lugar en el día de ayer. También se realizó la presentación del libro ‘Noche sin Luna’, de la citada autora Concha Mendoza.
El origen de la Vara de Mando se remonta a los inicios de 1780 cuando Valle de Guerra se erigió como Ayuntamiento, con 92 vecinos y teniendo como Alcalde a Salvador García. Desde ese momento formará parte del acontecer histórico y administrativo de este pueblo hasta 1846, fecha en la que el municipio pasaría a formar parte del de San Cristóbal de La Laguna junto con Punta del Hidalgo y Tejina. El hecho de que la Vara de Mando haya caído en sus manos tampoco es baladí. Ya sea por caprichos del destino o casualidades de la vida, también tiene su historia. Según palabras de Doña Concha, el objeto fue un regalo de su tío Francisco Herrera Bello quién la obtuvo a través de un “trueque” con “Juan el Secretario”, bisnieto del último secretario que tuvo el Ayuntamiento de Valle de Guerra en 1846.
La Vara de Mando está fabricada en madera noble y posee una empuñadura y varios tramos con diversas decoraciones en metal. La cabeza de la empuñadura presenta un sello con un grabado que, debido al paso de los siglos, se ha ido borrando; así como un pequeño orificio por debajo de éste que atraviesa la madera y que ha permitido colocar un cordón de cuyos extremos penden dos borlas de color rojo.
Lo más llamativo de este objeto es que esconde un secreto en su interior, y es que, tirando de la empuñadura se convierte en un florete de acero que servía como arma de defensa para su portador. Por lo que no sólo es un elemento que simboliza el poder del Alcalde, sino un “seguro” personal ante posibles ataques hacia su persona.
La pieza es un objeto de gran interés por su carácter único e indudable valor histórico y antropológico, de ahí que la propia Concha Mendoza lo haya conservado en una vitrina especial.
Para el consejero de Cultura y Museos de Tenerife, José Carlos Acha, “con esta donación, nuestra vecina Concha Mendoza transfiere parte de la historia de una comarca en la que, el propio museo desde sus inicios se ha comprometido con la difusión de su patrimonio cultural”. Por ello, se mostró muy agradecido por la donación que “sin duda contribuirá a un mayor conocimiento y difusión de la vida social de esta localidad”.
Presentación del libro
También tuvo lugar ayer la presentación del último de los seis libros que ha escrito Mendoza, que desvelará al público algunos entresijos de esta novela en la que vuelve a echar la vista atrás para poner el foco en la vida de José Luis, una persona muy querida en el pueblo y que describe como “inquieto, inteligente, lleno de ilusiones y sueños, con un corazón lleno de nobleza y amor hacia las personas”.
Acerca de la autora
Concha Mendoza González (Valle de Guerra, 1932)
Estudió en el Instituto Cabrera Pinto de La Laguna. Concha Mendoza defensora de la herencia patrimonial de Valle de Guerra y mujer involucrada en las actividades culturales de la sociedad de este pueblo, destacó desde muy joven por su vocación como maestra, enseñando a leer y escribir a todas aquellas personas que salían a trabajar desde las primeras luces del alba hasta el anochecer.
Emigrante a Venezuela para reunirse con su marido, a su regreso se dedicó a impartir clases como monitora en una Escuela Taller del Ayuntamiento de La Laguna y en distintos barrios de este municipio, colaborando con la Asociación de Vecinos Idafe en las semanas culturales de Valle de Guerra, así como con la Asociación de Amas de Casa Atlántica, cuyas actividades fueron un referente en las islas durante más de 30 años.
Su afán por enseñar la importancia y el respeto por la historia patrimonial del pueblo que la vio nacer, la han convertido en la primera mujer cuyo nombre se ha asignado a una de las calles de Valle de Guerra.
Colabora con la Asociación de Vecinos Idafe en las semanas culturales de Valle de Guerra, así como con la Asociación de Amas de Casa Atlántica, donde durante 35 años la apuesta cultural y social fueron un referente en las islas. Su trayectoria educativa la ha convertido en la primera mujer en llevar su nombre en una de las calles de Valle de Guerra.
En la actualidad tiene seis libros escritos: Recuerdos valleros, Vivencias de la mujer vallera: 35 años de la Asociación de Amas de Casa Atlántida, La hija de la costurera, Café con lágrimas, Luna de otoño y Noche sin luna.