Artículo de opinión de Oscar Izquierdo, presidente de FEPECO
Empezamos con el barullo que engendran los procesos electorales, seguro que aparecerá la gresca continuada durante un tiempo, por lo menos, hasta el día de reflexión, incluido un desorden, ya típico, en el funcionamiento normalizado que deberían mantener y que no lo hacen los poderes implicados.
Ahora todo pasa por la propaganda gratuita o pagada, las promesas de siempre que se repiten irremediablemente y como no podían faltar, los improperios de unos contra otros y de todos entre sí.
Las Elecciones Autonómicas en Euskadi y en Cataluña, tienen una gran importancia para el devenir de la política nacional, ya que los partidos que gobiernan en los respectivos territorios apoyan al Gobierno de España del presidente Pedro Sánchez.
En el primer caso, puede darse la ocasión de que el partido que gane las elecciones sea Bildu, es decir, los herederos de la banda terrorista ETA, lo que tendría una implicación no sólo política, sino ética, además de lo que significaría de posibles cambios en los apoyos parlamentarios en el Congreso. El Partido Nacionalista Vasco, PNV, lleva más de tres décadas en el poder, quedarse sin él, sería una verdadera sorpresa, además de incontables incertidumbres en todos los órdenes, que podrían darse si se produjera el escenario que estamos poniendo como posible. El PSOE está a verlas venir, por lo menos esa es la tendencia, ya que posiblemente será participe del gobierno que salga de las elecciones vascas. Los partidos conservadores, poco tienen que decir, ya que su representación suele ser muy exigua.
En Cataluña nos encontramos con otra situación enrevesada, por un lado, los partidos independentistas que tienen su propia batalla interna y local para demostrar quién puede llegar más lejos en la búsqueda de la independencia. En la derecha, la pugna constante entre el Partido Popular, PP y VOX, les impide conseguir una representación en el parlamento autonómico consistente, porque la división siempre es mala compañera. En cuanto al PSOE, su apoyo ciudadano es importante, pero una cosa es ganar las elecciones y otra gobernar, porque después de celebradas, vienen los pactos que distorsionan los resultados reales, pero que son legítimos en una democracia avanzada.
La Elecciones Europeas, tienen un valor, si cabe, más importante que las celebradas hasta el momento, ya que, con la guerra de Ucrania, la Unión Occidental ha tomado parte, teniendo un papel muy activo con una implicación militar, financiera y humanitaria, que la pone a prueba diariamente como conjunto cohesionado. Las medidas o decisiones económicas que dimanan de sus órganos o entidades especializadas tienen cada vez una resonancia mayor en las políticas nacionales de cada Estado miembro, por lo que hay que estar vigilantes, activos y defendiendo los intereses españoles con todo el brío que se requiera en cada momento.
Además, los resultados serán determinantes, según quien obtenga la mayoría en el espectro que va desde la izquierda radical a la extrema derecha, para afrontar con éxito y sobre todo, solidariamente, la problemática migratoria en la que estamos inmersos. A primera vista estos tres procesos electorales, parecen que no tienen ninguna influencia sobre Canarias, pero no es así, claro que influirán, ya se verá si de manera tangencial o más profundamente, porque lo cierto es que somos una Comunidad Autónoma más del Estado español y los resultados electorales, con sus implicaciones sobre el devenir del Gobierno Central, también nos repercutirán de una manera u otra.
Por otro lado, no podemos olvidar que somos una Región Ultraperiférica de la Unión Europea, que es frontera con el continente africano, con las implicaciones dramáticas de inmigración masiva que soportamos. Tenemos que estar muy atentos.