La presidenta de la Corporación insular, Rosa Dávila, destaca los valores identitarios de esta técnica utilizada desde el siglo XVI en el Valle de La Orotava
El Cabildo de Tenerife, a través del área de Patrimonio, ha iniciado el expediente de Bien de Interés Cultural (BIC) a favor de la técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava. La presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, ha resaltado la importancia de esta costumbre de cultivar la vid que ha sido protegida, custodiada, reproducida y transmitida durante generaciones por las personas que cultivan la vid en el Valle, constituyendo un elemento fundamental del paisaje agrario y rural de sus zonas de medianías y un elemento clave de la identidad cultural de los municipios de La Orotava, Los Realejos y Puerto de la Cruz. De hecho, la propia imagen del cordón y de su singular paisaje cultural se ha conformado como un elemento simbólico de gran valor para el conjunto del Valle de La Orotava”.
El alcalde de La Orotava, Francisco Linares, valora esta importante iniciativa que nació hace unos cinco años, y por la que se han unido los tres municipios del Valle de La Orotava y el Consejo Regulador, como no puede ser de otra manera, para elevarla a las administraciones competentes. Ya se cuenta con un trabajo de investigación que justifica la solicitud de la declaración del sistema del cordón trenzado, único en el mundo, como bien de interés cultural, y con el que también se logra proteger el sector primario y, en concreto, el vitivinícola. Estamos ante una oportunidad cultural, económica, turística”.
En la misma línea, el alcalde de Los Realejos, Adolfo González, indicó que “es de justicia que se reconozca el cordón trenzado como Bien de Interés Cultural por lo que representa. Ya el ilustre realejero José de Viera y Clavijo citaba en el siglo XVIII lo particular de este sistema de viña, una técnica de cultivo que con el paso de las generaciones se ha sabido conservar y que es, sin duda, seña de identidad en el paisaje del Valle de La Orotava y lo es en nuestro municipio, donde la vid abarca más de 90 hectáreas de superficie agrícola».
Marco González, alcalde de Puerto de la Cruz, recalcó la importancia de que, también desde la Institución Insular, se apoye el impulso de esta tramitación, «un valor único de esta comarca del Valle que ponemos en valor desde la ciudad turística para seguir difundiendo entre nuestros visitantes esta técnica, un producto único y diferenciado tan unido a nuestro territorio y nuestro paisaje».
La técnica del Cordón Trenzado se define como el sistema de conducción de la vid a través de la cual se conforman largas parras con los sarmientos de diferentes añadas entrelazados entre sí. Estas formaciones se atan con fibras vegetales o sintéticas para formar un cordón levantado del suelo unos 60-80 cm, utilizando para ello horquetas de madera o hierro.
El proceso de atado o amarrado del cordón es la tarea esencial de este sistema de cultivo de la viña y se ejecuta arqueando las varas después de la poda con el objetivo de mantener su forma y dirección. Este método es el que dota a las parras de su forma. En la actualidad, el cultivo en cordón trenzado es visto por una amplia mayoría de personas como un símbolo de la tradición vinícola de esta zona de la isla, de la tradición asociada a su elaboración y del alto valor que se otorga al mantenimiento del paisaje cultural agrícola asociado. Tal es así, que ese simbolismo ha llevado a que muchas bodegas pongan en valor el vino a partir de cepas en cordón, creando referencias específicas, y que tanto el Consejo Regulador como los Ayuntamientos del Valle de La Orotava llevan años llevando a cabo acciones de visibilización y puesta en valor de esta técnica.