La plaza de la Constitución, conocida también como plaza del Quiosco, acoge desde este martes 20 de febrero y hasta el próximo 3 de marzo, la exposición denominada ‘Los hijos de ladón’, un paseo histórico por la representación artística e iconográfica de los dragos. También propone un recorrido histórico desde el siglo XV por la impronta que han ido dejando los dragos en la historia del arte canario y universal. El título de la muestra, que cuenta con diez paneles, se debe a la mitología que recoge que hace mucho tiempo existió un dragón milenario llamado Ladón que cuidaba el Jardín de las Hespérides y que sigue vivo en sus hijos: los árboles llamados dragos. Según la leyenda, su sangre cayó sobre las islas Canarias y de cada gota creció un drago. La muestra se ha realizado por el equipo del programa La Orotava Sostenible en coordinación entre el ayuntamiento villero y el Cabildo de Tenerife.
Las primeras láminas hacen referencia a los primeros grabados de este árbol (finales del s. XV), representando un episodio bíblico, que sirvió de modelo para obras posteriores de Durero, el Bosco, Sebastián Brandt, Hans Woesam… A partir del siglo XVI se intensificó el interés por el conocimiento científico y estudios botánicos de gran trascendencia en los que aparecen representaciones y una aproximación científica al drago y somero estudio de sus frutos
Otras láminas muestran este interés científico y artístico por los dragos entre los siglos XVIII y XIX en Canarias y, en concreto en La Orotava. Un drago que ocupó la atención de la mayoría de los visitantes es el que se ubicaba en los jardines de Franchi, y también fue fuente de inspiración pictórica y de estudio. El drago se ha convertido en un referente de la identidad canaria.
El ayuntamiento villero ofrece también una ruta que gira en torno a los dragos del municipio con unas diez estaciones con la que se puede descubrir los ejemplares centenarios que custodia la localidad. En la ruta se encuentra desde el drago al que le calculan más de dos siglos de vida, localizado en Candelaria del Lomo hasta el drago del Rincón, pasando por la plaza y jardines de San Francisco o por el denominado “Bosquito de Dragos” situado bajo el puente de la Carrera del Escultor Estévez. Esta ruta ofrece una experiencia única en un entorno privilegiado.