En la Unidad de Prehabilitación Preanestésica del centro se ha atendido a 260 pacientes en sus dos primeros años de funcionamiento
La Unidad de Prehabilitación Preanestésica del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, centro adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, ha atendido a 260 pacientes en los dos años que lleva en funcionamiento. A través de un equipo multidisciplinar de profesionales, se trata a las personas que van a someterse a una intervención quirúrgica compleja para mejorar su capacidad funcional y prepararlas para la operación y el posoperatorio.
Esta unidad está destinada a optimizar el estado del paciente durante cuatro semanas antes de que llegue al quirófano. Actualmente se prepara a los pacientes que se van a someter a una extirpación de la vejiga urinaria, así como en cirugías esofagográsticas, cirugías torácicas complejas y aquellas que llevan quimioterapia intraoperatoria por cáncer de origen ginecológico o intestinal. Asimismo, los especialistas de esta unidad planean ampliar la atención este año a las intervenciones pancreáticas y de colon.
Esta unidad, impulsada y coordinada por el Servicio de Anestesiología, consta de representantes quirúrgicos de las áreas de Urología y Cirugía General, y de un equipo multidisciplinar entre los que se encuentran los servicios de Endocrinología, Hematología y Rehabilitación, que trabajan mediante interconsultas entre servicios para tratar al paciente con el abordaje que requiera.
El perfil del paciente que acude a esta unidad se centra, habitualmente, en personas entre los 65 y ochenta años, con baja forma física, poca actividad y baja capacidad pulmonar, debido mayormente a la edad y al sedentarismo y las enfermedades de base.
Los pacientes deben realizar, durante las cuatro semanas previas a la intervención, terapia nutricional y física específica para cada caso. Además, también se pauta fisioterapia respiratoria y motora, si lo requiere y se insta al paciente al abandono de hábitos tóxicos.
La puesta en marcha de esta unidad viene avalada por la evidencia científica, que demuestra que este tipo de terapia se asocia a un aumento de la capacidad funcional y la reserva fisiológica de los pacientes, de forma que el pronóstico de los usuarios es más alentador tras la pérdida de masa muscular, y el empeoramiento del estado físico del paciente que se asocia al proceso oncológico, a la operación y el tiempo de reposo que conlleva.
Esta modalidad ha demostrado una disminución de las complicaciones del posoperatorio, lo que se asocia, además, a una disminución de estancia hospitalaria de los pacientes hasta en dos días en algunos casos.