El NO a la Variante de La Laguna en Tenerife y el SÍ a la Variante de Mogán en Gran Canaria, la última prueba consistente e incontestable del desequilibrio autonómico, perdiendo siempre Tenerife
El presidente de FEPECO, Oscar Izquierdo, señala que la obra de la Variante, desdoblamiento de La Laguna, que unirá Guamasa con Lora y Tamayo, bordeando el Aeropuerto, es prioritaria en Tenerife, para aliviar las colas de la Autopista del Norte, siendo, además, el principio, de la unificación territorial de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad, con más de 157.000 habitantes, porque permitiría el soterramiento de la TF-5, desde Los Rodeos hasta al Puente de la Universidad, en Las Chumberas, más la Vía Exterior o Circunvalación a toda la zona metropolitana.
Es imprescindible para culminar el Anillo Insular, de lo contrario, nuestra red viaria isleña, estaría cortada, sin cerrar, y se quedaría en forma de herradura. Desde la Consejería de Obras Públicas, en vez de trabajar con ganas resolutivas, para solucionar rápidamente los posibles inconvenientes, que según dicen, puede tener el proyecto en la actualidad, por el contrario, están bastante ofuscados, sin disimulo alguno, buscando todos los escollos, habidos y por haber, para imposibilitar su licitación.
Así pasa también, con el tramo del Cierre del Anillo Insular por el Norte, desde San Juan de la Rambla hasta Icod de los Vinos, que va en la misma línea problemática, para imposibilitar su licitación inmediata. Tenerife, puede perder una inversión de más de 26 millones de euros, en el periodo, 2023 – 2024, que puede cambiar de destino, en anualidades ya consignadas presupuestariamente, para ratificar antes de final de año, por estas dos obras, si no salen adelante.
En cambio, la rapidez en aprobar técnicamente el proyecto de trazado de la variante GC-200, para mejorar la conexión en Mogán, municipio del suroeste de Gran Canaria, con 23.000 habitantes, es encomiable y digna de una gestión, tanto rápida como eficaz. Una forma de trabajo muy normalizada en la isla redonda, por parte de la Consejería de Obras Públicas, para, proyectar, licitar, adjudicar y ejecutar obras publicas de carreteras y por el contrario, totalmente desconocida en Tenerife. El consejero ha declarado que «esta nueva vía permitirá descongestionar el tráfico en el casco urbano de Mogán, mejorando la seguridad vial y la calidad de vida de sus vecinos y vecinas. Además, contribuirá a impulsar el desarrollo económico y turístico de la zona, facilitando el acceso a la zona del litoral y a la oferta turística del municipio».
Dos discursos muy diferentes, en Tenerife todos son pegas, en Gran Canaria siempre facilidades. Lo más lamentable, es el silencio cómplice y cobarde, de los políticos de nuestra isla, que permiten, desde hace décadas este desequilibrio, tanto inversor, como hacedor de obras públicas de infraestructuras de todo tipo, dejando a nuestra isla, colapsada, atascada y desvertebrada, perdiendo, a su vez, constante y peligrosamente, hegemonía económica, política e institucional.