La película de Alain Ughetto se proyecta desde mañana hasta el domingo, a las 19:00 horas
TEA Tenerife Espacio de las Artes proyecta esta semana, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Animación, No se admiten perros ni italianos (Interdit aux chiens et aux italiens, 2022). La película de Alain Ughetto -que se podrá ver desde mañana hasta el domingo, a las 19:00 horas- es un testimonio de las vivencias de la familia del director que, desde lo más íntimo, alcanza una dimensión poética y universal. Esta obra que hace uso de la técnica del stop motion y que se basa en hechos reales está concebida como un diálogo ficticio con Cesira, la abuela del director, a la que él pregunta todo lo que le hubiera gustado saber sobre su familia.
Ganador del premio a la mejor película de animación en los premios de la Academia del Cine Europeo (EFA) y del premio del jurado en el Festival de Cine de Animación de Annecy, el filme se pasa en versión original en francés con subtítulos en español.
La película ofrece un testimonio de las vivencias de estas generaciones de emigrantes italianos y un homenaje a su valentía. Así, la cinta traslada esta historia personal a una dimensión poéticamente universal. Es una memoria nostálgica la que conecta los elementos que emergen en esta obra, desde el hogar original, una pequeña granja a la sombra del monte Viso, hasta los múltiples anclajes familiares diseminados por Ubaye, Valais, el valle del Ródano, Ariège y Drôme. El relato se nutre de los recuerdos del abuelo y de las huellas del pasado, a través de fotografías o correspondencia.
A principios del siglo XX, en el pueblo natal de la familia Ughetto, Ughettera, norte de Italia. La vida en la región se había vuelto muy difícil y los Ughettos soñaban con una vida mejor en el extranjero. Cuenta la leyenda que Luigi Ughetto cruzó los Alpes y comenzó una nueva vida en Francia, cambiando así el destino de su amada familia para siempre. Su nieto vuelve sobre su historia.
Alain Ughetto (1950) heredó de su padre y su abuelo un pronunciado gusto por el bricolaje que infunde a su cine a través de la animación. En 1985, Alain Resnais le entregó el César al mejor cortometraje de animación por La Boule. En 2013 dirigió Jasmine, donde presenta su historia de amor en el tumultuoso Teherán del final de los años 70.