El Cabildo de Tenerife ha conmemorado este jueves el Día Internacional del Combatiente de Incendios Forestales guardando un minuto de silencio para rendir homenaje a los bomberos forestales fallecidos en acto de servicio.
La Corporación insular se ha sumado a la iniciativa de la Asociación Nacional de Bomberos Forestales en un acto que contó con la presencia del presidente del Cabildo, Carlos Alonso, el vicepresidente y consejero de Medio Ambiente, José Antonio Valbuena, y una representación de las Brigadas Forestales (Brifor).
José Antonio Valbuena señaló que con este acto “se trata de apoyar a quienes combaten los fuegos de bosques y campos en todo el mundo, reconociendo su nivel de compromiso y dedicación. Hoy recordamos a quienes han perdido la vida o sufrido daños o secuelas en la lucha contra los incendios como una señal de respeto y agradecimiento hacia quienes tratan de preservar la vida y la integridad de los patrimonios y recursos naturales de los efectos de fuegos no deseados”.
Por su parte, el técnico de la unidad de incendios forestales del Cabildo, José María Sánchez, recordó que en las últimas tres décadas ha habido 92 combatientes fallecidos y que la incidencia de accidentes mortales en los incendios forestales triplica a la media nacional del resto de sectores laborales. “Estamos recordando a todos los compañeros, en especial a Fran Santana fallecido el año pasado en La Palma, y queremos reivindicar la categoría profesional de los bomberos forestales. Es una lucha que hay en todo el territorio ante el Ministerio de Medio Ambiente. Nuestro nivel de especialización y de peligrosidad no se corresponde con nuestra realidad laboral y es necesario que nos reconozcan la categoría profesional, lo que nos permitiría acceder a la jubilación anticipada y el reconocimiento de enfermedades profesionales, por ejemplo”.
En diciembre de 1998, a raíz de un accidente ocurrido en el incendio Linton (Canadá), que perdieron la vida cinco combatientes pertenecientes a una brigada forestal, aunado a otros incidentes trágicos ocurridos durante la lucha contra los fuegos de bosques y campos a lo largo y ancho del mundo, fue el punto de partida para el inicio de un movimiento que, paulatinamente, se ha ido extendiendo por diversos países.
En primer término la «Country Fire Authority» (CFA) y la Comunidad de Victoria adoptaron el uso de una cinta roja como símbolo de reconocimiento y respecto hacia los combatientes forestales muertos y hacia sus familias. Esta novedad fue difundida a través de Internet, y la comunidad internacional reaccionó rápidamente. Brigadas de otros países, principalmente de los Estados Unidos, convinieron en principio en adoptar también la cinta roja para simbolizar la profesión de combatiente forestal.