El presidente del Cabildo, Pedro Martín, señala que este estudio “ayudará al establecimiento de una denominación de origen del aloe vera que se cultiva en las islas y protegerá a productores y consumidores frente al fraude relacionado con este producto, que, según los datos disponibles, alcanza en la actualidad los 21 millones de euros”
Un trabajo del Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER), dependiente del Cabildo de Tenerife, y la Universidad de La Laguna, denominado Aleocan, certificará la autenticidad y el origen geográfico de la producción de aloe vera procedente de Canarias. Se trata de un estudio de trazabilidad que cuenta con un presupuesto de 474.694 euros, que se desarrollará a lo largo de 36 meses.
El proyecto ALOECAN se enmarca dentro de la línea de investigación sobre trazabilidad agroalimentaria que ha venido desarrollando el Área de Medio Ambiente del ITER durante los últimos cinco años y tiene como objetivo proteger a productores y consumidores de potenciales fraudes.
“La investigación sobre productos agroalimentarios es un valor destacadp del ITER, a través de este estudio la producción en Canarias de una planta como el aloe vera y sus propiedades, tan en boga, tendrá una garantía de calidad certificada desde el punto de vista científico”, ha indicado el presidente del Cabildo, Pedro Martín.
El presidente remarcó que la producción científica en el ITER “ha aumentado en este mandato un 115 por ciento y nos encontramos en un proceso de transformación de la entidad que empieza a dar sus frutos con investigaciones y estudios que repercuten en el bien común, como es el caso y todo ello –dijo el presidente- se enmarca en ese objetivo de poner al día al ITER y sacarlo de la situación de paroxismo en la que se encontraba”.
Martín, además, añadió, que las instituciones públicas “son las encargadas de velar por la autenticidad de los productos que están en el mercado y, en este caso, se trata del primer paso para “el establecimiento de una denominación de origen del aloe vera que se cultiva en las islas”, que aseguró se trata de “de muy alta calidad”. Sin embargo, el fraude del aloe y sus productos derivados vendidos como canarios alcanza en la actualidad los 21 millones de euros, de acuerdo con datos del Gobierno de Canarias.
Según datos de la Asociación Nacional de Empresarios del Aloe (ASOCIALOE), la producción total española de aloe ronda las 24.000 toneladas, procedentes de unas 400-500 ha de superficie cultivada con aloe en todo el territorio español, con especial incidencia en las Islas Canarias, según datos del ISTAC unas 105 Ha, Andalucía y el Levante, zonas con buenas condiciones para el crecimiento de la planta
Por estas razones, la trazabilidad geográfica del aloe es de vital importancia para la sociedad canaria moderna, generando la necesidad de establecer protocolos científicos válidos capaces de rastrear la procedencia geográfica del aloe cultivado en Canarias y sus productos derivados, los cuales gozan de una excelente calidad, y diferenciarlos de otros que puedan ser introducidos procedentes de otras regiones.
Esta elevada calidad es consecuencia de un clima privilegiado y un suelo volcánico muy rico en minerales que hacen de Canarias uno de los mejores sitios para el cultivo de esta planta. Este trabajo se evaluará el uso de isótopos naturales de estroncio y compuestos orgánicos específicos, existentes en las plantas de aloe, como potenciales “huellas dactilares” del aloe cultivado en Canarias y de sus productos derivados.
La creciente demanda de alta calidad y productos agroalimentarios seguros en Europa ha promovido el desarrollo de leyes de control rígidas para certificar su autenticidad y el origen geográfico con la finalidad de proteger a los productores y consumidores de potenciales fraudes. Entre estos productos se encuentra el aloe, del que se han reportado más de 200 compuestos potencialmente activos en su fracción sólida, entre los que se encuentran vitaminas, minerales, antraquinonas, polisacáridos, etc.
El proyecto ALOECAN (CPP2021-009056) tendrá una duración de 36 meses y está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agencia Estatal de Investigación (10.13039/501100011033) y por la Unión Europea en el marco de del Plan de Recuperación de la UE Next Generation EU y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España (PRTR).