Con una inversión de 795.000 euros para su restauración, el inmueble ha sido inaugurado hoy en presencia del gobierno local, así como del presidente del Cabildo, Pedro Martín
“El Patrimonio de San Juan de la Rambla celebra hoy un día grande con la inauguración del resultado de las obras de restauración de la ‘Casa Grande’ de Las Rosas, una infraestructura del siglo XVIII que supone una de las pocas muestras de arquitectura doméstica canaria de la época”.
Con estas palabras de la concejala de Patrimonio, Gloria Méndez, comenzó el acto de apertura oficial del inmueble tras dos años de obras de restauración. “Ha sido un camino largo, no exento de trabas, pero con una meta que ha superado nuestras expectativas. Pasamos de una obra ruinosa con una probabilidad de derrumbe y desaparición casi segura, a una casa que, aun respetando las características arquitectónicas de la época, cuenta con tecnología vanguardista y espacios multifuncionales que satisfacen con creces el deseo de la administración local de convertirlo en epicentro de la vida social del barrio y del municipio”, declaró Méndez.
El presidente de Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, destacó que es “nuestra responsabilidad poner en valor los bienes patrimoniales y culturales de la isla y ayudar a los ayuntamientos en su recuperación y conservación. El compromiso del Cabildo es el de continuar trabajando con los municipios y que la recuperación de nuestro patrimonio siga siendo una constante. Además, enriqueciendo dichos espacios con diferentes actividades, ligadas a nuestra cultura y tradiciones, que sirvan de punto de encuentro entre los vecinos y vecinas y enriquezcan la vida local”, añadió.
Por su parte, el director insular de Patrimonio Histórico y Planificación del Territorio, Emilio Fariña, aclaró que la actuación “es un claro ejemplo de la colaboración del Cabildo con los ayuntamientos, especialmente con los municipios de menos de 20.000 habitantes para conservar su historia, identidad, cultura y patrimonio”.
El turno de palabra del alcalde ramblero Ezequiel Domínguez, previo al despliegue de la placa que da fe histórica del día, sirvió para hacer balance del devenir de los muros que hoy celebran una nueva vida. El regidor local recordó que fue construida por el matrimonio formado por Rosario Oramas y Jesús Delgado y Bermúdez siguiendo un estilo arquitectónico funcional traído por los colonos portugueses. Su uso fue eminentemente rural, sirviendo de matriz de la finca sobre la que se construye. “Su importancia a día de hoy sigue calando hondo en el recuerdo colectivo de cientos de rambleros”, manifestó.
De igual forma, Domínguez quiso subrayar la lucha llevada a cabo para conseguir su restauración. “Comenzó en 2003, impulsado por la exalcaldesa Fidela Velázquez como consejera entonces del Cabildo en la oposición, a través de mociones, preguntas o notas de prensa, para evitar, a pasos agigantados, su ruina. Perdió la cubierta, robaron el brocal del pozo, pieza única, y su lucha continuó ya como concejala de la oposición. Cada día se deterioraba un poquito más. Tuvo que llegar Josefa Mesa al área de Patrimonio del Cabildo para que, conjuntamente con la cesión de casa, huerto y dinero para restaurarla por parte de Carlos Alonso en nombre del Cabildo como presidente, recobráramos la esperanza perdida con esta casona. Hoy, con los responsables insulares actuales, Pedro Martín como presidente y Emilio Fariña como responsable de Patrimonio, celebramos la culminación de la obra de esta emblemática casa, emblemática por su valor patrimonial y emblemática por ser el símbolo más relevante para los vecinos: todas las familias de la zona, directa o indirectamente, tuvieron que ver con la casa”, destacó el alcalde.
Cabe recordar que las acciones se centraron en mejorar y acondicionar el conjunto arquitectónico para su correcto funcionamiento y puesta en valor como centro de divulgación e interpretación agrícola y de uso comunitario, con la disposición de espacios de oficina para la administración y dependencias tanto para formación de jóvenes ganadores y agricultores como para divulgación del patrimonio agrícola y ganadero, completando el inmueble con baños y vestuarios completos, recepción, zonas de comunicación y distribución interior, además de otros espacios que servirán como salas polivalentes.
En el exterior se ejecutó la mejora de los accesos, la regeneración de los muros de contención definiendo el perímetro, la creación de zonas de aparcamiento y de espacios al aire libre y la recuperación del histórico aljibe. Las obras contaron con un presupuesto estimado de 795.000 euros, procediendo 715.500 de la administración insular y 79.500 de la municipal.