El Ayuntamiento tacorontero crea en La Caridad una zona verde con 72 árboles frutales de 60 variedades tradicionales
Los jardines y las zonas verdes públicas suelen concebirse como espacios con una utilidad estética y ecológica, que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los vecinos y a transformar los municipios en lugares más agradables para pasear, descansar o, simplemente, mirar. El Ayuntamiento de Tacoronte ha dado un paso más allá al plantar un jardín que, además, dará fruta. Un arboreto o arboretum de unos 3.000 metros cuadrados compuesto por 72 árboles frutales de 60 variedades tradicionales de esta localidad del norte de Tenerife que también servirá como banco de semillas y como espacio de conocimiento y formación.
Esta colección de árboles frutales se ubica en un solar de la urbanización La Atalaya, en el barrio tacorontero de La Caridad, cerca de las parcelas del Huerto Urbano y de la vercompostera, un proyecto de compostaje comunitario con ayuda de lombrices rojas, cuyo objetivo es promover la reutilización de los residuos orgánicos de los hogares.
La Atalaya es un núcleo poblacional que mezcla lo urbano y lo rural en una zona estrechamente vinculada a las labores agrícolas y ganaderas. Con esta colección de árboles frutales se da un paso más. En unos años permitirá contar con un pequeño bosque comestible que será reducto de conservación de frutales de la zona que, en algunos casos, tienen una población menguante.
Formación y conservación
La concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tacoronte, Carmela Díaz Vilela (Sí se Puede), ha explicado que este arboretum frutal tendrá mucho recorrido en el futuro. Tras la ejecución de las labores de preparación del terreno y de plantación de los árboles, unas tareas que comenzaron el pasado marzo, «la intención del Consistorio y de los impulsores de esta idea es que se convierta en un espacio vivo y destinado a la formación, con talleres y actividades en las que sea posible aprender todo lo concerniente a este tipo de variedades». Además, servirá como banco de semillas para poder plantar en otros lugares algunas de estas especies locales.
Díaz Vilela detalló que «formará un parque con unas características más rurales, dotado de senderos para pasearlo y con todos los beneficios ecosistémicos asociados. No se reproduce un ecosistema del municipio, pero sí contiene otras especies autóctonas que acompañarán a estos árboles, favoreciendo además la presencia de otras variedades de fauna como los insectos y polinizadores».
El Ayuntamiento tacorontero ha realizado una modesta inversión en esta iniciativa: apenas 7.475 euros, de los que 2.520 euros se han destinado al pago del trabajo con maquinaria, 1.120 euros al pago de la mano de obra, 1.080 euros a la compra de los 72 árboles frutales y 1.000 euros a la instalación de una red de riego.
La intención de los responsables de este proyecto es realizar los injertos necesarios en los diferentes frutales en el próximo invierno, cuando se prevé que los árboles estén bien arraigados en su nuevo hogar y mejor desarrollados. Con el paso de los años, y el crecimiento de los ejemplares plantados, este espacio anteriormente baldío de la urbanización La Atalaya podría convertirse en un auténtico bosque de árboles frutales que ejercería funciones de aula abierta para conocer, y en determinadas épocas degustar, parte del legado agrícola del municipio de Tacoronte.
Fuente: El Día (Raúl Sánchez)