El barrio guanchero de Santa Catalina quiere salvar sus cinco siglos de historia

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Los vecinos advierten que el nuevo tramo del Anillo Insular acabará con elementos emblemáticos como la fuente y el manantial que dan nombre al pueblo y dos caminos

Vecinos de Santa Catalina, en La Guancha, advierten que el nuevo tramo del Anillo Insular acabará con más de cinco siglos de historia en el barrio y así se lo han trasladado en sus alegaciones a la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, que todavía no han sido contestadas. Aclaran que no están en contra del cierre del Anillo, pero sí que se haga de forma parcial dado que no solucionará los actuales problemas de la TF-5.

Sin embargo, los que más les preocupa es la “nula sensiblidad” que ha tenido el equipo redactor con la historia de Santa Catalina al proponer un trazado que no ha tenido en cuenta su valor patrimonial y que, insisten, “acabará con los elementos más emblemáticos de su larga y dilatada historia”.

Uno de esos elementos que quedará cercenado será la fuente -desplazada unos pocos metros de su ubicación original- y el manantial que dio origen al barrio y al pueblo de La Guancha. “Es indignante que su existencia ni siquiera venga recogida en la memoria medioambiental del proyecto”, sostienen desde la asociación de vecinos Puertas Quemada, que añaden que en el proyecto no se recogen medidas preventivas para preservar lo que queda de la fuente iniciadas las obras.

Las aguas de este manantial, que nace en el fondo del barranco, en la ladera que da hacia San Juan de la Rambla, corrieron durante cinco siglos por atarjeas descubiertas y por tierra, hasta bien avanzado el siglo XX, cuando se canalizó mediante tuberías debido a su insalubridad, tal es así que en 1920 el barrio sufrió una epidemia de tifus.

Imagen antigua del núcleo de Santa Catalina

Por todo ello, solicitan que se respete, no solo su cauce, sino también que se evite que su lugar de nacimiento sea cubierto por las obras de canalización del barranco.

Otras de las singularidades que desaparecerán, según los vecinos, serán sus zonas de cultivo y los bancales, construidos desde el siglo XVI y que durante 500 años han dado sustento a los moradores del barrio. “Todos nos hemos lamentado viendo las coladas de lava sepultando los cultivos de plátanos en La Palma, por desgracia, en ese caso, se trata de un fenómeno natural, pero aquí y debido a unas decisiones poco afortunadas vamos a enterrar huertas de cultivos que han sido construidos con los ahorros de los vecinos”, se lamentan los habitantes de este núcleo.

Otra de sus preocupaciones es el camino de La Cañada, que se utilizaba desde época aborigen para realizar la trashumancia y, sobre todo, tras la conquista. Era uno de los llamados caminos de “mar a cumbre”, que partiendo desde el casco del barrio ascendía rápidamente hasta las zonas de medianías, donde convergía con el llamado camino Real de medianías. Durante muchos siglos fue utilizado para extraer la madera y la brea, que bajaban desde el pinar, hasta los embarcaderos del barrio o los próximos de San Juan de la Rambla.

A partir del siglo XVII, una vez se funda la iglesia del Dulce Nombre de Jesús y la iglesia del barrio, pasó a estar bajo control de la nueva parroquia. “Fue el camino que permitía a los vecinos poder cumplir con sus obligaciones de buen cristiano, ya que para poder acudir a los oficios religiosos importantes o solucionar cualquier trámite, debían subir por el empinado camino de La Cañada hasta el casco”, cuentan los vecinos.

Insisten en que este camino “posee un valor antropológico muy superior al que se establece en el estudio medioambiental de la obra, en el que no se recoge nada sobre su historia e importancia como antigua vía de comunicación”, y en la actualidad, “no solo sirve para acceder a los terrenos que colindan con el mismo, sino que también es memoria viva de nuestros antepasados”.

Respuesta del Gobierno

En relación con este último camino, el director de Infraestructuras del Gobierno de Canarias, José Luis Delgado, asegura que La Cañada y el Camino Real se recuperarán gracias al equipo de trabajo de Recuperación de Senderos y Caminos Históricos de la Universidad de La Laguna, en concreto de la Facultad de Historia, con el que colaborará el departamento regional “ya que es un bien de interés que no se puede perder”.

Fuente: Diario de Avisos (Gabriela Gulesserian)

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