Somos Icodenses (SI) señala en un comunicado que “el grupo de gobierno de Icod de los Vinos ha informado, de manera incidental y sin mayor aclaración, de la “respuesta favorable” de la Dirección General de la Costa y el Mar al Proyecto de Recuperación de la Playa de San Marcos, presentado por el Gobierno de Canarias en base al acuerdo plenario del Ayuntamiento de Icod de mayo de 2020, proyecto que se ha podido realizar con la subvención de dos millones de euros, obtenida por Nueva Canarias a instancias de Somos Icodenses, a los presupuestos generales del estado del año 20172.
Explican que “el proyecto fue aprobado con los únicos votos del grupo de gobierno de CC-Cs, en contra de la unanimidad de los partidos de la oposición, y de lo votado en el Consejo de Recuperación de la Playa -lo que condujo a su desaparición. Pero, lo más grave, en contra de la opinión de la ciudadanía de Icod, que en consulta ciudadana lo rechazó con un abrumador 98,49% del total de las alegaciones. El alcalde realizó la consulta porque le obligada un acuerdo del gobierno anterior, y como el resultado rechazó de forma tan rotunda sus deseos, no sólo lo ignoró, sino que lo tergiversó y manipuló, diciendo que lo aprobado era el resultado de la consulta. Increíble proceder en una democracia, pero así ocurrió”.
El proyecto de Coalición Canaria, entienden desde SI, “contiene varias propuestas muy complicadas de realizar, costosas, conflictivas y algunas, en nuestra opinión, innecesarias y de dudoso resultado. En primer lugar, las grandes escolleras, cuyo objeto es evitar las reflexiones del oleaje, que sustituyen a un “invento japonés” (sic) que en principio se nos dijo se iba a instalar; unos sacos antireflexión de poca altura al pie de la muralla, de los que nunca más se supo. La historia demuestra que las reflexiones nunca han sido la causa de la perdida de arena en San Marcos, que, durante más de cien años, con mayores reflexiones que ahora, creció y acumuló arena. La causa son las obras del varadero del año 1984, como literalmente dicen informes previos de Costas. Es de una evidencia irrefutable que las obras de los ochenta, y los añadidos posteriores, como el cierre de los chorros del Muelle Grande – llevados a cabo precisamente cuando el actual alcalde era concejal de Urbanismo- han sido la razón de los problemas”.
Para Somos Icodenses “existe la convicción, la exigencia, y casi un sentimiento de toda la ciudadanía icodense, de que la solución pasa por devolver a la bahía su fisiografía inicial, retranqueando el muelle hacia la carretera (con la condición irrenunciable de mantenerlo). No se puede polucionar más, ni dañar más la bella estética de esta bahía con enormes pedruscos y burdos añadidos que no garantizan ninguna solución, sino que, al contrario, pueden suponer un riesgo de definitiva desaparición. Las grandes escolleras no son necesarias, “No a las escolleras” es el grito unánime del pueblo de Icod. Intentando evadir las críticas sobre el impacto visual de las escolleras, el proyecto se inventó demoler la “Muralla”, último vestigio de la historia de la Playa, construir una enorme pared detrás para sustentar los edificios, y esconder la escollera con una nueva vía volada, que tendrá que ser lo suficiente robusta para para soportar el paso de camiones. Tremenda obra para evitar unas reflexiones que sabemos no son la causa del problema. ¿Cuál será su coste? No sería infinitamente más útil utilizar ese dinero para un túnel hacia el Monis, que sí tendría extraordinarios beneficios para la Playa de San Marcos y el resto de nuestro litoral”.
“Otra cuestión principal y urgente es la aportación de arena, que es la mayor necesidad actual de la playa. Debe ser natural, pero varios sondeos realizados en la bahía y proximidades demuestran que no existe allí en cantidad suficiente, y no se tienen clara su calidad. Traerla de otra procedencia obliga a estudios de impacto ambiental, igual que la extracción de la propia bahía, cuya realización llevaría mucho tiempo. Así, proponemos, como medida transitoria, aportar una mínima cantidad de arena de machaqueo como sustrato, y colocar encima la natural que aún tiene la Playa para recuperar a la mayor brevedad posible su uso con la comodidad y seguridad exigible para todos, jóvenes y mayores. Mientras tanto se deben realizar los estudios de impacto ambiental para una aportación posterior de arena submarina, a la que no debemos renunciar, para dar a la playa la superficie seca que finalmente se pretende. Si se intenta aportar sólo arena submarina desde el principio, la playa no tendrá solución a corto plazo, apuntan.
Por último, concluyen “está el tema de la realización de ensayos en un modelo físico de la bahía para buscar la solución para las obras marítimas, que consideramos indispensables e irrenunciables. El proyecto actual se ha realizado a partir de modelos matemáticos, como todas las obras anteriores, con los resultados que conocemos. En la numerosa bibliografía consultada se encuentra de forma reiterada afirmaciones que, resumidas, dicen que los modelos físicos a escala son el mejor y más fiable instrumento en obras de ingeniería de costas, y que la modelización matemática presenta en muchos casos importantes dificultades para dar resultados con garantías; por ello es necesario acudir al uso de modelos a escala. La experiencia de obras en todas partes demuestra lo anterior. Y buena prueba de ello, sin ir más lejos, fue el dique exterior de la Playa del Monis de los años 90, diseñado con modelos matemáticos, y que la mar se llevó en el primer temporal. Ante ello, Costas se vio obligada a realizar un modelo físico, cuyos ensayos tuvimos el privilegio de presenciar personalmente, que demostraron que eran necesarios bloques de 30 toneladas para soportar las mares de aquella zona, en contra de los que decían los modelos matemáticos. El proyecto se abandonó; inversión perdida. El pueblo de Icod no puede correr un nuevo riesgo, que puede ser definitivo, con su Playa y no puede permitir que se utilicen únicamente los modelos matemáticos, para llenar la playa de escolleras. Es inadmisible que se obvie el modelo físico, de coste nimio en comparación con el total de la obra, y que no produciría retrasos en las obras, si se sigue el siguiente proceso:
1.- Realizar las obras en la zona de tierra: avenidas y edificios, retiradas de prismas, apertura de los chorros del Muelle Grande, etc.
2.- Simultáneamente, si es técnicamente posible, aportar a la playa arena natural de buena calidad, pero ante previsibles retrasos por los estudios de impacto ambiental, buscar alternativas, como la indicadas más arriba u otras, para poner la playa en uso, que no impidan la aportación posterior de arena submarina.
3- Encargar inmediatamente los ensayos en modelo físico -para los que habrá tiempo mientras se hacen las obras anteriores- para determinar la mejor solución posible, y con las máximas garantías, para las obras en la parte marítima, que se ejecutarían a continuación.
Esto es lo que hemos solicitado en nuestra propuesta al Pleno, y es lo que pretendíamos realizar en nuestro periodo de gobierno. Lo hubiéramos gestionado a lo largo de 2018, e iniciado en los primeros meses de 2019, pero las constantes ocultaciones y obstrucciones externas e internas, con nombres y apellidos, nos lo impidió. Tendríamos playa hace ya algún tiempo”.