Hasta el 31 de marzo, en la biblioteca del Real Casino, se exponen una serie de fondos bibliográficos relacionados con la obra y la persona de una de las figuras más icónicas e importantes del siglo XX a nivel mundial
El Real Casino de Tenerife (RCT), fundado en 1840 en la capital de la provincia, acoge una muestra dedicada a Winston Churchill, quien fuera primer ministro británico entre 1940 y 1945 y posteriormente entre 1951 y 1955. Su figura, sin embargo, va mucho más allá de su carrera política en el Reino Unido, siendo uno de los personajes más recordados, y controvertidos, del pasado siglo.
Conocido por sus vigorosos discursos, su carácter recio y su polifacetismo, Churchill es un auténtico icono para los británicos, la segunda población extranjera más numerosa en Tenerife por detrás de los italianos. Mientras que el número de habitantes italianos en la isla se ha multiplicado en la última década, la relación del pueblo británico con Tenerife es bastante más longeva. Probablemente sea por la alta presencia de británicos, más familiarizados con los juegos de casino, y de otros visitantes del norte de Europa por lo que Tenerife cuenta con un buen número de casinos operativos, por encima de la media del territorio peninsular.
En cualquier caso, el RCT hereda la tradición de los casinos como centros culturales y sociales, aunque también haya espacio para el entretenimiento en esta histórica institución que cuenta con salas dedicadas al billar o al bridge. Aun así, en la actualidad, su labor se centra más en la organización de eventos para sus socios y para el público en general.
Durante este mes, además de conciertos y otros actos, se podrá visitar la exposición de fondos bibliográficos sobre Churchill titulada “Sir Winston Churchill, el león inglés”.
Churchill y Tenerife
Como decíamos, la figura de Winston Churchill se expande mucho más allá del ámbito político y del Reino Unido. Y buena muestra de ello son las relaciones que mantuvo con otros personajes importantes de la época.
En febrero de 1959, mientras la familia Churchill pasaba unos días de vacaciones en Marraquech, se produjo un viaje a Tenerife en el que el británico estuvo acompañado por el famoso armador griego Aristóteles Onassis, tan conocido por su fortuna como por su vida personal.
El viaje tuvo una parte de negocios para Onassis, que tenía algunos de sus buques en Santa Cruz, pero también hubo tiempo para hacer turismo. El ex mandatario y su amigo empresario recorrieron la isla en coche, realizando paradas en El Teide o por el Valle de La Orotava, lugar que recientemente ha sido reconocido precisamente por ese “turismo slow” que se centra en el disfrute de la experiencia y el respeto a la cultura local.
Winston Churchill era un enamorado de la zona, y su debilidad con la ciudad de Marraquech era conocida. Fue allí donde pintó “La torre de la mezquita Kutubía”, un cuadro de estilo impresionista que el autor regaló al dirigente norteamericano Franklin Delano Roosevelt. Pese a que Churchill, aunque se defendía, no es que fuera un genio de los pinceles, esta pintura que acabó en manos de la actriz Angelina Jolie ha sido subastada recientemente por 9,6 millones de euros.
Algunos expertos ponen en duda que el cuadro tenga semejante valor, aunque está claro que no se está pagando solo la calidad artística, sino también su historia y la celebridad de su autor. Un debate similar surgió cuando, en 1953, Winston Churchill recibió el Premio Nobel de Literatura. Según los académicos, se le premió con este galardón no solo por la calidad de sus descripciones históricas y biográficas, sino también, sobre todo, por el gran poder de su oratoria.
Churchill fue político, diplomático, historiador, pintor, escritor y, por encima de todo, una figura clave para entender la historia moderna del Reino Unido y el resto de Europa. Una obra y una figura que se pueden explorar en la Biblioteca del Real Casino de Tenerife hasta el 31 de marzo.