La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias está llevando a cabo varios estudios a través del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) con el fin de regenerar los suelos del archipiélago que se encuentran deteriorados debido a las prácticas agrícolas y ganaderas realizadas de forma inadecuada en un territorio extremadamente frágil.
En Canarias se estima que aproximadamente un 50% de los suelos se encuentran afectados por diferentes procesos de degradación física, química y/o biológica y en muchos casos de forma irreversible según el profesor de Edafología de la Universidad de La Laguna (ULL), Francisco Javier Díaz Peña.
En este sentido, apunta a que alrededor de un 50-60% de los suelos bajo regadío están afectados por procesos de salinización y sodificación. Además, existen otros procesos importantes como la contaminación por fitosanitarios para los que no hay una estimación precisa de superficie afectada.
Desde el ICIA se están llevando a cabo varios proyectos para la regeneración de los suelos como son “Vercochar” cuya investigación se centra en el uso de los residuos orgánicos o el proyecto coordinado por la Doctora en Biología María del Carmen Jaizme Vega y en el que intervienen la experta en forrajes Pilar Méndez, el biólogo Alfredo Reyes y la profesora de la ULL, Milagros León, que centra el estudio en las estrategias para la regeneración de suelos agrícolas en zonas áridas y semiáridas utilizando microorganismos beneficiosos del suelo y plantas forrajeras locales como es el caso del uso de la tedera, que proporciona alimento al ganado y nutrientes a la tierra.
Durante esta semana el ICIA pone en marcha un curso teórico-práctico destinado a la restauración de la fertilidad de los suelos. En las jornadas se trabajará la actividad biológica del suelo, su materia orgánica, la importancia de los hongos en el proceso de regeneración o la importancia de las semillas locales, entre otras.
La titular regional de Agricultura, Ganadería y Pesca, Alicia Vanoostende, explicó que “desde la Consejería se están llevando a cabo varias líneas de trabajo encaminadas a la regeneración de los suelos, elaborando estrategias de actuación en varios puntos del archipiélago y restaurando zonas degradadas”. Vanoostende apuntó que “es fundamental concienciarse sobre la importancia de cuidar los suelos, vitales para nuestra supervivencia”.
Cabe destacar que el suelo realiza numerosas funciones ambientales. Proporciona nutrientes, agua y soporte físico para la producción de biomasa, además de actuar de filtro de sustancias contaminantes. Es la plataforma de actividades humanas, formando parte del paisaje y del patrimonio cultural. Por tanto, a medida que un suelo se degrada pierde la capacidad de realizar esas funciones y por extensión el ecosistema deja de funcionar de forma adecuada. Esto da como resultado pérdida en la productividad biológica, disminuye la calidad de los alimentos y del agua, se pierde biodiversidad, y se incrementa la emisión de CO2 a la atmósfera contribuyendo al cambio climático.