El servicio municipal de Abastecimiento y Evacuación de Aguas de San Juan de la Rambla, que dirige el primer teniente de alcalde Juan Siverio, inició durante esta semana los trabajos de mejora del sistema de abasto, comenzando con una primera fase dedicada a la reparación de averías, localización de fugas y mejora del telecontrol de San Juan y Las Aguas, los núcleos en los que en la actualidad se pierde más agua por escapes de la red.
Con una inversión municipal de 27.500 euros, las labores se dividen en cinco etapas diferenciadas. Una primera dedicada al análisis y puesta en servicio del sistema de telecontrol implantado en la red, la segunda que renueva el sistema hidráulico en la salida del depósito “Poncio”, que suministra las zonas afectadas, generando un sector en cabeza con un equipamiento que incluye la renovación de batería para el data-logger y la instalación de nuevos contadores, en sustitución de los averiados, con un emisor de impulsos para la transmisión de datos.
Una tercera etapa que dota a la red del equipamiento hidráulico necesario para la sectorización con la ejecución de una arqueta que facilite esta función junto a dos contadores de sector para la transmisión de datos, una penúltima etapa que implica un análisis diario del comportamiento de la sectorización a través de la telegestión, para, por un lado, facilitar la prelocalización de nuevas fugas, y por otro determinar los tramos de red en los que a pesar de no estar sometidos a excesos de presión, siguen presentando un alto índice de generación de averías.
La última parte de esta primera fase de mejoras de la red de abastecimiento de aguas se centra en jornadas nocturnas de localización de fugas en las que operarios dotados con geófono, correlador acústico y otras herramientas necesarias, analizarán la red para una detección precisa. Una vez detectadas, se procederá a su reparación.
“La situación del abastecimiento de agua del municipio se puede considerar de tremendamente preocupante. Existe un índice de mermas obtenido del balance entre el agua aportada a la red y la facturada a los abonados, superior al 50%, lo que se traduce, junto al coste de reparación de las numerosas averías que se producen en las redes, en un importe anual que supera los 150.000 euros”, subraya Siverio. “La ejecución de esta primera fase nos va a permitir saber con exactitud cuánta agua perdemos y detectar los puntos concretos en los que la red falla. La solución de las fugas y evitar la pérdida de dinero que estas suponen, va a ser esencial para costear una segunda fase destinada a renovar una red precaria que en muchos casos no es suficiente para asumir la demanda de abasto”.