Con las primeras luces del alba, peregrinos de distintos puntos tomaron ayer viernes las carreteras que les llevaban a Garachico. Desde los municipios de la Isla Baja, desde Icod o Los Realejos, tanto a pie como en coche. La cita, la plaza de San Roque, donde se ubica la ermita que siglos atrás se construyó para albergar la imagen del santo protector de origen francés.
Una vez finalizó la misa se procedió al traslado de la venerada imagen hasta la parroquia Matriz de Santa Ana, en este traslado procesional los feligreses entonaron el himno a San Roque. Son cientos de acompañantes los que dan muestra de la devoción que sienten. Las calles por donde se realiza el traslado, así como las calles por donde se realiza la romería, se encuentran perfectamente engalanadas en sus balcones y fachadas; siempre utilizando elementos tradicionales como traperas, varas con cintas y calabas y fotografías en gran formato con la figura de San Roque.
Tanto en el traslado hasta Santa Ana como en la Romería un grupo de vecinos de Garachico portan sendas varas con ese distintivo que tanto caracteriza a los romeros: las cintas de colores y una calabaza de agua.
La misa solemne comenzó puntualmente. La romera Mayor y su corte de honor al igual que la corporación municipal y las autoridades invitadas ocuparon los primeros espacios de la bancada en el templo.
Una vez finalizada la ceremonia en Santa Ana y antes de llevar a la imagen hasta la plaza de Ramón Arocha, se procedió a dar bautismo a Frida, una niña nacida hace unos meses en Garachico. No es habitual que esto ocurra un 16 de agosto, de ahí lo anecdótico.
En torno a las 14,30 comenzó la romería. Con 25 carretas tiradas por yuntas de vacas o toros mansos y 15 carros pequeños tirados por tracción humana, detrás de cada carreta grupos folclóricos y parrandas dieron el sabor musical de la jornada.
La carne de cochino asada, así como lapas, pan con chorizo y otras viandas de temporada fueron ofrecidas al público asistente.
Según la Policía Local se calcula en unas 10.000 las personas que asistieron a la cita.
En torno a las 16.00 horas la imagen realizó una visita a la iglesia de las Concepcionistas Franciscanas, momento en el que estas monjas de clausura entonaron desde el coro cantos de alabanza al copatrón de la Villa y Puerto.
Mientras la fiesta y el jolgorio continúa en la calle, el folclore tradicional, los bucios e incluso el Salto del Pastor acompañan a una comitiva que sigue fiel a la tradición heredada después de 59 años de la primera romería organizada tal y como la conocemos hoy, con algunas salvedades como es el punto de partida de la misma que antaño se realizaba junto al castillo fortaleza de San Miguel y desde hace décadas comienza en la plaza Ramón Arocha, junto al antiguo muelle embarcadero.
Muchas casas familiares permanecieron con sus puertas abiertas para brindar al vecino y visitante con alguna vianda y algún vaso de vino.
Fotografías: Ángel Hernández