El Gobierno de Canarias respondió ayer lunes con dureza a las acusaciones que Pedro Sánchez dejó en su visita electoralista del fin de semana. «En este Gobierno ni mentimos, ni faltamos al respeto, ni falseamos datos». Rosa Dávila lo repitió en dos ocasiones. La portavoz del Ejecutivo autonómico contestó así al presidente nacional, que no solo sigue sin reunirse con Fernando Clavijo, sino que en el mitin que dio en La Palma acusó al Gabinete canario de mentir y ofender al Gobierno central. Dávila echó mano de papeles y mostró las cartas que desde las distintas consejerías se han enviado a Madrid para solicitar los fondos que siguen sin transferirse, exigir respeto al fuero y al Estatuto de Autonomía o reclamar la atención de los Ministerios en asuntos de interés para Canarias. «Ya me gustaría que fuera mentira que no se han enviado los 42 millones del plan de empleo; ya me gustaría que fuera mentira que no se ha firmado el convenio de obras hidráulicas; ya me gustaría que fuera mentira que no han llegado los 15 millones para la rehabilitación turística… Ya me gustaría», subrayó la también consejera de Hacienda.
En el mitin del sábado en el municipio de El Paso, Sánchez afirmó que el Ejecutivo canario dedica «un insulto al día» a la gestión del PSOE al frente del Gobierno central. «Y una mentira por hora», agregó el secretario general de los socialistas y candidato a la Presidencia. Solo cuatro días antes, Clavijo le había reclamado una vez más que acceda a sentarse con él. Un encuentro para buscar la fórmula para que la Comunidad Autónoma pueda disponer libremente de los 947 millones que el Ministerio de Hacienda le imputa como superávit. La petición de Clavijo cuenta con el apoyo de la patronal y de los sindicatos, pero ni siquiera esto ha servido para que Sánchez dé su brazo a torcer. Es más, Canarias no solo no ha logrado que se le permita gastar el superávit, sino que, además, ha visto cómo el Ministerio de Hacienda incluye en el cálculo 500 millones de la deuda de carreteras que siguen sin pagarse. Casi 1.000 millones que el Ejecutivo del Archipiélago únicamente podrá emplear en pagar deuda, y ello a pesar de que las Islas son un territorio sin problemas de endeudamiento. Así lo impone la ley de estabilidad que impulsó Bruselas en los años de crisis económica, y ni Sánchez ni la ministra María Jesús Montero parecen dispuestos a buscar alternativas en favor de las Islas.
Dávila lamentó que Sánchez haya optado por hablar en un mitin y no «cara a cara». «A mí me gustaría no tener que contestarle en un mitin, sino cara a cara en una reunión que, imagino, su ajetreada agenda electoral no le ha permitido celebrar», ironizó la representante del Ejecutivo canario. «Pero sí le digo que este Gobierno no miente, no falta al respeto a nadie y no manipula los datos; solo exige lo que les corresponde a las Islas», insistió la portavoz. La consejera de Hacienda explicó que desde su departamento incluso se envió al Ministerio un borrador de real decreto con las medidas para librar a Canarias de la ley de estabilidad sin comprometer a España ante la Unión Europea. Se trataba de adelantar trabajo teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones. Una solución «factible» que también ha sido «ignorada», se quejó Dávila.
Sánchez pasó por Canarias sin verse con nadie del Gobierno regional, pero sí anunció que quiere celebrar un Consejo de Ministros en el Archipiélago. Un anuncio que de algún modo colmó la paciencia de Clavijo. Rosa Dávila se limitó a recordar al presidente nacional que antes que «actos protocolarios» a la autonomía le hace más falta que llegue el dinero que le corresponde, pero Clavijo fue más duro. El recurso del Consejo de Ministros pone de manifiesto la «actitud colonial» de Sánchez, aseguró el jefe del Ejecutivo de las Islas en declaraciones a la Cope. La actitud de alguien, agregó, que «sistemáticamente le falta el respeto a Canarias». Clavijo admitió estar indignado con su homólogo estatal, que «ni siquiera ha tenido la deferencia» de contestar al escrito en que sindicatos y patronal piden junto con el Gobierno de la región una solución al superávit.
Fuente: Periódico El Día